La UACM adquirió en 2020, por adjudicación directa, 3 mil 734 tabletas para enfrentar la emergencia de clases a distancia a causa de la pandemia. Invirtió 12 millones de pesos, pero el 60 por ciento de los equipos –por casi 7 millones de pesos– hoy se encuentra almacenado. La Universidad asegura que la compra se realizó “en estricto apego” a lo que señala la normatividad y bajo la valoración de la marca de las tabletas, las características y los tiempos de entrega. En agosto se decidirá qué uso se les dará; no se pierden ni se vuelven obsoletos, asevera en entrevista la rectora Tania Rodríguez Mora
La Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) compró por adjudicación directa 3 mil 734 tabletas en 2020. El objetivo, que ningún alumno quedara en desventaja por razones de falta de equipo ante el inicio de clases a distancia. La pandemia obligó el cierre de los recintos educativos –de todas las instituciones de todos los niveles– y a realizar las actividades académicas mediante internet, desde los domicilios particulares de maestros y alumnos.
Las tabletas no tuvieron la recepción esperada entre los estudiantes. A casi 2 años de haber sido adquiridas, el 60 por ciento de los equipos sigue en el almacén de la Universidad. Por las 3 mil 734 unidades, la UACM pagó casi 12 millones de pesos. Los recursos, mediante autorización del Consejo Universitario y en observancia de las disposiciones administrativas, provinieron del área de Comedores Universitarios, toda vez que éstos se encontraban cerrados por las medidas de distanciamiento social impuestas por la pandemia de Covid-19.
De acuerdo con información emitida por la propia Universidad –en respuesta a una solicitud de información presentada por medio de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública–, de las 3 mil 734 tabletas, se han prestado directamente a los estudiantes 1 mil 308. Otras 200 se han facilitado a personas inscritas en el Programa de Educación Superior para Centros de Readaptación Social de la Ciudad de México. Así, 2 mil 226 tabletas se encuentran guardadas en almacén. Se trata del 59. 61 por ciento de los equipos adquiridos. La Universidad también informa que 13 dispositivos han sido reportados por los estudiantes por daño o descomposturas; ocho por robo, y tres por defecto de fábrica.
No todos los alumnos, sin embargo, pudieron aspirar a contar con la tableta de préstamo. Quienes contaban con una beca no podían acceder a un segundo apoyo. “El 14 de octubre de 2020 se abrió el registro de solicitudes, convocatoria que se mantiene abierta hasta la fecha para todas y todos los estudiantes de la UACM que lo requieran y cumplan los requisitos establecidos por una temporalidad de un semestre y con la posibilidad de renovación”, de acuerdo con una ficha informativa elaborada por la institución para Contralínea.
En la convocatoria se establecen los requisitos que los alumnos deben cumplir, entre ellos, que en el semestre inmediato anterior hayan certificado al menos una materia y que en el semestre específico del préstamo inscriban, como mínimo, tres materias.
Sin embargo, otro requisito reza: “no gocen de una beca otorgada por una instancia externa, o de la UACM para la realización del servicio social, para estudios de licenciatura, maestría o doctorado, vulnerabilidad por discapacidad o condición socioeconómica o la beca para la elaboración de trabajo recepcional”.
La población estudiantil de la UACM asciende, aproximadamente, 19 mil personas. De acuerdo con datos de la Coordinación de Servicios Estudiantiles de la UACM, hoy 4 mil 137 estudiantes cuentan con algún tipo de beca. De ellos, los becados por la propia Universidad suman 3 mil 261: un total de 2 mil 692 para estudios de licenciatura; 70 para estudios de maestría; ocho de doctorado; 250 del servicio social; 90 para la elaboración de trabajo recepcional o tesis; ocho para la obtención de grado; 38 por vulnerabilidad por discapacidad; 16 por vulnerabilidad socioeconómica, y 89 de apoyo para impresión y empastado de trabajo recepcional o de tesis. La institución educativa destina 46 millones 325 mil 602.05 pesos a este tipo de apoyos.
Otros 876 alumnos son beneficiarios del Sistema Único de Becas para la Educación Superior (SUBES), a cargo del gobierno federal. De ellos, 868 están adscritos a la beca de manutención Elisa Acuña y ocho a Jóvenes Escribiendo el Futuro. Es decir, alrededor de 14 mil 800 alumnos no cuentan con beca y estaban en posibilidades de obtener en préstamo una tableta de la Universidad.
En entrevista con Contralínea, la rectora de la UACM, Tania Rodríguez Mora, explica que en algunos casos una tableta es usada por dos estudiantes en un mismo semestre. La socióloga por la Universidad Nacional Autónoma de México y doctora en ciencias sociales por el Colegio de México señala que con las tabletas se le dio una opción a quien no tuviera cómo conectarse a internet. “Es nuestro modelo garantista. Damos la opción. Nadie puede decir que no tuvo con qué conectarse porque no había [algún dispositivo para ello]; si lo solicitaba, se le podía dar”.
Advierte que la condición de no contar con otro apoyo pudo desincentivar la solicitud de tabletas entre la población estudiantil. Asegura que las autoridades universitarias no podían entregar los equipos a quien contara con beca porque estarían violando la normatividad.
“Es algo interesante que necesitará una reflexión de la universidad. Tiene que ver con el Reglamento de Becas y Apoyos a Estudiantes. Ese reglamento supone una restricción concreta con respecto de que se puede tener un apoyo. Es cierto que a una parte importante de la comunidad estudiantil le interesa tener más una beca, que el apoyo de la tableta. Es así. Nos hubiera gustado ajustarlo y cambiar el reglamento. Pero es un cambio que amerita una discusión.”
Agrega que, incluso, alumnos que no contaban con beca desistieron de solicitar una tableta porque tenían la esperanza de alcanzar un apoyo económico en algún momento. “Nosotros siempre dijimos en las convocatorias que hicimos: ‘si te sacas la beca, regresa la tableta y te quedas con la beca’. Ésa es la lógica de la Universidad. Sin embargo, pues sí, pueden ser distintas cosas”.
Al frente de la UACM desde junio de 2020, Rodríguez Mora señala que la decisión de cambiar el reglamento no es algo que pueda decidir la Rectoría. Agrega que, para resolver el problema, planteará que no se considere a la tableta un apoyo, sino parte de otro. “Por ejemplo, quien tenga beca de tesis se le adjunte una tableta, como algo extra. ¿Por qué no lo hicimos antes? Porque estamos una situación de escasez generalizada. El problema de los apoyos a los estudiantes, es complejo. Si bien damos bastantes becas, alrededor de 3 mil 500, tenemos 19 mil estudiantes. Tenemos que distribuir bien los recursos de apoyo que tenemos, que le puedan dar uso, y sean equitativos. De ahí la reglamentación de solo un apoyo por estudiante”.
Acepta que la UACM tendrá que reorientar el uso de las tabletas, una vez que se regrese a clases presenciales el siguiente periodo escolar que inicia en agosto. Podrán ser asignadas a los proyectos de investigación, las prácticas de campo y las bibliotecas.
“Creo que eso se solucionará sin problema, porque lo que queremos es que las usen los estudiantes […]. Pero sí tenemos que repensar cómo distribuimos esos recursos, tenemos esa intención por su expectativa. Tal vez quitar el reglamento y ajustarlo. Será una discusión que tenemos que hacer, en función de esta experiencia muy interesante.”
Proceso de adquisición
Consultada sobre el proceso de adjudicación directa mediante el cual se compraron las tabletas, la UACM informa que el 14 de agosto de 2020, “en el marco de la pandemia por SARS-CoV-2”, el pleno del Consejo Universitario aprobó destinar 12 millones de pesos para la “adquisición de tabletas para préstamos a las y los estudiantes”. Señala que los recursos para adquirir estos equipos fueron “reorientados” del área de Comedores Universitarios, los cuales se encontraban cerrados por la pandemia.
La UACM expone que entonces la situación era de apremio por la proximidad del inicio del semestre 2020-II a distancia, es decir, por medios digitales. Por ello, el 21 de septiembre de ese año “se tomó la decisión de adquirir las tabletas a través de una adjudicación directa, esto con fundamento y en estricto apego a lo que se establece en la Norma de Adquisiciones, Arrendamientos y Prestación de Servicios para la Universidad Autónoma de la Ciudad de México”.
Advierte que en plena pandemia estaban suspendidas todas las actividades presenciales en México. “Y la demanda de tabletas era muy alta, por lo que había escasa disponibilidad en el mundo y, por ende, en el país”.
La institución señala que previamente, en junio de 2020, se había conformado el Comité de Estrategias Tecnológicas y Tránsito Digital como parte del Plan de Contingencia. “Este Comité se encargó, entre otras actividades, de definir junto con la Coordinación de Informática y Telecomunicaciones los requerimientos indispensables de las tabletas que se adquirirían para préstamos a los estudiantes”.
Agrega que en esta valoración se consideraron precio, marca (“reconocimiento público y servicio”) y tiempo de entrega. Además, los requisitos técnicos enlistados como “conceptos” en el estudio de mercado.
Informa la UACM que las cotizaciones de las seis empresas que participaron fueron recibidas entre el 15 y el 21 de agosto de 2020. “Con base en las condiciones establecidas por el Comité de Estrategias Tecnológicas y Tránsito Digital y la Coordinación de Informática y Telecomunicaciones, el 26 de agosto se adjudicó la compra [de las 3 mil 734 tabletas] a la empresa Gectech de México, SA de CV”.
En inicio la empresa ganadora no pudo acreditar el cumplimiento de todos los requisitos técnicos y documentales, según el propio estudio de mercado de la institución. Tampoco ofrecía el mejor precio. De hecho, dos empresas presentaron mejor propuesta económica y, en el caso de una, la cobertura del ciento por ciento de los requisitos técnicos y documentales.
Al respecto, la UACM advierte que los precios no eran lo único a evaluar y se atendieron otras consideraciones, como la marca de los equipos, las características de los mismos, la existencia de las unidades y los tiempos de entrega. En efecto, de acuerdo con información mostrada por las autoridades universitarias, se abrió un periodo de 5 días hábiles para que todas las empresas hicieran las aclaraciones correspondientes y también informaran si podrían entregar una parte de los equipos en los siguientes 15 días hábiles.
Gectech finalmente cumplió todos los requisitos –de acuerdo con el expediente completo de adquisición, al cual Contralínea tuvo acceso– y fue la única que garantizó las tabletas en una serie de entregas de entre 15 y 40 días hábiles. Además, ofreció equipos de la marcha Huaweii. Otra opción se descartó por ofrecer tabletas de marca poco conocida y no garantizar entrega alguna en los siguientes 15 días, explica la UACM.
Las otras empresas que participaron en el estudio de mercado fueron Coordinación de Servicios Informáticos, SA de CV, Comercializadora Raxa, SA de CV; Soluciones Netkey Advante, SA de CV; Global TI Printer Care, SA de CV, y AV Network Service, SA de CV.
La orden de compra, de la cual Contralínea posee copia, está fechada el 26 de junio de 2020 bajo el folio OC-20-183. Establece un tiempo de entrega de los equipos de 50 días hábiles –y no los 40 días que se requería en el estudio de mercado–. Se establece que se trata de una adjudicación directa y está firmada, por la UACM, por la propia doctora Tania Rodríguez Mora, rectora de la Universidad; la coordinadora de Servicios Administrativos, María Julia Cortés Enríquez; la subdirectora de Recursos Materiales, María Magdalena Salinas Sánchez, y por el Área de Adquisiciones, Manuel Tejeda Campos.
En el documento se asienta que Gectech de México, SA de CV, tiene el registro federal de contribuyentes GME100903AJ1 y domicilio fiscal en la avenida Vallarta de Zapopan, Jalisco. En su página electrónica informa que cuenta con dos oficinas en la Ciudad de México.
La UACM informa que el 4 de septiembre de 2020 se recibieron las primeras tabletas. La entrega de todo el lote adquirido se completó los días 6, 13 y 22 de octubre y 5 de noviembre.
La rectora Tania Rodríguez Mora sale al paso de los cuestionamientos al proceso de adjudicación. Señala que todo se hizo en apego a la normativa. “La ley prevé escenarios de adjudicaciones directas. En este caso fue, y tenía que ver, con una lógica de oportunidad, en el tiempo de urgencia de inicio del semestre, para que el programa empezara lo antes posible, para que no se nos fueran los tiempos”. Agrega: “Si una pandemia no representan un escenario de excepcionalidad, entonces qué puede serlo”.
Señala que en ese momento –junio a agosto de 2020– había escasez de disposición de equipo: “todo el mundo está comprando equipos electrónicos porque el mundo entero se cambió a Zoom, a computadoras, y era indispensable conseguir mejores condiciones”.
Explica que la decisión de la compra implicó consultas a profesores y a la Coordinación de Informática. “¿Qué nos importaba? Que nos dieran las cosas rápido. También teníamos una lógica de un equipo que pudiera ser digno para lo que los estudiantes necesitan, y que ellos lo sintieran como algo digno. De ahí el criterio de no comprar la más barata de una marca desconocida, sino de una marca autorizada, conocida, que los estudiantes lo sintieran como algo digno, usable”.
Rechaza que la UACM estuviera obligada, en este caso, a someter la adquisición a una licitación abierta o a un concurso con invitación a cuando menos tres personas. “¿Violamos un reglamento? No, porque la condición de compra está prevista, las condiciones de excepcionalidad están cubiertas; si no hay excepcionalidad en un momento de pandemia mundial, y donde hay escasez de compra, y podemos hacerlo a un precio de oportunidad correcto, con un buen equipo, pues actuamos de manera inmediata”.
Además, advierte que la UACM no estaba obligada a comprar la tableta más barata. “No lo estábamos, porque el tema es de relación calidad-precio: que tiene que ver con la calidad del equipo, que pasa por reconocimiento de lo que da una marca. Nosotros tratamos a nuestros estudiantes con mucho respeto, y no es comprarles la cosa más barata, sino algo que fuera digno, nos alcanzara, fuera bueno, y ellos lo sintieran como algo digno”.
Agrega: “no vamos a comprar marca ‘churrito, no sé qué’, que no sabíamos que funcionara bien. Tampoco fuimos a comprar la más cara, pero compramos de ese mismo nivel la que la distribución nos daba el precio más barato. Entonces, creo que fue una buena compra”.
Con respecto delos tiempos de entrega, señala que todo se entregó conforme lo acordado. Se le hace ver a la rectora que en los 15 días posteriores a la firma del contrato sólo se les entregó el 10 por ciento de la compra.
“Se fue entregando en la medida en que se comprometieron. Además de la entrega, hay un procedimiento interno: hay que dar de alta el equipo, inventariarlo, marcarlo con un número, que hace parte que sea de patrimonio de la universidad. Todo ese trabajo se hizo en semáforo rojo [sanitario], con un pequeño porcentaje de trabajadores administrativos de base.”
Hasta agosto, nuevo uso de las tabletas
A pesar del desarrollo vertiginoso en materia de computación, Tania Rodríguez Mora descarta que las tabletas se vuelvan obsoletas. Luego de 2 años en almacén y de que Huaweii enfrente el veto de empresas estadunidenses que le impiden instalar programas y actualizaciones en sus dispositivos, la rectora considera que las tabletas podrán usarse aún “por mucho tiempo”.
“La buena nueva es que esos equipos están y pueden tener mucho uso. Pueden tener uso de trabajo en proyectos de tesis, cuando la pandemia termine […]. Tenemos la expectativa de que en agosto regresemos todos. En ese momento, y una vez que la condición de utilidad de ese programa cambie, podremos estar en decisión de plantearle al Comité de Apoyos que las tabletas tuvieron tales usos, éstas sirven, éstas las devolvieron, éstas no.”
También en agosto se planteará “recolocar el uso de las tabletas en función de proyectos académicos, de investigación, y por supuesto, apoyar a la titulación. Sabemos que una tableta, si no es para escribas la tesis completa, sí puede ser auxiliar en el trabajo de biblioteca, lector de libros, bajar información que les pueda ayudar a eso. Lo mismo los proyectos de investigación”.