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Empresarios opositores al gobierno promueven desestabilización económica

Empresarios opositores al gobierno promueven desestabilización económica

empresarios de México, al frente Claudio X Gonzales

Con la salida masiva de capitales y la deliberada cancelación de inversiones, empresarios y trasnacionales que han visto afectados sus intereses intentan  presionar permanentemente al gobierno de López Obrador. La asfixia económica que buscan generar forma parte de la estrategia de golpe de Estado blando, al igual que las centenas de amparos que interponen contra políticas públicas, cancelación de negocios contrarios al interés público y principales proyectos gubernamentales. El objetivo es debilitar lo más posible a la administración federal para someterla o derrocarla

Última parte. Desestabilizar la economía mexicana para debilitar al gobierno federal sería uno de los principales objetivos de empresarios opositores al presidente Andrés Manuel López Obrador, y de trasnacionales que han visto afectados sus intereses por la cancelación de negocios abusivos con cargo al erario o el cobro de impuestos que antes eludían con la complacencia de las autoridades. Para ello han operado de dos formas: sacando sus capitales del país y cancelando inversiones. Aunado a ello, han financiado campañas de desprestigio en medios de comunicación y redes sociales contra la administración federal.

“En el caso de los empresarios, la estrategia ha sido muy clara desde un inicio del gobierno actual. Ellos optaron por una situación en la que si había actividad económica favorable, podía verse como un triunfo de la 4T y por ello, desde un inicio, algunos empresarios vinculados al antiguo régimen y sobre todo en los espacios de comercialización de materias, los grandes empresarios que juegan con la importación y la adjudicación de mercancías en el mercado interno, decidieron no invertir. Afectar al gobierno en curso instalándose en una posición de un cierto estancamiento de la producción y de la comercialización”, advierte el doctor en filosofía política José Gandarilla Salgado.

Para el investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, “ahí hay una política deliberada de no incremento de la inversión”, que se ha sumado a la crisis económica provocada por la pandemia de Covid-19.

En ese mismo contexto, el Banco de México ha alertado tanto el año pasado como en lo que va de 2021 que ha habido una salida de capitales significativa y relativamente rápida. Ejemplo de ello es, que según los reportes oficiales, al 9 de abril pasado, estas fugas ascendieron a 117 mil 305 millones de pesos,  medidas por el total de los valores gubernamentales en manos de extranjeros (Milenio, 20 de abril de 2021).

El doctor Gandarilla Salgado expone que “la situación que toma López Obrador ya era de por sí muy complicada, con un Estado desfondado en el sentido de sus posibilidades del ejercicio fiscal de sus gastos, con la caída de los precios internacionales del petróleo y otros commodities y la afectación de una crisis global, que la pandemia sólo vino a confirmar y profundizar. Eso facilitó esa actitud del empresariado que ya se anunciaba desde los primeros meses de[l gobierno de] López Obrador”.

En el escenario de la pandemia, el investigador universitario recuerda que esos mismos empresarios querían que el Estado les adjudicara préstamos o fondos sin justificar, como el Fobaproa, para supuestamente reactivar sus procesos productivos. “Eso no ocurrió: el gobierno optó por una política distinta de apoyar directamente desde abajo y no como había sido antes desde arriba y a los grandes grupos, para que éstos, con base en una política neoliberal que se conoce como la del goteo, dieran cierto beneficio a ciertos sectores de las ramas económicas, a sectores más pequeños y hasta empresas familiares, pero el gobierno optó por una política al revés, de abajo hacia arriba”.

Por ello, advierte que la estrategia del golpe blando busca deslegitimar, pero también obstaculizar la acción del gobierno cuando éste es conducido, desde el Ejecutivo, por personajes que intentan zafarse de la condicionalidad neoliberal y de la sangría económica que esto significa que es el principal escollo para propiciar una política diferente. “Y como no es factible destituir gobiernos nada más porque sí, o a través de los medios convencionales, se instrumentan otras estrategias más flexibles, dúctiles o blandas, legislativas, legales o jurídicas, conocidas como lawfare”.

El golpe de Estado blando emplea técnicas no frontales ni violentas para desestabilizar económica, política y socialmente a los gobiernos progresistas, según el politólogo estadunidense Gene Sharp. Para el teórico, esta estrategia presenta cinco fases: comienza por ablandar a la sociedad a través del malestar y la desesperanza; deslegitimar las acciones gubernamentales por medio de la difusión de mensajes adversos, ofensas y noticias falsas; luego se promueven constantes movilizaciones de protesta; se emplean rumores para generar escenarios de falsa carestía y, con ello, señalar la incompetencia del gobierno e iniciar juicios injustos contra los gobernantes; finalmente viene la fractura institucional, donde los procesos judiciales avanzan, los medios de comunicación los apoyan y los gobiernos finalmente caen.

Los actores principales del golpe

Los principales impulsores del golpe blando serían el Consejo Coordinador Empresarial y la Coparmex, señala la economista Magdalena Galindo Ledesma, profesora de la Facultad de Economía de la UNAM. La también integrante del Centro de Análisis de Coyuntura Económica, Política y Social identifica como actores secundarios que han estado activos todo el tiempo al empresario “Claudio X González Guajardo y otros grupos fundamentalmente ligados a la UNAM, justamente, como sería [el exrector José] Narro que tiene una relación conflictiva con el PRI, y aunque salió del PRI porque no lo consideraron para hacerle presidente del CEN, es de los principales promotores de esta alianza PRI, PAN y PRD”.

La doctora en economía Patricia Pozos, también profesora-investigadora de la UNAM, señala que “en el caso de México los que están orquestando este golpe blando principalmente son los empresarios. Digamos, detrás de los partidos políticos como el PAN-PRI, son los empresarios que han sido afectados en términos de los negocios que venían teniendo cuando en el poder estaban el PRI, el PAN. Creo que son los más afectados y por ello están orquestando toda esta estrategia desprestigio tratando de desestabilizar el gobierno de Andrés Manuel”.

Al respecto, agrega: “como empresarios específicos identificaría a los que están organizados en la Coparmex, en el Consejo Coordinador Empresarial que son Claudio X González, por ejemplo, Bimbo, Coca-Cola, algunos banqueros que están atrás desde esta estrategia”.

Para el doctorante en derecho Benito Ramírez Martínez, que en México haya un gobierno débil le conviene “a los grandes potentados: a todos aquellos que fueron beneficiados en los gobiernos de Peña Nieto, Felipe Calderón y Fox, en realidad a todos los gobiernos priístas previos a la alternancia que se dio con el PAN y que efectivamente fue un fracaso, fue una continuidad: no hubo un cambio sustantivo en la política económica, ni en la política social”.

El académico del Centro Universitario de los Lagos de la Universidad de Guadalajara considera que esa estrategia “no va a prosperar en nuestro país. Para que un golpe de Estado sea efectivo, se convierta luego en un golpe de Estado duro, tendría que haber la intervención de algunos agentes de gobiernos extranjeros que respaldaran a estos grupos locales desestabilizadores. Lo cual no ha ocurrido”.

Añade que lo que más preocupa a las potencias extranjeras y aacaba siendo el fondo de michas intervenciones es el rumbo económico que asumen los gobiernos. Y en México, enfatiza, “no estamos encaminándonos hacia un régimen político económico de corte socialista o comunista. Seguimos teniendo una economía de mercado libre que trabaja bajo las reglas del capitalismo y que no se presenta ninguna amenaza para ningún gobierno extranjero”.

Por su parte el doctor Mario Santiago Juárez, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, observa que lo que molesta a los grandes capitales no es un cambio radical en el ámbito económico porque este gobierno no ha roto con el capitalismo, sino la aplicación de la ley y que el dinero público se destine a los más necesitados.

“Ese malestar es ante un papel más importante de parte del Estado para otorgar servicios básicos que son derechos humanos, pues los particulares que eran parte de este negocio enorme cuando hay dinero estatal de por medio, pues las cantidades son enormes. Entonces, al ser los damnificados de estas políticas se van a aglutinando, y es cierto que está ahí latente la tentación de hacer movimientos antidemocráticos, contrarios a lo que plasma nuestra Constitución y que son el principio democrático. México es una república democrática, entonces el ir en contra de las instituciones, porque justo es bien interesante que estos grupos hablan de que el gobierno va en contra de las instituciones, pero ellos son los primeros en atentar contra éstas. Un ejemplo, a mí me parece clarísimo, intentar diezmar el poder que tiene el Congreso cuando el Congreso es la representación del pueblo, y el Ejecutivo fue designado de forma directa por los ciudadanos. Entonces, las decisiones que toma el presidente las toma durante seis años y la legislación, la Constitución, son los únicos límites al poder del Ejecutivo, pero nada dice que los empresarios pueden oponerse por otra vía que no sea la democrática a las decisiones soberanas del Congreso y del Ejecutivo”.

Necesaria, inteligencia financiera

El académico de la UNAM y exdirector de la Escuela de Inteligencia para la Seguridad Nacional, Jorge Retana Yarto, considera que es muy probable que en los aparatos de inteligencia del país, tanto civil como militar, haya un trabajo de seguimiento, de análisis, de recopilación de datos.

No obstante, critica que “hay una falla muy importante, y es la falta de la inteligencia económica. En la actualidad, las guerras ya difícilmente son la confrontación de dos ejércitos en un campo de batalla o en determinados escenarios de guerra, sino que el debilitamiento económico de los adversarios juega un papel muy importante. Por ejemplo, las potencias occidentales cuando hablan de sanciones económicas, no hay ninguna sanción económica, ellos no tienen, en virtud del derecho internacional público y del derecho internacional privado, no tienen ninguna facultad para aplicar sanciones a nadie, es un aguerra económica lo que empiezan a desarrollar cuando hablan de sanciones a Irán, cuando hablaron en aquel tiempo de sanciones a Irak, cuando hablan de sanciones a Rusia, lo que están haciendo es tomar medidas de guerra económica contra esos países”.

El experto agrega que esos países sí han aprendido mucho, entre ellos Venezuela, “y han desarrollado un área de la inteligencia que es la económica, que precisamente permite contrarrestar todas las amenazas relacionadas con la utilización de maniobras en contra la moneda nacional, contra maniobras relacionadas con fugas de capitales, con inversiones que puedan resultar dañinas, etcétera, etcétera. Y desde luego incluso sabotajes contra instalaciones estratégicas. Entonces esa parte creo que es muy importante, y ahí tenemos en México una falla, estamos muy desprovistos en caso de que pueda haber una cuestión de esa naturaleza”.

El maestro Retana Yarto recuerda cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, empezó a desarrollar una guerra económica contra el país, “pues hablaba muy fuerte contra México y se derrumbaba el peso. Hablaba de poner aranceles, hablaba de rechazar el nuevo tratado comercial y se derrumbaba el peso. Hablaba de que México iba a financiar todo el muro fronterizo, de que iba a ponerle impuestos a todas las remesas y todo eso iba generando un clima de desajuste económico en México”.

Agrega que eso era el inicio de una guerra económica que afortunadamente se pudo detener con la firma del acuerdo para contener la migración indocumentada desde la frontera sur. “Pero todo lo que desarrolló Donald Trump al principio de su administración, incluyendo su propuesta de un plan Colombia, tenía todos los indicios de una guerra económica”.

Es por ello que el académico señala que “en México nos urge que desarrollemos áreas de inteligencia económica. La Unidad de Inteligencia Financiera es otra cosa, pues combate transacciones ilegales, y aquí estamos hablando de adelantarse a los procesos que pueden dañar la economía nacional a través de acumular inteligencia económica y adelantarse con la finalidad de que no te puedan golpear de una manera tan severa. Esta es una primera falla, pero desde luego que se desarrolla un monitoreo en todos los aspectos de estas fuerzas que en un momento dado pueden impactar en la estabilidad sociopolítica de nuestro país. Seguramente que se hace”.