Aurelio Nuño Mayer

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La CNTE, más viva que nunca

El régimen de Peña Nieto creyó que impondría la reforma (laboral) educativa de la misma manera que se impuso en la Presidencia: con una feroz propaganda disfrazada de información, distribuida por los “líderes de opinión” de los consorcios mediáticos. Pero aquí la situación no es la misma: no es lo mismo “ganar” una elección con dinero derrochado en campañas, “encuestas”, spots, entrevistas a modo, discursos ante auditorios controlados, despensas, acarreos de votantes y entrega de tarjetas Soriana, que aplastar un movimiento con profundas raíces en las comunidades pobres del país.

¿Sancionará Nuño a la tormenta invernal, como Jerjes al mar?

Con la espada desenvainada de capataz contra la disidencia magisterial, el secretario de Educación Pública (aunque en la realidad parece privada): Aurelio Nuño Mayer –con sus exhibiciones ante alumnos, profesores y padres de familia para posicionarse como precandidato presidencial–, no tuvo más opción que comportarse como uno de los Jerges de las satrapías, cuando el mar y la tormenta le desmantelaron sus navíos; pues ante la necesidad de suspender las clases por la tormenta invernal, tuvo que cargar con la derrota. Ridiculizado por la naturaleza debido a este hecho, ese Jerges enfurecido mandó a más de 100 de sus esclavos para darles de azotes al mar, enfurecido por haber tenido que suspender el ataque a sus adversarios. Ahora fue Nuño, quien tuvo que aceptar la suspensión de clases y la ausencia de profesores en las aulas, ya que no tiene a quien despedir ni a quien quitarles su salario. Convertida la SEP en una satrapía o sea, en una organización autoritaria, Nuño tendrá que comportarse como un nuevo Jerges y mandar azotar a la lluvia, los ventarrones y el frío que “conspiraron” para exhibirlo como un funcionario que no las tiene todas consigo.

Los viáticos para los agentes secretos

Para el cumplimiento de los servicios que presta el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) al Estado mexicano, no hay política de austeridad que valga. Y es que estamos hablando de los servicios de inteligencia civil para preservar la “¡seguridad nacional!”: la palabra mágica con la cual todo se justifica, desde la entrega de millonarios recursos hasta la falta de rendición de cuentas en el ejercicio de los mismos.

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