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Un Ejército saturado de “jefes”

Muchos generales para tan poca tropa. La “guerra” contra el narcotráfico no modificó en nada la macrocefalia que padecen las Fuerzas Armadas Mexicanas. Incluso, la

La traición a México

Los primeros 3 años del sexenio de Enrique Peña Nieto, las Fuerzas Armadas Mexicanas, especialmente el Ejército Mexicano, se ganaron la desconfianza y el desprecio del pueblo. Se echó por la borda casi 1 siglo de merecer el cariño de las clases populares –en las cuales, además, está su propio origen– a partir de la Revolución Mexicana de 1910, promulgada el 5 de febrero de 1917 después de derrotar dos veces consecutivas al Ejército Federal del general Porfirio Díaz convertido en tirano a lo largo de 30 años de gobierno, apoyado por las bayonetas de la tropa reclutada de leva, que era conducida por generales aristocráticos provenientes de la clase gobernante compuesta por latifundistas, patrones explotadores, el clero fanatizador y empresarios extranjeros que esclavizaron a los indígenas y a los pobres de la nación.

La pobreza, la miseria y las falacias “rigurosamente técnicas”

Pobres “moderados”, “extremos”, “alimentarios”, en “capacidades y patrimonio”, “carentes sociales”, en “ingresos inferiores al mínimo” y en “bienestar”… toda una parafernalia de términos para ocultar una realidad: el 80 por ciento de mexicanos vive en la miseria. Sin un plan económico y social que se diferencie al de los últimos 5 sexenios, el gobierno de Peña Nieto verá cómo el número de pobres se incrementa mes con mes

La derrota mexicana, y mundial, de los asalariados

El cambio en las leyes laborales no es más que otro capítulo de la permanente lucha de clases entre los asalariados y los capitalistas. Entre los trabajadores que, al carecer de los recursos necesarios para asegurar su existencia y la de su familia, se ven obligados a vender su fuerza de trabajo. Ésta es comprada por los dueños de los medios de producción (antaño conocida como la burguesía), como una mercancía más. A cambio del pago de un salario tiene el derecho de que laboren para él durante un periodo determinado.

El Estado, los grupos de poder y sus próximas víctimas

Todavía no le ponen la corona en la testa ni, por añadidura, se apoltrona en la silla presidencial y, sin embargo, Enrique Peña Nieto ya anticipó a las mayorías que se avecinan seis años más de salvajes pesadillas neoliberales y del capitalismo de amigotes depredadores.

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