Protagónico hasta el final de su mandato, Felipe Calderón agregó a su sexto Informe de Gobierno enviado al Congreso de la Unión, dos iniciativas para “urgente” resolución. Una de ellas, la Reforma Laboral, que ya fue desechada en la legislatura recién concluida, pero ahora aderezada con la intención de auditar a los sindicatos. Puede decirse que el presidente intenta colgarle el cascabel al gato, es decir, agarrar en curva a los nuevos diputados, y mediante artificiales cortinas de humo ocultar problemas de mayor calado para el país y su economía, como fue la silenciosa apertura del sector energético a particulares, sobre todo a firmas extranjeras que, en el caso del sector eléctrico, han terminado por controlar poco más de la mitad de la generación de electricidad en el país.