En la pasada campaña electoral en España, el Partido Popular (PP) y sus voceros pregonaron haber gobernado bien, que el desempleo disminuía gracias a sus “reformas” y que la economía iba viento en popa. Pero otra es la cruda realidad. Tal vez el PP y la ciudadanía vivan en dimensiones diferentes y no ven ni viven lo mismo.
Xavier Caño*/Centro de Colaboraciones Solidarias
Hace un año, Fernando Luengo nos recordaba, contra el coro laudatorio de economistas neoliberales, que no salíamos de la crisis. Aunque el producto interior bruto aumentara en 2014 un 1.4 por ciento y previsiones próximas apuntaran algún crecimiento. Pero endeble, ridículo. Aunque lo más importante, recordaba Luengo, es que la economía tal vez se movía (o arrastraba), pero la mayoría de población no se enteraba, no se recuperaba. El desempleo mantenía cotas históricas, casi todos los nuevos contratos son precarios y los salarios, bajos, muy bajos. Y nada ha cambiado para bien.
Es la trampa de las cifras macroeconómicas, que poco tienen que ver con la realidad. Y ésta, implacable, muestra que la mayor parte de salarios se han estancado o disminuyen. Además de aparecer (y aumentar) los trabajadores pobres: los que no salen de la pobreza con empleo. Si se le puede llamar empleo. La precarización del empleo atribuible al PP ha provocado pobreza laboral generalizada. Según el Instituto Nacional de Estadística, algo más del 14 por ciento de trabajadores con empleo no superan el umbral de la pobreza. ¡Muy fuerte!
Las cifras de pobreza y desigualdad muestran que la presunta recuperación no llega a la gente. Porque la innegable realidad es que la crisis ha sido una ofensiva en toda regla de la minoría que detenta el poder económico contra la población. La ha empobrecido y privado de derechos esenciales, en exclusivo beneficio de las llamadas élites. El resto, música ambiental.
¿Qué ocurrió con los 3 millones de empleos que el PP prometió? Agua de borrajas. Pero durante su gobierno sí se ha destruido el equivalente a 900 mil empleos, como documenta Enrique Negueruela. La Encuesta de Población Activa (EPA) oficial muestra que no hay recuperación real, como prueba que hoy se trabajen ¡33 millones de horas menos! La reforma laboral del PP ha destruido el equivalente a esos citados cientos de miles de puestos de trabajo a tiempo completo. Como demuestran esos millones de horas trabajadas menos. Además de que 2 millones y medio de ocupados están subempleados en puestos de menor cualificación que la que poseen (cobrando menos, claro) o muchas menos horas de las necesarias para obtener un salario decente.
El paro bajó en mayo pasado casi 120 mil personas, dicen, pero fue la típica bajada primaveral, no por acción gubernamental alguna que fortalezca la economía productiva. Además de que los contratos indefinidos a jornada completa de los nuevos empleados no llegan a un ridículo 5 por ciento. Mientras el 92 por ciento (casi todos) son eventuales, temporales, precarios. Si eso es reducir el desempleo…
Y con tanto desempleado es vital saber qué ayudas reciben, pues han de vivir. Y la cobertura a parados solo atiende al 53 por ciento de gentes sin trabajo. Es decir, un 47 por ciento de desempleados (casi la mitad) no recibe ayuda alguna.
Además de que son menos los desempleados que cobran prestación, menor es la que reciben, como documenta Comisiones Obreras. En España hay casi 2 millones de personas en paro excluidas del sistema de protección por desempleo (Sepe), según ese servicio, pero la EPA asegura que los desempleados sin ayuda son casi 4 millones. El doble. Mucha gente. Los desempleados con subsidio apenas son la mitad de parados y las ayudas continúan bajando. El gasto para protección al desempleo en mayo bajó 10 por ciento con respecto de 2015… y algo más del 40 por ciento respecto a 2012. Pero el paro de muy larga duración aumenta; según la EPA, ya es el 43 por ciento…
No hay motivo de alegría para la gente trabajadora ni esperanza de mejora en tiempo breve. La recuperación es una falacia. ¿Cuándo dejarán de mentir? Además de que lo que perpetra esta gente del PP va contra los principios y derechos propios de una sociedad civilizada y justa.
Principios como que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Que todo individuo tiene derecho a la vida. Y, para asegurar ese derecho a la vida, tiene derecho a la seguridad social y satisfacer sus derechos económicos. Por lo que toda persona tiene derecho a la protección contra el desempleo.
¿Qué parte de esos derechos no entienden esos neoliberales?
Xavier Caño*/Centro de Colaboraciones Solidarias
*Periodista y miembro de ATTAC
[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: ARTÍCULO
Contralínea 499 / del 01 al 06 de Agosto 2016