“¿Qué esperaban los políticos de oficio y gobernantes espurios con tanta violencia, con tanto agravio, con tantas afrentas, burla, cinismo y discriminación hacia el pueblo? ¿Acaso esperaban que ante la muerte por hambre, que ante los miles de muertos y desaparecidos por motivos políticos y sociales el pueblo se levantara y les aplaudiera, les tocara unas fanfarrias?”
Son preguntas del Partido Democrático Popular Revolucionario-Comandancia General del Ejército Popular Revolucionario (EPR) planteadas en su más reciente comunicado, al referirse a las movilizaciones de maestros, estudiantes y trabajadores.
En su escrito, fechado el 29 de abril de 2013, el movimiento armado advierte que las protestas no sólo son legítimas y necesarias, sino que irán en aumento. Pregunta a quienes piden represión por qué no acusan a quienes sin cubrirse el rostro a diario violentan las leyes, la Constitución y los derechos: empresarios sin escrúpulos y funcionarios de todos los partidos políticos.
Señala que la Cruzada contra el Hambre es una reedición de la política clientelar y contrainsurgente ya aplicada en años anteriores y que no busca mejorar los niveles de vida de la población. Asimismo, considera que el Pacto por México es un mecanismo cupular para terminar de imponer el neoliberalismo en México. Dice que el Congreso se ha convertido en un accesorio cosmético para formalizar las reformas que no benefician al pueblo de México, sino a los empresarios más poderosos de país, como Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego, Emilio Azcárraga y Claudio X González, entre otros.
Por considerarlo del interés de los lectores, Contralínea reproduce de manera íntegra el comunicado del EPR.
AL PUEBLO DE MEXICO
A LOS PUEBLOS DEL MUNDO
A LOS ORGANISMOS NO GUBERNAMENTALES DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LAS ORGANIZACIONES POPULARES Y REVOLUCIONARIAS
A TODOS AQUELLOS QUE LUCHAN CONTRA EL NEOLIBERALISMO Y EL CAPITALISMO
¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS!
A cinco meses de entrar en funciones, la actual junta administrativa de los intereses oligárquicos, impuesta por encima de la voluntad popular ha mostrado su verdadero carácter: el ser un gobierno antipopular, represivo y demagógico.
A partir del protocolo anticonstitucional y elitista de asunción, todas las medidas que se han tomado han sido en función de fortalecer al Estado policíaco militar y el estado de derecho oligárquico para defender, acrecentar y garantizar intereses de unas cuantas familias que depredan al país.
Todo acto de gobierno anticonstitucional y antipopular ha llevado aparejada la represión, el papel protagónico en la vida pública lo asumen de nueva cuenta las fuerzas represivas para sostener un gobierno impuesto que no representa la voluntad popular, como lo fue la represión premeditada del primero de diciembre de 2012, acordada entre las cúpulas represivas saliente y entrante, representadas en los personajes represivos como Genaro García Luna y Manuel Mondragón y Kalb que han destacado por su vocación represiva y fascista, amparados en la impunidad que otorga el estado de derecho oligárquico.
Los gobiernos panistas y priístas siempre han estado alejados del pueblo, pero ahora se hace más manifiesto su carácter antipopular porque toda política que se implementa va en detrimento de la mayoría de los mexicanos y destinada a seguir beneficiando al capital monopolista transnacional. Esa es la esencia de las reformas neoliberales impuestas desde el Pacto por México y concertadas por una cofradía de políticos de oficio venales de toda filiación política, gobernantes nefastos y voraces empresarios.
La imposición del Pacto por México se ha revelado como rasgo característico de un gobierno dictatorial, que a modo de acuerdo mafioso se anula de facto la constitución, se pasa por encima y anula las funciones del poder Legislativo, por consiguiente una élite de politicastros deciden e imponen las medidas económicas y políticas exigidas por la oligarquía. Continúa siendo relegado el pueblo en la toma de decisiones en la vida del país.
Las reformas impuestas desde el pacto oligárquico están siendo y serán avaladas como un mero trámite formal en el Legislativo, como una medida cosmética-mediática para justificar y legitimar ante la opinión pública la legalización de las reformas neoliberales que tienen el propósito de consolidar el régimen neoliberal.
Para el pueblo estas reformas significan un retroceso en el progreso social y constituyen una afrenta directa porque anulan derechos y conquistas populares logradas a base de lucha, dejando a millones de trabajadores en la completa indefensión jurídica-laboral; ahondan el proceso de precariedad y pauperismo en todo el país y en todos los ámbitos; condenan al pueblo a vivir en una perpetua y creciente miseria; y desde una legalidad burguesa se justifica la sobreexplotación, los salarios de hambre, el despido injustificado, al tiempo que se valida el esclavismo moderno y nuevas formas de opresión política.
En conjunto todas estas medidas políticas y reformas neoliberales constituyen la violencia institucionalizada contra el pueblo y exigida por empresarios, políticos, plumas y lenguas mercenarias, conversos de la “izquierda” electoral y ex guerrilleros arrepentidos que hoy trabajan gratis para el Estado, asumiendo el papel de cancerberos del capital y convirtiéndose en herramienta e instrumento ideal que exige la represión la cual ellos mismos condenaron en el pasado. La represión siempre ha sido una política del Estado mexicano que no ha estado sujeta a determinadas décadas o generaciones, ésta se ha dado en el marco de la polarización social y la generalización de la miseria, por lo tanto la violencia del Estado ha sido sistemática y recurrente.
Y el cinismo no tiene parangón, ahora los empresarios que convirtieron a la mayoría de los sectores populares en una masa desnutrida y obesa son impuestos como sus pretendidos salvadores con nuevos productos chatarra. La cruzada contra el hambre es parte de la política demagógica y contrainsurgente que se viene aplicando de manera transexenal como lo dictan los manuales de contrainsurgencia norteamericanos; falsamente reconocen la existencia del hambre en una cifra conservadora, sin embargo, lo que existe en el país es la hambruna y miseria que genera muerte por inanición. Programa asistencialista que su objetivo político es matizar y poner una fachada falsamente humana a este régimen, porque la hambruna y la miseria se resuelve con trabajo digno y bien remunerado producto de una distribución equitativa de la riqueza social.
Más que cruzada contra el hambre es una confabulación entre oligarcas, políticos de oficio, gobernantes y oportunistas de derecha e izquierda con la finalidad de seguir enriqueciéndose y mantener el estatus económico y político que han usufructuado a nombre del pueblo. Tenemos frente a nosotros el claro ejemplo de que la política burguesa es un gran negocio, en donde se lucra con el hambre, miseria y marginación del 85% de mexicanos que viven en la pobreza y miseria, sin adjetivos posmodernistas.
¿Qué esperaban los políticos de oficio y gobernantes espurios con tanta violencia, con tanto agravio, con tantas afrentas, burla, cinismo y discriminación hacia el pueblo?, ¿Acaso esperaban que ante la muerte por hambre, que ante los miles de muertos y desaparecidos por motivos políticos y sociales el pueblo se levantara y les aplaudiera, les tocara unas fanfarrias?, tanto es su envilecimiento por el poder y el dinero que acaban atragantándose con su propia demagogia y hoy se rasgan las vestiduras ante las movilizaciones populares y exigen una vez más la represión.
Las movilizaciones populares, del magisterio democrático, de estudiantes normalistas y universitarios son legítimas, son necesarias e irán en aumento porque se niega el derecho al trabajo, a la educación, a la vivienda, a la salud, a la recreación, a la alimentación, a la libertad de tránsito, el derecho a la petición, a la consulta del pueblo, el derecho a la manifestación y de opinión, en sí se niega el derecho a la vida digna.
¿Quiénes se “sorprenden” y se asustan con las movilizaciones del pueblo? Los verdugos, los explotadores, los opresores, los represores, los personeros y cancerberos del capital, las plumas y lenguas mercenarias, los políticos de oficio venales, los políticos corruptos, los que han cometido crímenes contra el pueblo, los gobernantes usurpadores e impuestos por la voluntad oligárquica, todos ellos son los que llaman, exigen y avalan un nuevo baño de sangre contra el pueblo para que se reprima a los trabajadores de la educación, a los estudiantes normalistas y universitarios, a las organizaciones populares, a los desempleados por orden panista y presidencial, a los jóvenes críticos, a los opositores del régimen, a los defensores de los derechos humanos y el medio ambiente, en sí a todos aquellos que no comulguemos con su credo neoliberal.
Mención aparte merecen todos aquellos que en el pasado fueron por razones circunstanciales activos críticos del sistema y más de alguno de ellos participaron desde la lucha armada revolucionaria, sin embargo, hoy han sido absorbidos conscientemente por las grietas del enemigo y están sirviendo fervientemente al Estado burgués y se enorgullecen de ello bajo el argumento de que las condiciones políticas y el Estado han cambiado. ¡Mentira! La explotación, la opresión, la represión, la miseria, la pobreza, el carácter autoritario y represivo del Estado no han cambiado, sustancialmente éste sigue siendo el mismo defensor de una minoría privilegiada. Los dentristas de ayer y los oportunistas de siempre son producto de la miseria material y humana la cual presumen y exhiben como su carrera política para manipular ante el pueblo y seducir al Estado, todo por una cómoda mensualidad. ¿Cómo no quieren que el pueblo manifieste su repudio? Del tamaño de la afrenta siempre será la respuesta popular.
Las manifestaciones de protesta y repudio a las medidas neoliberales son una crítica desde y por las masas populares; son acciones de masas legítimas por defender y preservar los derechos del pueblo; es la expresión de un proyecto alternativo al que está imponiendo arbitrariamente el Estado a exigencia de los empresarios como Claudio X González, Carlos Slim, Emilio Azcárraga Jean, Ricardo Salinas, entre otros clanes oligárquicos directamente beneficiados por las reformas impuestas desde el Pacto por México.
Ante la criminalización de la pobreza y la protesta popular, ante el linchamiento mediático contra el pueblo movilizado, ante los gritos coléricos y exigencias histéricas que incitan a la represión, ante un estado de derecho oligárquico, ante el estado policíaco militar, ante quienes justifican y cometen los crímenes de lesa humanidad, ante el terrorismo de Estado, ante la imparcialidad y la procuración de justicia por consigna: cubrirse el rostro en la manifestación pública es una medida de protección e integridad individual y colectiva necesaria, válida y legítima como recurso de autodefensa popular ante las medidas fascistas.
Cubrirse el rostro con el pañuelo o con una prenda de vestir es un símbolo de disposición de lucha y resistencia popular. Los que cometen a diario los crímenes contra el pueblo no se tapan el rostro, visten de traje y corbata, de toga, de cuello blanco, sotana, de flamante uniforme policíaco o militar, esos no necesitan cubrirse el rostro porque gozan de impunidad e inmunidad. Se espantan de los “encapuchados” del pueblo que exigen justicia, pero nada se dice de los militares y policías embozados que cometen crímenes de lesa humanidad. El pueblo debe y tiene todo el derecho de autoprotegerse porque quien lo detiene, lo persigue, lo tortura, lo asesina y lo desaparece ninguno está en cárcel, ninguno de ellos ha sido castigado por la justicia burguesa.
¡HERMANAS, HERMANOS, CAMARADAS! Son tiempos de resistencia popular, de organización y lucha consecuente, de organizar creativamente la autodefensa popular, de vincular la lucha con todos los sectores populares, de impulsar y generalizar las acciones políticas de masas conjuntas, de explicar y fundamentar bien las causas que dan legitimidad a la lucha del pueblo, de realizar repliegues tácticos si es necesario sin dejar de resistir y combatir, las masas trabajadoras deben crear mecanismos de protección de sus representantes, que este primero de mayo sea una jornada de lucha combativa anticapitalista.
A nuestros militantes, combatientes, colaboradores, simpatizantes, a nuestro pueblo que es sostén y protección, reciban un revolucionario saludo y un reconocimiento porque este primero de mayo se cumplen 49 años de lucha revolucionaria, a todos les ratificamos que aquí hay un partido con historia, con tradición y persistencia de lucha, que seguimos levantando en alto las banderas de la revolución socialista. ¡ESTAMOS PRESENTES!
¡VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
¡POR LA PRESENTACION DE TODOS LOS DETENIDOS DESAPARECIDOS DE AYER Y HOY!
¡A EXIGIR LA LIBERTAD DE TODOS LOS PRESOS POLITICOS DEL PAIS!
¡POR UN SINDICALISMO INDEPENDIENTE Y COMBATIVO!
¡POR LA REVOLUCION SOCIALISTA!
¡VENCER O MORIR!
¡POR NUESTROS CAMARADAS PROLETARIOS!
¡RESUELTOS A VENCER!
¡CON LA GUERRA POPULAR¡
¡El EPR TRIUNFARA!
COMITÉ CENTRAL
DEL
PARTIDO DEMOCRATICO POPULAR REVOLUCIONARIO
PDPR
COMANDANCIA GENERAL
DEL
EJERCITO POPULAR REVOLUCIONARIO
CG-EPR
Año 49.
República mexicana, a 29 de abril de 2013