La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) cooperará con la Fiscalía General de la República (FGR) en la nueva investigación que le ha solicitado sobre el caso del abogado Juan Ramón Collado Mocelo, confirmó esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador. La petición se hizo el pasado 30 de junio, luego de que un juez determinara no vincular a proceso al amigo de la familia Salinas de Gortari por la causa relativa al fraude, y la FGR anunciara que va a volver a judicializar el asunto.
Consultado por Contralínea en su conferencia matutina, el primer mandatario indicó: “hay una relación estrecha entre la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía, y hay cooperación permanente. Todo lo que solicite la Fiscalía se investiga y se le envía a esta institución, que es autónoma y que es la encargada de hacer las investigaciones para los procesos judiciales, todo, todo, que sea de dominio público”.
El primer mandatario expuso que Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, tiene como su autoridad inmediata el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y el secretario de Hacienda depende del presidente. “Por lo mismo, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera depende del presidente y la instrucción que tiene, para que se sepa, se oiga bien y se oiga lejos, es no ocultar ninguna información y mucho menos que la Unidad de Inteligencia Financiera se convierta en una simulación para permitir la corrupción, como muchas instituciones que crearon nada más para simular de que se iba a combatir la corrupción, de que ya no iba a haber impunidad y con eso tapaban todo. Eso ya no existe. Él tiene que entregar toda la información a la Fiscalía”.
López Obrador indicó que su gobierno respeta a la Fiscalía, que es autónoma, “pero tiene que actuar con rectitud y que no se permita la corrupción ni la impunidad. Y el Poder Judicial, lo mismo, lo que hemos hablado de jueces, de magistrados, de ministros. Y sostengo, le tengo confianza al fiscal y le tengo confianza al presidente de la Corte en este importantísimo asunto”.
Recordó que el principal problema de México era la corrupción, y si no se destierra no se podrá salir adelante. Y retó: “de manera respetuosa, amistosa, y cariñosa, a los expertos a que me digan si hay algo que haya dañado más a México que la corrupción. Nada, nada, ha dañado más al país que la deshonestidad de los gobernantes. Eso es lo que dio al traste con todo, esa es la causa principal de la desigualdad económica, de la desigualdad social, de la violencia y de otros males. Entonces, por eso tenemos todos que participar para desterrar de México la corrupción”.
Como ejemplo citó que en Dinamarca tienen Estado de bienestar y no hay violencia porque no hay corrupción. “A más corrupción, más desigualdad, más pobreza, más violencia. Los países con gobiernos donde no hay corrupción tienen más bienestar y no hay la violencia que desgraciadamente se padece en países en donde ha imperado la corrupción”.
Por ello, el presidente afirmó que en su gobierno se atienden las necesidades de los más pobres porque ya no se permite la corrupción. “Es que era un gran saqueo, una gran sangría, se robaban casi todo”. Y recordó lo ocurrido con la ya extinta Partida Secreta, de la que –explicó– “el presidente podía disponer de una cantidad del presupuesto sin tener que comprobar nada, solicitaba el dinero y […] podía entregar ese dinero a particulares, a dirigentes políticos, a dirigentes sindicales, cooptar opositores o quedarse él o su familia, y a la hora de probar esos gastos no tenía ninguna responsabilidad, estaba permitido legalmente. Muchísimo dinero”.
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