Entre las numerosas operaciones encubiertas y secretas de la CIA, hay una que ese órgano ha utilizado con mucha frecuencia y éxito para controlar y someter un territorio: la táctica de dividir para vencer, conocida también como la doctrina del Dog’s Circle. Basta con introducir poderosos elementos de desestabilización a los cuales brinda su apoyo financiero y militar. La sola diferencia en el siglo XXI es el rol que juega la prensa para conquistar las mentes de la opinión pública. La guerra inter-árabe en Siria ha dejado un importante legado documentado que comprueba que dichas prácticas neocoloniales siguen vigentes
Pepe Escobar/Red Voltaire
Los políticos occidentales adoran verter masas de lágrimas de cocodrilo sobre “el pueblo sirio” y felicitarse en el marco de los “Amigos de Siria” para defenderlo contra la “tiranía”.
Bueno, el pueblo sirio ha hablado. Aproximadamente un 70 por ciento apoya al gobierno de Bashar al-Assad. Otro 20 por ciento es neutral. Y sólo un 10 por ciento está alineado con los “rebeldes” apoyados por Occidente, los secuestradores, tragapulmones, decapitadores del tipo yihadista.
Los datos fueron suministrados sobre todo por organizaciones independientes de ayuda que trabajan en Siria. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) recibió un informe detallado a finales de mayo pasado pero, predeciblemente, no mostró demasiado interés por publicarlo.
Como el diario Asia Times Online ha estado subrayando durante meses, las clases empresariales suníes en Damasco y Alepo son neutrales o favorables a al-Assad. Y la mayoría de los sunitas consideran ahora que las bandas de mercenarios extranjeros armados por Catar y la Casa de Saud son mucho más repelentes que al-Assad.
Mientras tanto en Gran Bretaña, donde David de Arabia Cameron mantiene su entusiasmo por una zona de exclusión aérea para proteger al “pueblo sirio”, sólo un 24 por ciento de los británicos está a favor de armar aún más a los “rebeldes” (aunque el 58 por ciento apoya la ayuda humanitaria).
Y en un mitin en Doha, la perenne estrella de Al Jazeera e icono de la Hermandad Musulmana, el jeque Yusuf al-Qaradawi –pontificando ahora en Al-Azhar en El Cairo– ha llamado a una yihad de todos los musulmanes suníes contra Damasco. También calificó a Hezbollah de “partido de Satanás” y condenó a Irán por “enviar armas y hombres para respaldar el régimen ‘sirio’”. En los hechos ha apoyado una yihad de musulmanes contra musulmanes, aunque insistió en que su llamado a combatir contra Hezbollah “no es contra todos los chiítas”.
Además al-Qaradawi también cuestionó: “¿Cómo podrían 100 millones de chiítas derrotar a 1 mil 700 millones de sunítas? Sólo porque los musulmanes [sunitas] son débiles”. Esto dio más que por entendido que los chiítas son el enemigo.
¿Quién, entonces, se preocupa de lo que pueda pensar el “pueblo sirio”?
Los “Amigos de Siria” occidentales no podrían haber encontrado a un chivo expiatorio más dispuesto para promover su acostumbrada jugada autorrealizable “divide y vencerás”, la división sunita-chiíta (es como decir entre católicos y protestantes). Siempre es útil tener a disfuncionales petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico (CCG) presentándose como “liberadoras” para que Occidente pueda volver a librar una guerra por encargo “dirigiendo desde atrás”.
En otras noticias, ¿dónde está Evelyn Waugh cuando lo necesitamos?
Es Scoop de nuevo [el nombre Scoop hace referencia al título de la novela escrita por Evelyn Waugh, publicado en 1938; en dicha novela el escritor denuncia las desviaciones del periodismo y los métodos de desinformación de la prensa comercial en su época], con Siria que reemplaza una guerra “promisoria” en la República Africana de Ismaelia y cada chapucero en el mundo occidental haciendo un remix de Daily Beast, proclamando la inminente caída de al-Assad porque, bueno, estamos a favor de los rebeldes y hemos decidido que van a ganar.
Misiles infieles
Tal como están las cosas, las negociaciones Ginebra II promovidas por Washington y Moscú parecen prácticamente enterradas.
La Unión Europea ha levantado su embargo de armas contra Siria, acción que fue en esencia un delirio franco-británico que no tomó en cuenta a miembros renuentes de la Unión Europea. Por cierto, tuvieron que ser Gran Bretaña y Francia, dos antiguas potencias imperiales que hace casi 1 siglo trazaron una línea en la arena dividiendo el Levante y ahora quieren rediseñarlo.
Eso significaría, en la práctica, que la Unión Europea ha declarado la guerra a Damasco. Según el acuerdo de la Unión Europea, las entregas de armas tendrán lugar antes del otoño. Y el beligerante dúo franco-británico tiene que asegurar que las armas se utilizarán sólo para proteger a los civiles.
¿Quién supervisará esto?, ¿un montón de burócratas de Bruselas en uniforme de faena? Siempre pueden volver a la solución predeterminada, pedir ayuda a Estados Unidos. Cada grano de arena del Levante sabe que la Agncia Central de Inteligencia “ayuda” a Catar y a Arabia Saudita a armar a los “rebeldes”.
Y luego existe la clara posibilidad de que Gran Bretaña puede haber actuado, una vez más, como una Quinta Columna estadunidense dentro de la Unión Europea, allanando el camino a una posible intervención al estilo de “todas las opciones están sobre la mesa” del gobierno de Barack Obama.
El presidente ruso Vladimir Putin dio –de inmediato– jaque mate a la Unión Europea, y a Estados Unidos. Sí, esos famosos sistemas de misiles S-300 irán a Damasco y pronto. El ministro adjunto de Exteriores ruso, Sergey Ryabkov, dijo que los misiles serán un factor estabilizador en Siria, que ayudará a disuadir a los “fanáticos”. También subrayó –correctamente– que tal vez la Unión Europea ya haya saboteado las conversaciones planeadas en Ginebra.
El exgeneral de la Fuerza Aérea rusa, Anatoliy Kornukov, dijo a Interfax-AVN Online que Damasco necesitará por lo menos 10 batallones de sistemas de misiles de defensa antiaérea S-300 para proteger integralmente su territorio de un posible ataque de la OTAN. En este caso, sería imposible imponer una zona de exclusión aérea, un sueño húmedo franco-británico.
Cada sistema de misiles tierra-aire S-300 consiste en un puesto de comando equipado con radar y hasta seis misiles 5Zh15. Sería suficiente 1 mes de entrenamiento para que los sirios los manejaran. Korbukov dijo: “Nuestros sistemas pueden desplegarse dentro de 5 minutos. Y es casi imposible interferir con ellos”.
¿Qué van a hacer al respecto los “Amigos de Siria”? ¿Convocar a otra reunión? Es hora de que al-Qaradawi aparezca en al-Jazeera para actualizar su yihad para que incluya misiles rusos (después de todo son misiles infieles). ¿Por qué no establece un ejemplo y se presenta de voluntario en el frente?
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Fuente: Contralínea 340 / junio 2013