Empresas privadas de Pemex, detrás de la ganga del petróleo mexicano

Empresas privadas de Pemex, detrás de la ganga del petróleo mexicano

Tres empresas privadas propiedad de Pemex –­radicadas en los paraísos fiscales de Islas Caimán y Holanda– se benefician de la ganga del petróleo, revela la Auditoría Superior de la Federación. Los multimillonarios descuentos también favorecen a Repsol y Shell, vinculadas con la petrolera mexicana a través de acciones y sociedades trianguladas. Ante una posible investigación del Congreso sobre la aplicación de los factores K y K’ –que habrían causado una sangría al erario por 8 mil 600 millones de dólares, en una década–, la paraestatal se blindó desde 2009

 
Nancy Flores/Tercera y última parte
 
El negocio del crudo mexicano barato no se limita a los descuentos que Petróleos Mexicanos (Pemex) ofrece a sus clientes extranjeros, en particular a Estados Unidos, y que habrían mermado más de 8 mil 600 millones de dólares al erario durante las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón. También implica operaciones trianguladas al interior de la paraestatal más importante de México.
 
Ello porque la petrolera recurre a un esquema en el cual los ingresos por ventas de crudo de exportación se reducen por dos vías: los “ajustes de precios por competitividad” –llamados Factor K y Factor K’– y los pagos por contraprestaciones a favor de sus propias empresas privadas, encargadas de vender el crudo y cobrar las facturas.
 
Así, el precio fijado públicamente para la mezcla mexicana de exportación va perdiendo varios millones de pesos durante el proceso de venta de cada cargamento. Tan sólo las depreciaciones por “competitividad” establecen decrementos que van de 1 centavo de dólar a 3 dólares por cada barril, aunque el máximo permitido es de 1.9 dólares por barril exportado (Contralínea 253, 2 de octubre de 2011).
 
Si los descuentos se fijan en ese máximo permitido, la pérdida para el erario ascendería a 2 millones 369 mil 300 dólares al día: en cada jornada, PMI Comercio Internacional vende 1 millón 247 mil barriles de crudo en promedio. El detrimento podría superar los 864 millones 794 mil 500 dólares al año, como lo ha informado este semanario.
 
 

Las “contraprestaciones”

 
En el esquema ideado por Pemex, sus empresas privadas PMI Comercio Internacional –autonombrada el brazo comercial de la petrolera–, PMI Services, BV, y Pemex Finance, Ltd, juegan un papel fundamental. Las dos últimas, además de ser sociedades unimembres (sin oficinas ni empleados), tienen en común haber sido constituidas con el carácter de privadas, pero con dinero público extraído de la petrolera.
 
Radicadas respectivamente en Holanda e Islas Caimán –territorios considerados como paraísos fiscales por la laxitud de sus leyes hacendarias–, éstas aparecen como “clientes designados” de la subsidiaria PMI y, como tales, tienen la capacidad de negociar las exportaciones de los crudos pesados Maya y Altamira.
 
En esas transacciones, PMI también opera los descuentos a los precios de cada barril exportado –lo que incluye a los crudos Olmeca (superligero) e Istmo (ligero)– por medio de los factores K y K’.
 
Una vez que se cierran los tratos de las exportaciones, PMI Services y Pemex Finance se encargan de cobrar las facturas a los clientes extranjeros, principalmente empresas trasnacionales como Valero Marketing & Supply Co, ExxonMobil Sales and Supply Corporation, Pecten Trading Company, Conoco Phillips Co y Chevron USA, Inc. En esta lista también se encuentra PMI Norteamérica, SA de CV, una cuarta empresa privada de Pemex involucrada en estas operaciones.
 
De acuerdo con el Informe del resultado de la fiscalización superior de la Cuenta Pública 2009, elaborado por la Auditoría Superior de la Federación, “el 1 de diciembre de 1998, PMI celebró con Pemex Finance, PMI Services y Pemex Exploración y Producción un contrato de adquisición de cuentas por cobrar”.
 
En su apartado de “Considerandos”, dicho contrato estipula que de cada venta de petróleo crudo Maya y Altamira a un cliente designado se generará una cuenta por cobrar; también, que PMI Comercio Internacional venderá a PMI Services –“en su oportunidad y como contraprestación al pago del precio de adquisición” que esa última hizo– las cuentas por cobrar calificadas de clientes designados, generadas de la venta del petróleo crudo.
La triangulación no acaba ahí. La relación contractual establece que PMI Services venderá a Pemex Finance –también “como contraprestación al pago del precio de adquisición” que esa última empresa realizó– esas mismas cuentas por cobrar calificadas de los clientes designados.
 
De acuerdo con el reporte del máximo órgano de fiscalización en México, el fin de toda esta trama es obtener financiamientos privados, anteriormente conocidos como Pidiregas y ahora como deuda pública destinada a desarrollar proyectos de infraestructura.
 
Las triangulaciones financieras tienen su origen en la restricción de los mecanismos de financiamiento que caracterizan a los mercados internacionales, descubre la “Auditoría financiera y de cumplimiento 09-1-18T4I-02-0438ASF”.
 
De acuerdo con dicho reporte, en 1998 Pemex creó un programa de financiamiento estructurado: una operación comercial basada en la compra-venta de derechos de cuentas por cobrar elegibles a clientes designados, ubicados en Estados Unidos, Canadá, México y Aruba, con el objetivo de financiar los proyectos Pidiregas de la filial Pemex Exploración y Producción (PEP).
 
Se refiere al contrato Receivables Purchase Agreement, signado el 1 de diciembre de 1998, en el cual participan PEP, PMI Comercio Internacional, PMI Services y Pemex Finance.
 

Las triangulaciones

 
En el esquema ideado por la petrolera mexicana, cada una de esas cuatro empresas resulta fundamental. La cadena inicia en la subsidiaria PEP         –constituida el 16 de julio de 1992 como paraestatal–: ésta vende a PMI Comercio Internacional todo el petróleo crudo que México destina a la exportación.
 
El dinero que se genera por esta comercialización interna no necesariamente entra a las arcas de la paraestatal, como lo demuestra una operación comercial realizada en diciembre de 1998. A principios de ese mes, PEP vendió cuentas por cobrar presentes y futuras de petróleo crudo pesado mexicano y, para el día 14, transfirió 1 mil 500 millones de dólares producto de las ventas al fideicomiso privado Master Trust, “en el marco del Convenio de Derivación de Fondos”, señala la Auditoría Superior.
 
De este esquema, una segunda etapa se ubica en la labor de PMI Comercio Internacional. Constituida el 24 de mayo de 1989 como sociedad anónima –por Pemex, el Banco Nacional de Comercio Exterior y la entonces Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal–, esta filial compra las cuentas por cobrar presentes y futuras del crudo mexicano a PEP, e incorpora al programa de financiamiento estructurado a sus clientes designados.
 
Valero Marketing & Supply Co, ExxonMobil Sales and Supply Corporation, Chevron USA Inc, PMI Norteamérica, SA de CV, Pecten Trading Company, Conoco Phillips Co, entre otros clientes, son informados de la operación a través de una Notice of sale and assignment of account receivable, documento que indica que el pago debe realizarse en la cuenta bancaria collection account, a nombre de Pemex Finance, PMI Holdings y PMI Comercio Internacional.
 
Una vez realizado esto, PMI Comercio Internacional vende a PMI Services los derechos de cobro de las cuentas por cobrar. Al tiempo, administra y maneja el servicio de esas cuentas en beneficio de Pemex Finance, la compañía radicada en Islas Caimán.
 
La trama diseñada por Pemex para operar las ventas del petróleo crudo de exportación va más allá. PMI Services, constituida el 31 de marzo de 1988 como empresa privada en Ámsterdam, Holanda –pero propiedad de la paraestatal–, se encarga de comprar a PMI los derechos de las cuentas por cobrar; vender esas cuentas a Pemex Finance a una tasa de descuento promedio del 9 por ciento sobre los derechos de cobro adquiridos; y obtener un beneficio del 0.006 por ciento del “service margin”, sobre la cobranza a realizarse a los clientes designados.
 
A su vez, Pemex Finance concentra los fondos sobre los derechos de cobro adquiridos de las cuentas por cobrar elegibles; retiene mensualmente de la cobranza de los clientes designados el margen de ganancia del 0.006 por ciento destinado a PMI Services; y realiza los pagos de capital de la deuda de emisión de bonos, con las cuentas por cobrar elegibles no destinadas a la recompra de nuevas cuentas generadas por PMI Comercio Internacional.
Pemex Finance es un vehículo financiero constituido el 18 de noviembre de 1998, como sociedad de responsabilidad limitada bajo las leyes de las Islas Caimán. En la actualidad, su único accionista es The Pemex Finance Trust, un fideicomiso de beneficencia pública constituido por BNP Paribas Private Bank & Trust Cayman Limited.
 
Y aunque su capital social autorizado fue de sólo 1 mil dólares, las operaciones que realiza son multimillonarias. Tan sólo en 2009 Pemex Finance operó el 87.7 por ciento de los 341 millones 672 mil barriles de petróleo crudo Maya y Altamira que México exportó. Así, el “programa de financiamiento estructurado” permitió a esa empresa adquirir el derecho de cobro de cuentas de 12 clientes designados, por 18 mil 951 millones 274 mil dólares, equivalentes a 247 mil 479 millones de pesos.
 
Además, entre 1998 y 2000 emitió una deuda en los mercados internacionales por 5 mil millones de dólares. El objetivo, según la paraestatal mexicana, fue “obtener recursos para la compra de los derechos de cobro de las cuentas por cobrar elegibles vendidas por PMI Services”. Para respaldar esta operación, Pemex le concedió un préstamo subordinado por 714 millones 750 mil dólares.
 
Para la elaboración de este trabajo, se solicitó conocer la versión de Petróleos Mexicanos y PMI Comercio Internacional. Hasta el cierre de edición no hubo respuesta.
 
 
 
 
Shell y Repsol, beneficiadas
 
En 2009, las trasnacionales Shell y Repsol YPF figuraron entre los 22 clientes de PMI Comercio Internacional. Ambas empresas se encuentran vinculadas a la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) a través de operaciones trianguladas: la primera mantiene una sociedad al 50 por ciento con PMI Norteamérica, en la refinería Deer Park; en la segunda, Pemex posee el 9.8 por ciento de las acciones a través de sus empresas privadas PMI Holdings, BV, y PMI Holdings Petróleos España, SL.
 
Las transacciones podrían haber involucrado descuentos, de acuerdo con las reglas creadas por la paraestatal mexicana para ajustar los precios del petróleo de exportación a “niveles competitivos”.
 
De acuerdo con la “Auditoría financiera y de cumplimiento 09-1-18T4I-02-0438ASF”, en 2009, PMI Comercio Internacional tuvo 26 contratos vigentes con 22 clientes, para la comercialización de petróleo crudo. De éstos, 15 fueron evergreen (renovables), seis de largo plazo y cinco ocasionales.
 
El firmado con la estadunidense Shell Trading Company tuvo la condición de ocasional, mientras que el de la española Repsol YPF Trading y Transporte fue evergreen. Los otros cuatro contratos ocasionales se pactaron con Atlantic Trading and Marketing, Inc; CEPSA International, BV; Citgo Petroleum Corporation y Koch Supply & Trading, LP.
 
 
 
 
Pemex busca blindar el Factor K
 
 
El acta de la 88 sesión del Consejo de Administración de PMI Comercio Internacional revela que Petróleos Mexicanos buscó blindar su actuación respecto de los multimillonarios descuentos al precio del crudo de exportación, desde septiembre de 2009.
 
La “protección” sobre sus actos se discutió al prever futuros cuestionamientos hechos por legisladores, durante las comparecencias de quien fuera titular de la paraestatal más importante de México, Jesús Reyes Heroles González Garza.
 
En aquella sesión, los representantes de Pemex sostuvieron lo siguiente: “Sería conveniente que se presentara ante el Consejo de Administración un estudio comparativo entre las políticas y las mejores prácticas internacionales. Para ello, un tercero independiente podría realizar un análisis respecto de las decisiones comerciales que pueden llegar a impactar de forma importante, como en el caso de los ajustes al Factor K de la fórmula de precios, para atender el tema que ha surgido recurrentemente en varias comparecencias [ante el Poder Legislativo] y salvaguardar de cualquier pugna el actuar de la empresa”.