Las cifras son estremecedoras. Cada día millones mueren por enfermedades generadas por el consumo de tabaco y, en México, este hábito ha sufrido considerables aumentos en su precio al consumidor, pero nada de esto es suficiente para que las personas dejen de fumar
Edgar Ramírez, Ciudad Victoria, Tamaulipas
Don Marcelino probó su primer cigarro a los 14 años de edad, pero desde hace 6 se olvidó de esta adicción tras sufrir el susto de su vida, pues primero comenzó a sufrir de una tos seca y un día comenzó vomitar sangre. Fue entonces cuando se enteró que presentaba los primeros síntomas del enfisema pulmonar.
Hoy que ha dejado por completo su adicción, asegura que Dios le dio una nueva oportunidad de vivir. Orgulloso presume que no necesitó ni un tratamiento médico o encerrarse en un centro de rehabilitación.
Y aunque no dejó el cigarro por voluntad propia, ahora se siente mucho más cómodo, con excepción de los momentos en los que se acerca a algún amigo o conocido que fuma, pues el olor del humo le provoca asco y nauseas.
Don Chalino -como le llaman sus amigos-, relata que cuando tenía 14 años quedó huérfano de padre y no tuvo más remedió que hacerse cargo de su mamá y dos de sus hermanas más pequeñas, fue entonces cuando comenzó a fumar.
El pesado trabajo del campo y los problemas familiares fueron las principales causas que lo motivaron a fumar, pues pensaba que con un cigarro se olvidaría de su situación.
Cuando cumplió 15 años se casó y empezó una nueva historia, mucho más lamentable que la que ya vivía. Eddy, hijo de don Chalino, aún recuerda los momentos de furia de su padre cuando no fumaba.
De hecho a Eddy le tocó sufrir estos arranques de su padre, quien se ponía de un humor “endiablado” cuando se quedaba sin sus cigarros “Fiestas” o “Gratos”, de los más baratos de la época, pero también de los más fuertes.
A la fecha, don Chalino lamenta profundamente esa parte de su vida y los daños que les causó a su esposa e hijos.
Ahora que sólo le queda el recuerdo del sabor del tabaco cree con firmeza que ha recibido una nueva oportunidad de vivir que ha disfrutado mucho, pues reconoce que el cigarro es el peor enemigo que puede tener un hombre, ya que es un rival silencioso.
Por eso mismo, les prohibió fumar a sus hijos.
Eddy aún recuerda los consejos de su padre: “Fumar no es de hombres” y “quien no oyera consejos, jamás llegaría a viejo”. Estas frases siempre han sido significativas en su vida.
DEJAR DE COMER, PERO NO DE FUMAR
Para Juan Antonio Núñez el incremento en el precio de la cajetilla de cigarros fue muy duro, pues tiene muy enraizado el gusto por el tabaco.
“Yo podré dejar de comer mi pieza de pan, incluso el refresco, pero el cigarro es una necesidad que no me deja”, aseguró.
Curiosamente, Juan Antonio tomó el hábito de fumar alentado por su padre, quien hace 20 años le regaló su primera cajetilla.
“Apenas cumplí los 15 años y me padre me dio mi primer cigarro: ‘Pa’que se haga hombre; mi’jo’, recuerdo que me dijo. La verdad mi primer cigarro me supo feo pero con el tiempo me fui acostumbrando, incluso mi papá me daba para que los comprara, a veces hasta compartíamos la misma cajetilla”, sentenció.
Afirma estar consciente del mal que le hace a su salud, por eso no quiere seguir el ejemplo de su padre con su hijo adolescente:
“Mi hijo ya tiene 14 años pero ni siquiera pasa por mi mente invitarle un cigarro, yo sé que es un vicio que nos perjudica; lo vivimos con mi padre, quien murió de cáncer en el pulmón pues toda su vida fue fumador”, señaló.
Aunque ha intentado dejar el vicio, Juan Antonio no ha podido, pues la adicción es muy fuerte.
“Yo sé que el cigarro es nocivo, que me hace daño, pero es una maña bien canija que no puedo dejar. Hace tiempo mi esposa me regaló unos parches y dejé el vicio por tres semanas, pero a medida que dejé el tratamiento me volvieron las ganas de fumar y más fuertes, no quiero terminar como mi papá pero el gusto por el cigarro es más fuerte que mi voluntad”, reconoció.
MEDIDAS INSUFICIENTES
En Tamaulipas el 50 por ciento de la población juvenil y adulta tiene contacto con el cigarro y 3 de cada 10 personas se convierten en fumadores, por lo que el tabaco ocupa el segundo lugar las adicciones de sustancias licitas en la entidad.
Por ello, el aumento de 8 pesos al precio de la cajetilla de cigarros así como las nuevas leyendas que previenen los males que el fumar ocasiona en la salud, seguirán siendo medidas insuficientes para contener el índice de esta adicción que, de acuerdo a estadísticas nacionales, ocasiona más de 160 mil muertes al año.
Silvano Martínez Cano, jefe del Departamento de Salud Mental y Control de Adicciones y secretario técnico del Consejo Estatal contra las Adicciones, expresó que la adicción al tabaco es tan seria como la de otras sustancias.
“Estamos ante una adicción letal y como tal tiene que ser tratada. Está demostrado que los bebedores pueden prescindir de la compra de la despensa semanal, pero de no de tomarse sus cervezas, lo mismo sucede con el cigarro.
“El aumento de 8 pesos a la cajetilla es un golpe al bolsillo de los fumadores que lo van a resentir, pero no será un factor determinante para dejar de adquirir la cajetilla”, sentenció.
Martínez Cano mencionó que en el caso de los jóvenes, como son dependientes económicos de sus padres, el incremento en el precio de la cajetilla de cigarros su puede influir en su decisión de dejar de fumar.
“Si somos realistas, igual se las ingenian, como lo han hecho con aumentos similares en el precio de la cerveza y el vino, habrá quienes esperan que sus padres compren la cajetilla para satisfacer la adicción”, indicó.
Y aunque el aumento al precio de los cigarros no bajará los niveles de consumo, sí trae beneficios colaterales, pues un incremento de este tipo trae una mayor recaudación de impuestos, mismos que pueden invertirse en la construcción de clínicas contra el tabaquismo, como las cuales cuatro ya existen en Tamaulipas.
“En el Estado son cuatro las clínicas que se tienen, tanto en Tampico, Ciudad Victoria, Reynosa y Nuevo Laredo, aquí se recibe a los fumadores y se les atiende su adicción; si lo que se recaude de impuestos por el aumento al precio de los cigarros tiene destinos para inhibir la adicción, es altamente benéfico”, precisó.
A estas clínicas hay que agregarle los 18 centros “Nueva Vida” que ya han atendido a más de 120 mil personas.
En la actualidad se ha observado que cada vez es más corta la edad en la que un niño comienza a fumar, por lo que es responsabilidad de los padres de familia evitar que sus hijos incurran en el abuso del alcohol y el tabaco estableciendo límites que prevengan los problemas de adicciones.
Y es que cada vez que se enciende un cigarro se produce una combinación de más de 4 mil sustancias químicas en forma de partículas y gases, entre los que se pueden contar el amoníaco, monóxido de carbono, dióxido de azufre, alquitrán, cianuro y muchos más.
LAS CIFRAS
De acuerdo a cifras oficiales, en Tamaulipas los fumadores activos entre 18 y 65 años de edad fuman en promedio 7.2 cigarrillos al día. El 76.8 por ciento de los fumadores activos consume menos de 16 cigarrillos al día, 16.9 por ciento consume de 16 a 25 cigarrillos y el 6.3 por ciento más de 26 cigarrillos.
El 12.4 por ciento de los fumadores en Tamaulipas encienden su primer cigarro dentro de los 30 minutos posteriores a que se levantaron, mientras que el 97.6 por ciento de las personas fuman en el transcurso de la tarde y la noche.
Otras cifras indican que el 6.5 por ciento de los fumadores consideran difícil abstenerse de fumar en lugares públicos y el 51.7 por ciento que han intentado dejar de fumar alguna vez sin éxito.
De estas personas, el 47.2 por ciento lo intentó súbitamente; el 33 por ciento lo hizo dejando de comprar cigarros; el 6.8 por ciento ha disminuido gradualmente el número de cigarrillos que consume; el 5 por ciento ha sustituido fumar por otra actividad y apenas el 4.1 por ciento se ha sometido a algún tratamiento.
La edad promedio en la que los adultos dejaron de fumar es de 28.9 años. Estas personas consumían un promedio de 7.9 cigarros al día.
Las principales razones por las que dejaron de fumar fueron: por conciencia del daño a la salud (52.5 por ciento), y porque se hartaron de fumar (16.1 por ciento).
En Tamaulipas se encontró que los fumadores activos constituyen el 23.7 por ciento de la población (cerca de 451 mil personas), por lo que la entidad ocupa el noveno lugar en consumo de tabaco en la República Mexicana.
Por último, el 94 por ciento de las personas que participaron en el estudio aseguraron estar de acuerdo con el establecimiento de espacios libres de humo de tabaco en lugares públicos.
INICIAN CADA VEZ MáS JóVENES
El tabaquismo representa un problema de salud pública en todos los países del mundo, dado que es socialmente aceptado y de fácil acceso, por lo que constituye un problema de difícil erradicación o control.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el consumo de tabaco es una ventana para otras drogas, además de que factor de riesgo en seis de las ocho principales causas de defunción en el mundo.
De acuerdo con la OMS, cada año mueren 5.4 millones de personas víctimas de cáncer de pulmón, cardiopatías y otras enfermedades relacionadas con el consumo del tabaco; se estima que de continuar así, para el año 2030 la cifra aumentará a poco más de 8 millones.
Asimismo, menciona que este problema ha alcanzado una esfera distinta, pues mientras que para los hombres la tasa de tabaquismo ha alcanzado su punto más alto, en las mujeres ha tendido a aumentar, de tal forma que el 20 por ciento de los fumadores en el mundo son mujeres.
Datos de la Secretaria de Salud y de la OMS refieren que el consumo del tabaco en los jóvenes ha aumentado de manera considerable en las últimas décadas.
Información de 151 países muestra que cerca del 70 por ciento de las mujeres adolescentes fuman.
En México, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Adicciones correspondiente al año 2008, los Estados en los que se inicia en el consumo del tabaco a edades más tempranas son el Distrito Federal y Colima, donde se comienza a fumar a los 15.7 años; en contraste, en Chiapas la edad promedio es de 19.3 años.
En Tamaulipas, la edad promedio de inicio del consumo del tabaco es a los 16.7 años.
UN VICIO CARO
La Ley de Ingresos correspondiente al año 2011 aprobó un impuesto adicional del 45 por ciento en la compra de cigarrillos en el país, lo que representa un incremento de 8 pesos en el precio del la cajetilla.
En lo general, el porcentaje del gasto por consumo de tabaco en los hogares no ha variado significativamente en los últimos años, puesto que entre los años 2000 y 2008 representa el 0.7 y 0.8 del total del gasto de las familias.
Aunque este porcentaje puede parecer mínimo en términos absolutos, representa -por lo menos- 1 millón 412 mil 732 pesos.
Considerando que la mayoría de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo se catalogan como crónico degenerativas, es decir, que se complican con el paso del tiempo, resulta evidente la necesidad de controlar el consumo de cigarrillos y mitigar sus consecuencias.
Y es que al largo plazo resulta más caro atender las consecuencias de fumar que el costo mismo del tabaco.