La cúpula priísta que desde hace décadas dirige el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) –gremio en donde sus dirigentes se han caracterizado por la corrupción, el abuso y el chantaje, y que por ahora encabeza como secretario interino el diputado federal del Partido Revolucionario Institucional, Manuel Limón Hernández, y a quien asesora el exlíder también priísta Carlos Romero Deschamps–, está desesperada porque en el actual gobierno han perdido canonjías acumuladas en los últimos seis sexenios, tiempo en el que Petróleos Mexicanos (Pemex) le entregaba carretadas de dinero público y que ahora pretende, mediante amenazas, presiones y balandronadas, perpetuar a Limón al frente del STPRM para seguir lucrando con las cuotas sindicales y los beneficios económicos que Pemex todavía entrega según lo pactado en el contrato colectivo.

Esa cúpula priísta que como Comité Ejecutivo está al frente del gremio petrolero, la semana pasada sostuvo una reunión en la Ciudad de México con los líderes de las 36 secciones sindicales que, en conjunto, aglutinan a unos 100 mil trabajadores, con el propósito de discutir tres puntos fundamentales:

  1. La negociación y firma del contrato colectivo que se ha retrasado por diversos problemas, entre ellos la pandemia y la elección del próximo Comité Ejecutivo.
  2. El proceso para elegir a su nueva dirigencia, principalmente la secretaría general que por ahora ostenta de manera interina el diputado priísta Limón Hernández.
  3. La tortuosa relación que mantiene el sindicato petrolero con la dirección general de Pemex y, principalmente, su radical oposición al gobierno de la cuarta transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

El martes 20 de julio, en la sede del STPRM, se reunieron a puerta cerrada los líderes de las 36 secciones sindicales de todo el país con el Comité Ejecutivo, en donde se quejaron de la pésima relación laboral que tienen con los directivos de la empresa petrolera y los incumplimientos que dicen tener del contrato colectivo de trabajo.

Asimismo, manifestaron su inconformidad con la austeridad impuesta en Pemex por el gobierno federal, e incluso amenazaron con hacer paros y concentraciones, y se lanzaron en contra del presidente López Obrador. Además, en su mayoría se pronunciaron por mantener en la dirigencia del Sindicato al priísta Limón Hernández.

Contralínea tuvo acceso a la versión de lo ocurrido en esa reunión privada de dirigentes petroleros –quienes aún mantienen fuertes nexos y compromisos con el exlíder recién jubilado Carlos Romero Deschamps–, en donde el exdiputado priísta Fernando Navarrete Pérez, presidente del Consejo General de Vigilancia y secretario del Interior del STPRM, se lanzó en contra de Pemex y del gobierno, además de mostrar su enraizado priísmo.

Durante su intervención, esto dijo Navarrete Pérez: “no tenemos buena imagen con la administración de Pemex, nos miran con recelo y no faltará alguien que le endulce el oído al presidente para que López Obrador se anime a querer tomar el control del sindicato petrolero.

“Este convenio que nos piden firmar con la empresa para prorrogar dos meses la firma del contrato colectivo, les advierto que no vamos a firmar un cheque en blanco, ni nos vamos a quedar cruzados de brazos si ellos [Pemex] no respetan el convenio, porque entonces sí tomaremos medidas más fuertes y tajantes, además de que nos reservamos nuestro derecho de emplazar a huelga.

“Antes teníamos un paraguas que nos defendía de todo lo malo que pasaba en el sindicato petrolero, que nos ayudó e impulsó a todo lo bueno que podía llegar al Sindicato, y ése era Carlos Romero. Hace dos años, en una actitud tramposa y fraudulenta, al Sindicato le quitaron muchas cosas y nos presionaron hasta que renunció Carlos, y no bastó con eso: siguieron presionando hasta verlo jubilado, cuando pudimos haber transitado hasta el 2024 sin hacer cambio alguno en el ejecutivo general, porque en nuestros estatutos dice ante alguna ausencia quién sigue; pero al señor [López Obrador] se le ocurrió que había que hacer una elección del secretario general nacional y ahora se le ocurre que debe ser a través de una aplicación [APP], cosa que no vamos a aceptar porque ya tenemos unos estatutos que nos rigen y que nos indican cómo deben de ser las elecciones dentro del Sindicato.

“También en una mañanera [conferencia de prensa presidencial] se le ocurre [al presidente] que primero tenemos que sacar las elecciones dentro del Sindicato y, en otra mañanera, dice que sólo hasta después de las elecciones se firmará el contrato colectivo.

“Por eso estamos en este punto, en donde no se ha tocado nada del contrato, por lo que estamos a punto de emplazar a huelga a la empresa, pero la secretaria del Trabajo [Luisa María Alcalde] nos ofreció una salida para no perjudicar a Pemex, no perjudicar a la nación y no perjudicar a nuestro país, ya que si emplazamos a huelga provocaría que las calificadoras internacionales vuelvan a quitarle puntos a nuestra empresa y la confiabilidad de Pemex provocaría fugas de capitales y seguramente habría una desestabilización de la economía en el momento que se sepa que Pemex está emplazado a huelga.

“En este momento la empresa nos ofrece que se acepte retrasar el convenio 60 días, es decir darle una vigencia adicional de 60 días al contrato colectivo vigente, hasta el 30 de septiembre, y nos ofrecen al momento de la firma de este convenio emitir un oficio en donde se puedan hacer las corridas escalafonarias, cubriendo todas las vacantes; además ofrecen surtir a las clínicas y hospitales de medicamentos, así como el pago pendiente de los mismos para todos los trabajadores que lo requieren en estos momentos; además, reactivar los préstamos hipotecarios que tienen tres años detenidos (desde que empezó la actual administración), reconociendo incluso que la aplicación de los beneficios en salario y prestaciones a la base trabajadora, serían retroactivos al 1 de agosto de 2021.

“Además, que el Sindicato se reserva su derecho al emplazamiento a huelga. Esto podría hacerse en el momento que no estuviera de acuerdo a la resolución de nuestro pacto laboral.”

Antes de dejar el micrófono, este líder sindical advirtió que este convenio con la empresa no se firmaría si los dirigentes de las 36 secciones sindicales no estaban de acuerdo; sin embargo, el pleno sindical aprobó el convenio y la semana pasada el Sindicato emitió un boletín donde anuncia que firmó dicho acuerdo con Pemex.

En una tibia intervención, el secretario general interino Manuel Limón Hernández externó que el tiempo se acaba para el Sindicato y que están preocupados porque no ha habido avance alguno en la revisión contractual con Pemex.

Reconoció su pésima relación con el grupo directivo de Pemex, por lo cual las negociaciones las han hecho con la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, quien les ofreció el convenio que finalmente aceptaron de una prórroga de dos meses y, para aprovechar ese tiempo, que en ese espacio se lleve a cabo la elección del próximo secretario general nacional, a fin de que antes del 30 de septiembre se firme el contrato colectivo de trabajo.

El tesorero y por tanto responsable de las finanzas y destinos del dinero que ingresa al Sindicato, Ricardo Aldana Prieto, quien por cierto participó junto con Carlos Romero Deschamps en aquel desvío de miles de millones de pesos de las arcas petroleras para supuestamente financiar la campaña a la presidencia del priísta Francisco Labastida Ochoa, preguntó sarcásticamente: “¿de modo que nos van a hacer el favor de cumplir con el contrato colectivo de trabajo?

“Pienso que se la estamos poniendo muy fácil. No digo que no les firmemos, pero que no sea tan rápido: vamos a llevar este convenio a las bases, hay que informar a los trabajadores y hacer una consulta, lo ponemos a consideración y hacemos voto libre, directo y secreto. Así nos la llevamos una semana: les recuerdo que a quienes les apura es a los administrativos”.

El secretario general Limón Hernández interrumpía y decía que ya no había tiempo de hacer una consulta con la base trabajadora.

El líder de la sección 48 de Reforma, Chiapas, Ricardo Hernández García, fue claro en precisar a los dirigentes petroleros: “ya no está papá Carlos Romero, y si la Secretaría del Trabajo nos da la salida, pues hay que tomarla, porque el dragón echa fuego. Hay que irnos por la sombrita: creo que es el momento de una concentración masiva con los trabajadores, donde le digamos a la administración que somos flexibles con México y con Pemex, pero inflexibles con nuestras prestaciones. Aprovechemos el apoyo de la gente, porque los trabajadores ya se desencantaron de este gobierno”.

El dirigente de la sección 51 de Tuxpan, Veracruz, Juan Pablo Osorio Espinoza, afirmó que “si hay que hacer una concentración con los trabajadores como lo hizo el líder Héctor Sosa, quien se quedó corto con las mentadas de madre, hay que exigir respeto. Ahora nos están prometiendo las coberturas y las corridas escalafonarias, pero y las fichas, también nos ofrecen créditos hipotecarios, así como el abastecimiento de medicamentos e insumos a las clínicas y hospitales, pero se nos va a ir el tiempo, mínimos dos o tres meses, mientras que los créditos hipotecarios hasta enero de 2022”.

El líder de la sección 34, que controla todo el Valle de México, Héctor Sosa Rodríguez, considerado el más belicoso del Sindicato, sentenció: “Por mí que no se firme nada y vámonos a la huelga de una vez con. Esta administración de cuarta…, lo que ya dije y por respeto no lo digo otra vez”.

El dirigente se refería a las mentadas de madre que ha lanzado en contra del gabinete y agregó: “uno de mis trabajadores me hizo llegar un documento que dice: llegamos primero a la cita hace 82 años, llegamos primero a Petróleos Mexicanos, se ha tratado con 14 presidentes y esos 14 no pueden estar equivocados”.

Agregó que “problemas hay muchos, lo que no hay son medicamentos, ropa de trabajo, mantenimiento a equipos, insumos, herramientas. Señores, el Sindicato es nuestro porque lo heredamos de nuestros padres, de nuestros abuelos y se lo vamos a dejar a nuestros hijos. Por otro lado ya saben cómo soy de bélico”.

El representante de la sección 44 de Villahermosa, Tabasco, José del Pilar Córdoba Hernández, dijo estar en desacuerdo con la firma del convenio, pero que la aceptaba, aunque declaró que “no hay que agacharse tanto, recuerden que hace dos años yo no estuve de acuerdo en que nos redujeran los viáticos, pues les comento que nuestra sección peleó los viáticos y los acabamos de ganar”.

El dirigente de la sección 29 de Comalcalco, Tabasco, Eduardo Alain Rojas Cobos, indicó que apoyaba la firma del convenio, pero reclamó que “el señor presidente no quiere a los petroleros y ahora lo demuestra, y el trabajador petrolero lo sabe. Yo soy de Tabasco y él siempre se manifestó con rechazo hacia nosotros, cuestionando nuestro salario y prestaciones”.

Hablaron muchos más dirigentes seccionales en el mismo sentido: reclamar la negligencia e inexperiencia de los directivos de Pemex para negociar y cumplir con el contrato colectivo de trabajo, además de amenazar con irse a la huelga si la empresa sigue incumpliendo con los derechos laborales.

Además, hay una clara tendencia de los líderes de apoyar a Limón Hernández para que continúe al frente del Sindicato, pero por primera vez tendrán que tomar en cuenta la decisión de miles de trabajadores que irán a las urnas para externar su voto de manera libre y secreta, y no como se hacía en gobiernos priístas y panistas, cuando desde Palacio Nacional se imponía la dirigencia petrolera.

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