Desde los primeros años del siglo XXI, Estados Unidos financió programas para aumentar la participación de las mujeres en la política mexicana, pero se enfocó en perfiles de centro derecha, derecha y ultraderecha. Mediante instituciones como la National Endowment For Democracy (NED), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Instituto Democrático Nacional (NDI por su sigla en inglés), operó bajo esos programas con los que se buscó preparar a mujeres que militaron o militan en los ahora partidos de oposición: PRI y PAN, y algunas del extinto PRD. En el contexto de las pasadas elecciones, la NED y la USAID impulsaron que la primera mujer en llegar a la Presidencia de México fuera la panista Xóchitl Gálvez, con estrategias que incluyeron la guerra sucia mediática del narco gobierno, narco candidata y narco presidente –en la que se involucró también una facción de la DEA–, para descalificar la candidatura de la actual presidenta Claudia Sheinbaum
La participación política de la mujer en el sistema interamericano se empezó a proyectar desde hace más de cinco décadas. En 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) adoptó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, en inglés). En el caso particular de América Latina, en 1994 se aprobó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belém do Pará) en la Organización de Estados Americanos (OEA). En la misma OEA se estableció, en 2000, la resolución AG/RES 1625 (XX-O/99), “Situación de la Mujer en las Américas y Fortalecimiento y Modernización de la Comisión Interamericana de Mujeres”, y se aprobó también el “Programa Interamericano sobre la Promoción de los Derechos Humanos de la Mujer y la Equidad e Igualdad de Género” (PIA).[1] En la Cumbre de las Américas, instancia multilateral que forma parte del sistema interamericano de relaciones internacionales en el que Estados Unidos (EU) suele tener incidencia, se dio respaldo al PIA.
Posteriormente, en 2004, la Declaración de Nuevo León de la Cumbre Extraordinaria de las Américas, celebrada en Monterrey, México, alentó “la formación política y preparación de líderes, incluyendo mujeres, jóvenes, indígenas, miembros de grupos étnicos y poblaciones marginadas. Destacamos la importante labor del Foro Interamericano sobre Partidos Políticos para facilitar que los partidos compartan mejores prácticas y se fortalezcan, así como para promover reformas de los sistemas de partidos políticos”.[2]
Es en este contexto en el que –desde el gobierno de EU y desde ciertas agencias gubernamentales e instituciones ligadas al bipartidismo estadunidense– se promovieron y establecieron programas para preparación política de mujeres. Es pertinente aclarar que no es que se esté en contra de la participación de las mujeres en política, sino al contrario, es fundamental cerrar las distintas brechas políticas, socioeconómicas y culturales de género que permean a las sociedades en la actualidad, como recientemente sucedió en México.
Sin embargo, se está frente a una serie de programas que fueron establecidos desde el poder hegemónico estadunidense hacia América Latina, región con una marcada dependencia estructural histórica, que constantemente fue sometida a programas de ajuste estructural, cambios en el Estado que, en grados mayores o menores, permitieron la reproducción de esa dependencia y subordinación. Programas que, además, se enfocaron sobre todo en preparar a mujeres que militan en partidos de centro derecha, derecha y ultra derecha para llegar a cargos públicos de muy alto perfil, lo que excluyó a mujeres de izquierda con larga tradición de lucha.
Ejemplo de ello es lo que ocurrió con el Instituto Republicano Internacional (IRI). El documento “NED 2006 Program Planning Document” –del que Contralínea tiene copia– revela que el presupuesto de la NED –agencia vinculada a la Agencia Central de Inteligencia (CIA)– para el IRI se destinó a varios programas en 2006. Y uno de los que más presupuesto tuvo fue la “Iniciativa de la democracia femenina”, con 500 mil dólares. El siguiente programa fue “Rising Stars Program” (250 mil dólares). Con incidencia en México.
Elegir perfiles de centro derecha, derecha y ultraderecha no es casualidad. Esas corrientes políticas siempre han sido aliadas de los intereses hegemónicos de Estados Unidos, como ocurrió en los sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña.
Tan sólo como ejemplo, basta revisar lo acontecido en las pasadas elecciones mexicanas, donde la candidatura de la panista Xóchilt Gálvez fue apoyada por una facción de la DEA, que contribuyó –al filtrar expedientes sin pruebas– a las campañas de guerra sucia mediática sobre temas de “narco candidata”, “narco presidente”, “narco partido” y “narco gobierno”. Tópicos que la propia candidata de la derecha y del sector empresarial retomó en los debates presidenciales.
La propaganda negra se difundió de forma profusa por organizaciones financiadas por la USAID –como Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad– y por medios internacionales ligados a agencias estadunidenses.
La coincidencia de Xóchitl Gálvez con los intereses del vecino país del norte fue pública: en campaña, la panista aseguró que, de llegar a la Presidencia, crearía la agencia binacional de aduanas, lo que habría permitido a Estados Unidos tener control de un asunto de seguridad nacional estratégico para México. Además, prometió colaboración estrecha con las agencias estadunidenses, e incluso que se permitirían operativos conjuntos en suelo mexicano contra los cárteles de la droga. Esto lo dijo en el país y también durante su gira por Estados Unidos, a donde fue a pedir la intervención de esa nación en las elecciones.
El IRI en América Latina
El Instituto Republicano Institucional fue fundado en 1983 –aún en el periodo de la Guerra Fría– después de un discurso pronunciado por Ronald Reagan en Inglaterra, para construir la “infraestructura de la democracia”. Desde entonces, se reorganizó parte de la infraestructura de la injerencia estadunidense. Se creó la Fundación Nacional de la Democracia, que comenzó a realizar las actividades que antes hacía la CIA. Se crearon también varios institutos como el IRI, el Instituto Demócrata Nacional (NDI en inglés), el Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE en inglés) y el Centro Americano para la Solidaridad Laboral Internacional (ACILS en inglés).
El IRI se autodefine como “una organización privada, no partidaria, sin fines de lucro dedicada a fomentar la democracia, la libertad, el gobierno y la aplicación de la justicia alrededor del mundo”.
Respecto a América Latina, el IRI analizó que había procesos democráticos que estaban “dando lugar a la elección de personas y partidos con credenciales democráticas cuestionables”, en referencia a Venezuela y Bolivia, a pesar de que los gobiernos progresistas fueron elegidos democráticamente.
Incluso, el análisis realizado por el IRI, relacionó el déficit democrático a la “incapacidad de los gobiernos para presidir el crecimiento económico y la creación de empleo”, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la misma USAID y el Latinobarómetro.
En la primera década del siglo XXI el modelo económico boliviano y venezolano, eran dos experiencias que mostraron crecimiento económico y del empleo después de que años atrás tuvieron problemas económicos y sociales fuertes, que derivaron en la guerra del gas y del agua en Bolivia o el denominado Caracazo en Venezuela, experiencias que mostraron el agotamiento del modelo neoliberal.
De este análisis, que no estuvo basado en datos, pues –como muestran los datos de la CEPAL– ambos países tuvieron crecimiento de su economía entre 2003-2008,[3] se estructuró un plan de trabajo entre el IRI y “socios tradicionales en los partidos políticos, gobiernos, legislaturas y la sociedad civil” para capacitación sobre gobernanza y reforma económica. Para ello, el IRI hizo hincapié en las siguientes áreas:
- Alentar la participación constructiva de los grupos descontentos en el proceso democrático.
- Fomento de la capacidad de gestión de los partidos políticos.
- Formación de jóvenes y nuevos dirigentes en las esferas de la reforma económica y la gestión pública.
- Mejorar la capacidad de los partidos políticos para llegar a los grupos marginados y tradicionalmente excluidos.
El proyecto en América Latina se enfocó en países como: Nicaragua: “Promoción de la económica y empoderamiento político en América Latina” (500 mil dólares); México: “Aumento de la participación femenina a nivel estatal y local” (150 mil dólares); “Promoción de la buena gobernanza en Perú” (350 mil dólares); Venezuela: “Fortaleciendo la vinculación del partido con los grupos marginados” (200 mil dólares); Guatemala: “Escuela de liderazgo y gobierno para jóvenes” (200 mil dólares).
Otras vías de financiamiento del gobierno de EU
Además del financiamiento realizado por la Fundación Nacional de la Democracia (NED) al Instituto Republicano Internacional (IRI), destacan también proyectos del Departamento de Estado –del cual dependía la NED hasta 2021–, la USAID, la Oficina de la Democracia, los Derechos Humanos y el Trabajo (DRL en inglés). Con estas otras fuentes de financiamiento, se realizaron proyectos en países como El Salvador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Cuba –que en 2006 tuvieron gobiernos progresistas– y en Colombia, México y Haití, países con un fuerte cuestionamiento al modelo económico neoliberal.
Para 2007, el análisis que hizo el IRI era que la región latinoamericana estaba “en transición” después de dos décadas de gobiernos democráticos, o sea, los gobiernos de la denominada “transición democrática” que vinieron después de las dictaduras militares y que aplicaron a rajatabla los postulados ideológicos neoliberales de apertura de mercados a empresas privadas nacionales y extranjeras, privatización de empresas paraestatales, aumento de la explotación laboral con caída de salarios o sin incrementos sustanciales y financiamiento económico.
Los casos más emblemáticos son, sin duda, los gobiernos de la concertación en Chile, los gobiernos argentinos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Fernando de la Rúa; así como los gobiernos del Pacto de Punto Fijo en Venezuela que empezó en 1958 y que continuó después con la hegemonía de los partidos COPEI y Alianza Democrática (AD) hasta el segundo mandato de Rafael Caldera.
Según el IRI, a estos gobiernos “democráticos” se opusieron otros, como el de Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua, Rafael Correa en Ecuador, Néstor Fernández en Argentina y Luiz Inácio Lula Da Silva en Brasil.
Como el mismo IRI menciona –y en franca contradicción con el supuesto aumento del trabajo y la economía en los gobiernos que consideran “democráticos”– es “la frustración entre las poblaciones tradicionalmente desposeídas de derechos por la falta de oportunidades económicas, la corrupción y la mala gobernanza” lo que explicaría que “los líderes populistas radicales están avivando las llamas del descontento de los votantes con la ‘democracia’ y han manipulado los procesos electorales para sus propios fines”.
México: epicentro de la disputa regional
Ante este escenario latinoamericano, el IRI propuso establecer el programa “Democracias en peligro” para financiar actividades “prodemocráticas” en Venezuela, Bolivia y Argentina y, abrió una oficina regional en México para llevar las actividades en países centroamericanos como Guatemala y El Salvador.
En aquél entonces, México vivió un segundo fraude electoral por un gobierno aliado a EU como fue el de Felipe Calderón, que aceptó de manera antidemocrática la Iniciativa Mérida pues no pasó por el aval del congreso e incluso, Patricia Espinosa, entonces titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores mencionó que el objetivo era proteger a Estados Unidos de posibles ataques terroristas: “aquí se trata de fortalecer nuestra capacidad en México para detectar terroristas” que quieran entrar a territorio nacional “para atacar a nuestros vecinos. Sería irresponsable no tomar esto en cuenta”.[4]
México entró con ello, en una espiral de violencia que continúa hasta la actualidad, aumentó su dependencia de Estados Unidos y éste, incrementó sus capacidades de injerencia, pero, también, comenzó a ser referente para países latinoamericanos.
Como menciona un documento del IRI “El uso de expertos de los partidos políticos de México para ayudar a capacitar a socios menos desarrollados en la región también refleja la creencia de larga data del IRI de que los EU no tienen el monopolio de la promoción de la democracia. El IRI continuará ayudando a los países de todo el hemisferio en su labor para alcanzar las elevadas metas consagradas en la Carta Democrática Interamericana. La Fundación Nacional para la Democracia (NED en inglés) y sus institutos asociados deben demostrar que serán socios sólidos en este largo y difícil proceso”.
México: aumento de la participación femenina a nivel estatal y local
Según documentos del Instituto Republicano Internacional (IRI) –en poder de Contralínea–, el proyecto “2006-267.D/7672 Aumento de la participación femenina a nivel estatal y local”, contó con financiamiento de 150 mil dólares para ser aplicado entre el 13 de enero de 2006 y 31 de marzo de 2008. El análisis para aplicar dicho proyecto fue que aunque hubo “avances en el fomento del crecimiento democrático” con instituciones como el Instituto Federal Electoral –que avaló el fraude de 2006–, los efectos de la “transición democrática” no avanzaron hacia la participación de la mujer en el proceso político.
Por lo anterior, el IRI propuso: “además de participar en actividades con los partidos políticos principalmente a nivel estatal y local, el IRI también colaborará con los principales partidos políticos de México, el PAN, el PRI y el PRD, a nivel nacional, para desarrollar un plan de trabajo sobre asistencia técnica básica para campañas, identificación de las candidatas”.
Con este proyecto se pretendió evaluar el impacto práctico de la formación con mujeres de partidos políticos, sociedad civil que se convertirían en candidatas a cargos locales. En síntesis, el IRI contribuyó a la preparación política de mujeres de los partidos de la hoy oposición, para llevarlas a cargos políticos.
Los principales resultados fueron:
- Capacitación en el estado de Guerrero para 53 mujeres del Secretariado de la Juventud del PRI. El evento sirvió como seguimiento de un seminario anterior celebrado bajo este programa en el estado de San Luis Potosí. Los temas incluyen: investigación de la oposición, derecho financiero, recaudación de fondos y estrategia de comunicaciones.
- El IRI coorganizó un evento con UNIMOSS Red Mujeres, una ONG dirigida por mujeres asociada al Partido de Acción Nacional (PAN) cuyo objetivo es aumentar la participación política de las mujeres a nivel estatal y local.
- Evento de dos días en la ciudad de Oaxtepec, Estado de México, reunió a 492 personas de la comunidad indígena de todo el país para una serie de seminarios diseñados para fortalecer la presencia de UNIMOSS Red Mujeres en esta comunidad marginada.
- IRI desarrolló, planificó y coordinó un seminario de formación de dos meses y 100 horas para 42 dirigentes nacionales de UNIMOSS Red Mujeres.
Al final, el IRI detectó como relevante el haber reunido a 500 participantes en el evento con UNIMOSS Red Mujeres.
De UNIMOSS RED Mujeres al Partido Humanista
Según datos de las Naciones Unidas, la razón social de UNIMOSS es Red Mujeres, Desarrollo, Justicia y Paz AC.[5] Además cuenta con registro número 16981 ante el Instituto de las Mujeres (Inmujeres).[6]
Su presidenta es María del Rocío Bedolla Tamayo. En la red LinkedIn se autodefine como fundadora de varias organizaciones, como “Nacional Red Mujeres Unimoss ahora con Estatus Consultivo ONU; Red Nal de Integración Indígena; parte de Consejo Nacional UNIMOSS; Parte fundadora Red WDN/ LA; Fundadora y 1a Presidenta Consejo de Administración SOCAP EMPRENDEDORES UNIMOSS; Organizaciones Políticas como el Partido Humanista Nacional y local en México. Fundadora APN ASÍH/ Alianza Social Impulso Humanista”.[7]
Según datos del gobierno de México, esta ONG, participó en un acto de la entonces Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en Hidalgo en 2014, donde entregaron un reconocimiento a María Alfonsa Morales Ortega de UNIMOSS.[8]
Aunque no se sabe quiénes fueron las participantes de los eventos organizados por el IRI, el Instituto Democrático Nacional (NDI) fue otro de los institutos que, con financiamiento estadunidense, preparó a mujeres del PRD, PAN y PRI en 2009, lo que evidencia una continuidad en la preparación política.
[1] https://www.oas.org/es/cim/docs/pia-report2007[sp].pdf
[2] https://summit-americas.org/sp_summit/sp_summit_dec_sp.pdf p, 11.
[3] https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/25f4514e-1461-4703-89aa-82ee5fc8170f/content, p. 88.
[4] https://www.jornada.com.mx/2007/10/25/index.php?section=politica&article=003n1pol
[5] https://esango.un.org/civilsociety/showProfileDetail.do?method=showProfileDetails&tab=1&profileCode=611925
[6] http://cedoc.inmujeres.gob.mx/Salida_php.php?registroID=16981
[7] https://mx.linkedin.com/in/maria-del-rocio-bedolla-tamayo-53b87321 y https://repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/bitstream/handle/123456789/133736/009_PH.pdf
[8] https://www.gob.mx/agricultura%7Chidalgo/es/articulos/la-sagarpa-hidalgo-anuncia-que-en-abril-arrancan-los-programas-dirigidos-a-mujeres-que-viven-en-zonas-rurales