Marcelo Ebrard pidió licencia para separarse del cargo de senador, con la finalidad de integrarse como secretario de Economía.

Con agenda propia, el secretario de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubón, empieza con mucha anticipación a formar equipo con miras a la sucesión presidencial de 2024. Mediante un comunicado, la SRE anunció esta semana la designación de la nueva agregada cultural en la Embajada de México en España, Brenda Lozano Vázquez, de quien su currículum señala que es “narradora, ensayista y editora” con estudios en México y Estados Unidos, además de residir en Europa, América del Sur y Japón.

Lo más polémico sobre el nombramiento de esta nueva diplomática es su constante crítica, principalmente en redes sociales, a las políticas públicas del presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que evidencia su abierta oposición al gobierno de la 4T; sin embargo, eso no importó a Ebrard Casaubón para autorizar dicha designación y mucho menos a Lozano Vázquez para ser parte de la élite dorada de la diplomacia mexicano.

La agenda política de Marcelo incluye mantener un cuerpo diplomático afín mediante elevadas percepciones salariales y otras costosas prestaciones económicas, con el propósito de asegurar que cuando se necesite cuente con el apoyo incondicional para lograr dentro de tres años la candidatura de Morena a la Presidencia de la República.

En análisis internos elaborados por la propia SRE, se revela la desigualdad salarial entre los principales miembros del gabinete de López Obrador, considérese secretarios de Estado, directores generales de paraestatales y hasta el propio presidente de la República, con relación a las percepciones que reciben los 150 embajadores y cónsules de México distribuidos por todo el mundo, pues resulta que el cuerpo diplomático gana en promedio 200 por ciento más que los principales responsables de que funcione el gobierno de la 4T. 

Con la anuencia del secretario de Relaciones Exteriores, embajadores y cónsules de México mantienen los privilegios económicos de regímenes priístas y panistas, pues reciben salarios que rebasan los 300 mil pesos mensuales, además de que del erario federal se les pagan también bonos; seguros de gastos médicos mayores, de vida y de riesgo de trabajo; renta de casas y departamentos de lujo; compra de vehículos último modelo; gasto de comidas en costosos restaurantes; viajes en primera clase por todo el mundo; pago con dinero público de colegiaturas en escuelas privadas para hijos de los diplomáticos; 30 días de vacaciones pagadas con toda la familia y boletos de avión con cargo al erario; jugosos aguinaldos, y cuando lo requieren, exención de impuestos aduanales (libre fayuca). Sin descontar que muchos de estos diplomáticos privilegiados provienen de administraciones anteriores y no comulgan con las políticas de la 4T: austeridad, primero los pobres y cero corrupción.

La orden presidencial para todo el gabinete ha sido evitar despilfarros y dispendios en todos los órdenes de gobierno; sin embargo, a embajadores y cónsules nadie les ha tocado sus ingresos y ahora perciben entre 157 mil (el que menos gana) y 330 mil pesos mensuales.

Para entender la desproporción salarial en la que vive nuestra diplomacia, podemos afirmar que todos los embajadores y cónsules de México, sin excepción, ganan más que el presidente de la República y hasta que su jefe directo el secretario de Relaciones Exteriores.

Mientras que López Obrador recibe un salario neto mensual de 116 mil 159 pesos y el secretario de Relaciones Exteriores de 110 mil 877 pesos, los embajadores que más ganan y que nos representan en Japón, Suiza y Noruega, por ejemplo, reciben ingresos mensuales superiores a los 300 mil pesos; es decir, más de 200 por ciento con relación a lo que gana el jefe de la Nación.

Ello contrasta con las medidas de austeridad, que incluyen la desaparición de subsecretarías y oficinas de gobierno innecesarias; reducción de la plantilla laboral del gobierno federal; cancelación de onerosos seguros y gastos de representación; extinción de 109 fideicomisos públicoslos gastos de la Presidencia junto con la publicidad a medios de comunicación se eliminaron en un 80 por ciento; se dejó de asignar recursos a líderes de organizaciones campesinas y obreras controladas por partidos políticos, y se anularon subsidios a organizaciones civiles y no gubernamentales, entre otros ahorros.

Los embajadores y cónsules mejor pagados

Datos de la propia SRE, incluidos en documentos oficiales fechados en 2020, revelan que entre los cónsules y embajadores mejor pagados está la representante mexicana en Japón desde el 29 de abril de 2019, Melba María Pría Olavarrieta, quien percibe un salario mensual de 15 mil 828.96 dólares, alrededor de 330 mil pesos por mes; además de recibir otras percepciones como bonos, casa, vehículos, seguros, viajes y gastos de representación.

Ese salario que recibe nuestra representante en Japón es elevado no sólo para un país como México, también lo es para los propios habitantes de ese país asiático desarrollado, quienes en promedio reciben un cómodo ingreso equivalente a 75 mil 616.88 pesos por mes, según mediciones de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos), lo que significa que el salario promedio de los japoneses apenas significa un 23 por ciento de lo que gana la representante mexicana Pría Olavarrieta, por lo cual su salario bien podría reducirse en más del 50 por ciento.

Peor, si comparamos ese salario de 330 mil pesos mensuales que recibe nuestra embajadora con el ingreso promedio de un prestador de servicio profesional independiente (PSPI) en Japón, el cual gana 35 mil 700 pesos por mes, este sueldo apenas equivale al 11 por ciento de lo que recibe Pría Olavarrieta.

Otro caso concreto por el cual se justifica reducir los salarios de embajadores y cónsules por lo menos en un 50 por ciento de lo que actualmente reciben, es el del ingreso promedio de países desarrollados como Suiza, en donde México tiene a dos representantes: la embajadora Martha Cecilia Jaber Breceda, quien gana 12 mil 194.94 euros al mes, que al tipo de cambio actual rebasa los 300 mil pesos mensuales; y en ese mismo país hay otra Representante Permanente de México ante los Organismos Internacionales con sede en Ginebra, María del Socorro Flores Liera, quien recibe el mismo ingreso en euros que su colega embajadora, más otras percepciones.

De acuerdo con la OCDE, el salario promedio en Suiza, que permite vivir sin carencias en ese país, es equivalente a 168 mil 988.13 pesos mensuales, es decir apenas el 55 por ciento de lo que ganan Jaber Breceda y Flores Liera. Si se compara con el salario promedio de los profesionales independientes que laboran en Suiza, éstos ganan apenas el 18 por ciento de lo que reciben nuestras embajadoras en Suiza: alrededor de 55 mil pesos mensuales.

Lo mismo sucede en Noruega, en donde nuestro embajador Ulises Canchola Gutiérrez recibe un salario mensual por 12 mil 194.94 euros, equivalentes a más de 300 mil pesos.

Otro ejemplo es el del representante de México en el Vaticano, Alberto Barranco, quien en su primer cargo en la diplomacia tiene asignado un ingreso mensual por 9 mil 810.89 euros, equivalentes a 243 mil 113.8 pesos, más otros ingresos correspondientes a un amplio catálogo de prestaciones. Si se compara con el salario promedio de 60 mil 56 pesos que establece la OCDE para Italia, pues Barranco rebasa en más del 300 por ciento lo que ganan los italianos.

En la larga lista de embajadores y cónsules, los que menos ganan tampoco les va nada mal, pues su sueldo oscila entre los 157 mil a los 200 mil pesos mensuales, más múltiples prestaciones.

Por ejemplo, la recién designada cónsul de México en Turquía por órdenes presidenciales y por ser la biógrafa del secretario Marcelo Ebrard –esta cónsul escribió en su libro Mis presidentes, de Echeverría a Peña Nieto: intimidades sobre el poder presidencial en México–, Isabel Arvide recibe, sin experiencia diplomática alguna, un salario de 7 mil 740.09 euros que equivale a un tipo de cambio actual de 191 mil 567 pesos al mes.

Igual que México, Turquía es un país pobre y desigual, en donde muy pocos tienen mucho y la mayoría de la población apenas gana para comer, por eso el salario promedio en ese país es de apenas 9 mil 417.60 pesos por mes, cifra que representa el 5 por ciento de lo que recibe la polémica representante mexicana en aquel país asiático.

Otras prestaciones que en México ni se conocen

Además de los onerosos salarios, los embajadores y cónsules gozan de prestaciones que en México ni se conocen;  por ejemplo, “de 40 a 50 por ciento del costo de la educación privada para sus hijos según adscripción (salvo América del Norte); ayuda para el pago de alquiler de casa; seguro de vida y seguro médico privado; costo de menaje de casa (hasta 3 mil 200 kilogramos); costo de instalación (para titulares igual a medio salario mensual); exención de impuestos aduanales [fayuca pues], incluido automóvil; 30 días de vacaciones a México con boleto cubierto para toda la familia cada 2 años (1 año para adscripción ‘difícil’)”.

Algunos ejemplos de esos embajadores o cónsules que gozan de lujosas residencias para uso personal, con manutención y renovaciones cubiertas con dinero pagado por el gobierno mexicano:

En Chicago, la cónsul Reyna Torres Mendívil recibe un salario de 11 mil 358 dólares mensuales (240 mil pesos mexicanos al tipo de cambio de hoy), y dispone de un lujoso departamento de 276 metros cuadrados con un valor de 1 millón 150 mil dólares, algo así como de 24 millones de pesos.

El exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente Ramírez, representante mexicano ante la Organización de las Naciones Unidas y a quien le debemos la herencia de médicos al frente de la Rectoría de la máxima casa d estudios, percibe un salario de 12 mil 114.42 dólares por mes, equivalente a 255 mil pesos, y cuenta con una magna residencia en Nueva York de cinco pisos y cuyo valor de la propiedad es de 9 millones de dólares, cerca de 200 millones de pesos.

En Nueva York, nuestro cónsul Jorge Islas tiene un ingreso mensual de 11 mil 358.81 dólares (240 mil pesos) y vive en una residencia también de cinco pisos con un valor de 5 millones 611 mil 812 dólares, que equivalen a 118.1 millones de pesos.

El embajador de México en Estados Unidos gana un salario mensual de 9 mil 810.89 dólares (206 mil 519 pesos) y tiene una residencia en Washington de cuatro pisos por un valor de 7.2 millones de dólares, que equivalen a 151 millones 560 mil pesos.

También en esa embajada mexicana en Washington, hay un “Jefe de Cancillería”, a quien además de recibir un oneroso salario de rango de embajador, se le paga la renta donde vive por 6 mil 100 dólares mensuales, que equivalen a 128 mil 405 pesos por mes.

En Washington también está nuestra representante en la OEA (Organización de Estados Americanos), quien gana 12 mil 114.42 dólares por mes (255 mil pesos), con una residencia de cuatro pisos por un valor de 4.5 millones de dólares, que equivalen a 94 millones 7215 mil pesos.

Otro caso es el de nuestro embajador en Canadá, quien recibe un ingreso de 10 mil 135.87 dólares por mes, que al tipo de cambio de hoy asciende a 213 mil 360 pesos, y vive en una residencia de cuatro pisos, cuyo valor de la propiedad es de 800 mil dólares canadienses, equivalentes a 12.7 millones de pesos.

En la ciudad de Los Ángeles, California, la cónsul recibe un salario mensual de 11 mil 358.81 dólares (239 mil 103 pesos por mes) y vive en una residencia de dos pisos, con alberca, de un valor de 4 millones 200 mil dólares, algo así como 88.5 millones de pesos.

Al representante del consulado en Austin, Texas, se le pagan 9 mil 112.42 dólares mensuales (192 mil pesos por mes) y, entre otras prestaciones, la renta de su vivienda por 5 mil 460 dólares, igual a 115 mil pesos por mes.

En el consulado de México en Barcelona, su titular recibe un ingreso por 9 mil 810.89 euros por mes (244 mil 193 pesos) y además de todas las prestaciones señaladas en párrafos anteriores le pagan la renta con dinero público por 4 mil 770.90 euros, que al tipo de cambio actual es de 119 mil pesos cada mes.

En Boston, Dallas y Miami los consulados tienen salarios de 9 mil 112.42 dólares por mes cada uno, igual a 192 mil pesos, y por el pago de la renta de la casa donde vive asciende a 5 mil 500 dólares, equivalen a 115 mil 775 pesos.

Otra cónsul que gasta mucho en la renta de su vivienda es María de los Remedios Gómez Arnau, en la ciudad de San Francisco, quien recibe un salario de 11 mil 358.81 dólares por mes (239 mil 103 pesos) y le pagan una elevada renta por 7 mil 875 dólares, que equivale a 165 mil 768 pesos mensuales.

La larga lista de nombres de embajadores y cónsules continúa (se agrega lista completa), todos con salarios superiores al del presidente de la República y al de su jefe, el secretario Marcelo Ebrard, y a ese gasto se suman las ominosas prestaciones que tal vez se podrían entenderse para representantes de países desarrollados, pero que ni siquiera en éstos se gasta tal fortuna en mantener a una diplomacia tan cara.

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