No podían estar más enredados los comicios de julio próximo. La sucia elección panista lejos de bajar de sus aspiraciones electorales a Josefina Vázquez Mota, la impulsó para sentirse muy competitiva. La incorporación de Ernesto Cordero y su equipo le garantizará el apoyo de Felipe Calderón, no obstante que a muchos de los aspirantes a senadores y diputados albiazules los coloquen en donde nadie los conoce, lo que disminuirá su votación en muchos lugares. Lo terrible es que a Santiago Creel y sus acompañantes se les margine totalmente, lo que representa un berrinche más del esposo de Margarita Zavala.
Por su lado, Enrique Peña Nieto ya ha empezó a preocuparse. Tanto así que llamó a no confiarse, luchar voto por voto en todos lados y está grabando promocionales: muchos con un enorme trabajo porque uno de tres minutos le ocupa más de tres horas de filmación. Incluso ya ordenó que todos se quiten las prendas rojas –el color del viejo y denostado Partido Revolucionario Institucional (PRI)–. Y es que su baja en las encuestas resulta innegable.
Quien parece muy quitado de la pena es Andrés Manuel López Obrador. El tabasqueño, en entrevista con el periodista Carlos Puig, afirmó que con los 26 puntos que tiene en las encuestas puede ganar fácilmente, ya que los sondeos están trucados. Pero quienes aseguran que votarán por él son menos del 20 por ciento, lo que demuestra que ni con su lógica tiene ganada la contienda. Eso sí, un punto a su favor es ir indicando quiénes ocuparán las carteras en los diferentes cargos oficiales, lo que le ha permitido que los empresarios de Monterrey, que lo satanizaban ahora lo reciban muy sonrientes.
Pero en donde las cosas son más peliagudas es en los órganos electorales. A poco más de 100 días de la fecha cardiaca (1 de julio), hubo movimientos en la Procuraduría General de la República (PGR). Se dio de baja a José Luis Vargas (14 de febrero), encargado de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade). El asunto ya se veía venir, pues un día antes, el presidente del tricolor Pedro Joaquín Coldwell envió una carta a Marisela Morales, titular de la PGR, en la que señala que sería inconveniente la remoción de Vargas. No se le hizo caso.
¿Cuáles fueron las causas de la dimisión? Básicamente Vargas no impugnó la victoria del panista Fausto Vallejo en Michoacán, quien le ganó a Luisa María de Guadalupe, hermana de Calderón, la famosa Cocoa. Y extrañamente, el día que le cantaron las golondrinas, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación avaló la elección en la tierra del general Lázaro Cárdenas, e incluso por cuatro votos contra tres no aceptó las impugnaciones de algunos promocionales a favor del exalcalde de Morelia.
Además, Vargas había señalado en Washington, capital del imperio, que es casi imposible un fraude el 1 de julio, ya que existen una serie de candados realmente fuertes y eficaces para impedir llevar adelante una operación que altere los resultados.
Si además le agregamos que el centro de análisis Stratfor (con sede en Austin, Texas, Estados Unidos) señaló que el Partido Acción Nacional (PAN) no tiene ninguna posibilidad de triunfar, debido al mal gobierno calderonista, a menos que exista un golpe de último momento que precipite un cambio serio y contundente en los votantes (la captura del narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán Lorea, por ejemplo) nos daremos cuenta que todo está en contra de Vargas y su PAN.
¿Coincidencias? Ya sabemos que éstas no existen en política, sino más bien conveniencias.
Llega a la Fepade la bisoña Imelda Calvillo Tello. Se desempeñaba como encargada contra el lavado de dinero en la PGR. Algo que es sintomático, ya que en este sexenio únicamente se ha cerrado la Casa de Cambio Puebla, donde se efectuaron varias detenciones, ya que diferentes cárteles la utilizaban para blanquear su lana. Fuera de ello no hay mayores noticias de la solvencia de esa unidad. Y se habla de decenas de millones de dólares que han circulado tanto aquí como en Estados Unidos sin que exista una operación en contra de los responsables.
Que el asunto huele mal lo demuestran las expresiones del influyente diputado panista Carlos Pérez Cuevas, quien se asombró por la salida de Vargas.
Donde hubo contradicciones fue en el Partido de la Revolución Democrática. Mientras el jefe del sol azteca, Jesús Zambrano Grijalva –de los Chuchos que hicieron alianza con el panismo–, indicó que el PRI quería curarse en salud por el movimiento extraordinario, Armando Ríos Piter (cercano a Marcelo Ebrard), señaló que era incorrecto que a estas alturas de la contienda electoral se hicieran esas desordenadas modificaciones.
También llegó otra mujer a un puesto importante. Angelina Borbolla Moreno, ahora titular de la Fiscalía Especial para la Atención a Delitos contra la Libertad de Expresión. Claro, será difícil su encomienda si recordamos a las decenas de periodistas caídos por las balas y a los que continúan desaparecidos sin que hasta el momento se haya realizado una sola acción para castigar a los responsables.
Mientras esto sucede, el Instituto Federal Electoral dio a conocer las reglas para los precandidatos a los diferentes cargos de elección. Hay tanto desconcierto que nadie sabe realmente hasta dónde se puede ir y cuándo se rebasan las normas. Prueba de ello es que hasta Gustavo Madero, el supuesto presidente de los blanquiazules, afirmó que ensayarán de la prueba al error.
Pero lo más grave es que algunos comentócratas ya incluso hablan de que dadas las circunstancias negativas para que siga en Los Pinos alguien del grupo de Vicente Calderón (la conjunción de Fox y Felipe), ya ronda la posibilidad de que se anule la elección de este año. Algo realmente desquiciante y que traería problemas más graves que la crisis de España y Grecia juntas. El asunto es complicado, más si continúa la amenaza latente de la justicia como forma para detener a quienes son contrarios al felipismo.
Es necesario desactivar, si existe, esa bomba con un encuentro entre Calderón y los partidos políticos. ¿O sólo Vázquez Mota puede desayunar en Los Pinos para hablar de la familia?
*Periodista