Nacionalización, la decisión histórica que cambió a Bolivia

Nacionalización, la decisión histórica que cambió a Bolivia

La Paz, Bolivia. La nacionalización de los hidrocarburos en 2006 por parte del presidente Evo Morales, fue una decisión histórica que desde entonces marcó el crecimiento económico, político y social de Bolivia.

El 1 de mayo de ese año, Morales promulgó el Decreto Supremo 28701 “Héroes del Chaco” que nacionalizó esos recursos naturales a favor del pueblo boliviano, y reactivó a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) como la empresa más importante del país.

La nación andino-amazónica obtuvo desde entonces 37 mil 484 millones de dólares por concepto de renta petrolera, ingresos que benefician a las gobernaciones, municipios, programas y proyectos en los sectores de la salud, educación, vivienda, empleo, producción de alimentos, entre otros que elevan la calidad de vida de los bolivianos.

Asimismo, financia gran parte de los bonos y rentas sociales para beneficios de niños y jóvenes (Juancito Pinto), madres solteras (Juana Azurduy) y personas de la tercera edad (Renta Dignidad).

Óscar Barriga, presidente de YPFB, aseguró que esa decisión hoy impide que los ingresos de la renta petrolera vayan a parar a manos de empresas privadas trasnacionales fuera de Bolivia.

Barriga definió la nacionalización de los recursos naturales como el pilar fundamental para el ingreso de la nación andino-amazónica a la era de la industrialización, proceso que incrementa los ingresos por la venta de gas.

La construcción de las plantas de Separación de Líquidos Río Grande y de Gas Licuado Natural en Santa Cruz (este), la Carlos Villegas de Tarija (sur) y la de amoniaco y urea de Cochabamba (centro), entre otros proyectos, evidencian el desarrollo de esa iniciativa iniciada en 2006 con una inversión de 2 mil 84 millones de dólares.

Asimismo, YPFB y las empresas operadoras invirtieron 14 mil 115 millones de dólares hasta 2018 para garantizar la producción e incrementar las reservas hidrocarburíferas, estas últimas valoradas en 70 mil millones de dólares.

Históricas inversiones producto de la nacionalización fueron destinadas a las actividades de exploración y explotación para incrementar las reservas y niveles de producción gasíferos, además de otros proyectos relacionados al transporte, refinación y almacenaje para el abastecimiento del mercado interno.

Para el periodo 2019-2025, se prevé invertir 9 mil 800 millones de dólares en la industrialización y en acuerdos con países de la región, como parte de la internacionalización de YPFB.

Los beneficiarios del negocio del gas son todos los bolivianos, absolutamente todos, destacó.

Recordó que el pedido de los bolivianos de ingresar a la era de la industrialización se hizo realidad cuando el presidente Morales instruyó en septiembre de 2017 comenzar las operaciones de la Planta de amoniaco y urea.

La instalación, con una capacidad de producción de 2 mil 100 toneladas métricas por día del fertilizante, cuenta con una sección para obtener amoniaco y la otra, a partir de ese gas, producir urea granulada.

Precisó que, para esa planta, el primer proyecto petroquímico boliviano, YPFB invirtió alrededor de 958 millones de dólares con vistas a la construcción, fiscalización y obras complementarias, y que consolidó al país como exportador de urea con perspectivas de diversificar la cartera de clientes.

Otros proyectos desarrollados actualmente por la petrolera son la Planta de propileno y polipropileno, metanol, nitrato de amonio, las unidades de remoción de mercurio en las plantas de separación de líquidos, de producción de urea formaldehido, entre otros que prevén ingresos económicos significativos.

Cambios en la matriz energética

Un mayor acceso de la población al gas natural es otro de los beneficios de la nacionalización en Bolivia, pues registraba en 2006 un consumo de alrededor de 4.3 millones de metros cúbicos por día (MMCD) y, al cierre de 2018, un crecimiento de más de 13 MMCD, según estadísticas de YPFB.

Esa estrategia impulsó a la industria nacional con un combustible accesible y más limpio, además de lograr, a partir del energético destinado a las plantas de separación de líquidos y petroquímicas, la autosuficiencia en Gas Licuado de Petróleo (GLP), la exportación de excedentes y la producción de fertilizantes.

Bolivia cuenta con cerca de 1 millón de instalaciones de gas domiciliario, cobertura posible gracias al Sistema Virtual de GLN y las Estaciones Satelitales de Regasificación (ESR) y que también benefician a comunidades intermedias donde no llegan los gasoductos convencionales en regiones fronterizas.

En 2016 inició sus operaciones la planta de licuefacción de gas natural de Santa Cruz, responsable de procesar el energético para producir gas licuado y transportarlo a través de cisternas criogénicas hasta las ESR.

Para 2019, YPFB incorporará 4 millones de MMCD al mercado interno y cumplirá con las exportaciones hacia Brasil y Argentina, además de perforar 26 nuevos pozos en los departamentos de Pando (norte), Beni (norteste), La Paz, Santa Cruz, Chuquisaca (sureste) y Tarija.

Asimismo, destinará 173 millones de dólares para superar el millón de instalaciones de redes de gas a domicilio, servicio que beneficiará a más de 5 millones de bolivianos y que actualmente sólo cubre el 65 por ciento del país.

A 13 años de la nacionalización, Bolivia define su presente y futuro sobre la base de que sus recursos naturales y empresas estratégicas son propiedad del pueblo, decisión que marcó la historia de un país que lidera por varios años el crecimiento económico de la región.

Nara Romero Rams/Prensa Latina

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