La humanidad ha sobrepasado siete de nueve límites planetarios, y los sistemas alimentarios han sido la principal causa de que se sobrepasaran cinco de ellos, alertó el doctor en geografía y ecología Fabrice DeClerk.
Durante la presentación del informe EAT Lancet 2025: hacia sistemas alimentarios saludables, sostenibles y justos, el director científico de la organización EAT precisó que la actual cadena de producción y distribución de alimentos en el mundo es responsable de aproximadamente un 30 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), “un límite planetario delimita un ámbito de actividad seguro para los seres humanos respecto de la resiliencia de la biosfera; en otras palabras, establece la capacidad de la biosfera para recuperarse de las perturbaciones (ocasionadas principalmente por las actividades humanas) y regresar a un estado estable”.
“Estas emisiones provienen de una amplia variedad de actividades, de las cuales la mayor proviene de la producción de carne, las emisiones de metano provenientes del cultivo de arroz y los cambios en el uso de suelo y la deforestación”, señala el informe, publicado en colaboración con la revista científica The Lancet.
Además de su significativa contaminación medioambiental, la forma actual en la que se producen alimentos es profundamente desigual, pues lo que come el 30 por ciento de la población más rica del mundo genera alrededor del 70 por ciento del impacto ambiental de los sistemas alimentarios, agrega el informe.
Sumado a lo anterior, en el mundo hay unos 4 mil millones de personas que no tienen derecho a una buena alimentación, más de mil millones que sufren desnutrición y una tercera parte de quienes trabajan en la producción de alimentos gana menos de un salario digno de vida.
De hecho, “menos del 1 por ciento de la población mundial se encuentra actualmente en un ‘espacio seguro y justo’, donde se satisfacen los derechos y las necesidades alimentarias de las personas dentro de los límites planetarios”, detalla el documento.

Urge transformar esta realidad
Debido a lo anterior, es urgente transformar el modelo actual de los sistemas alimentarios; “es imposible seguir” con ellos, afirmó el doctor DeClerk; por tanto, el informe internacional también contiene un apartado de soluciones a partir de una “dieta de salud planetaria”.
Es por ello que, con el objetivo de alimentar a los casi 10 mil millones de personas que —según proyecciones— habrá para 2050, pero sin transgredir los límites planetarios, se ha generado una “guía flexible” que busca aumentar el consumo de granos, verduras, frutas, leguminosas o semillas, mientras se disminuye el de carnes rojas, explicó el doctor Juan Rivera Dommarco, del Instituto Nacional de Salud Pública.
Este cambio en la manera de consumo por parte de las personas disminuiría alrededor de 15 millones de muertes prematuras al año, equivalente al 27 por ciento de todos los fallecimientos mundiales de este tipo, proyectó el investigador desde la Academia Mexicana de Medicina, en la Ciudad de México, ante la presencia de los secretarios de Salud, David Kershenobich, y Agricultura, Julio Berdegué.
Para lograrlo, quienes participaron en el informe encontraron que se debe impulsar por igual el cambio en los patrones de consumo poblacional, aumento de vegetales y disminución de carnes, y la reducción de desperdicio en la producción de alimentos, resaltó el doctor Mario Herrero, científico en cambio climático.
En México se genera alrededor de 20 millones de toneladas de desperdicio y pérdidas de alimento en la cadena de producción, que representa más del 35 por ciento del total de alimentos producidos en el país, lamentó el doctor Kershenobich en su intervención.
En una proyección en la que se cumplen los lineamientos que sugiere el informe EAT Lancet, se reduciría un siete por ciento de la tierra ocupada en el mundo, 20 por ciento del GEI, 15 por ciento del nitrógeno y fósforo, así como también habría una disminución en el uso de agua, enumeró Mario Herrero.



















