Al presidente Andrés Manuel López Obrador no le preocupa el conflicto entre la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, y el senador Ricardo Monreal, porque “hay un pueblo muy politizado y ya no son tan importantes los dirigentes, no somos tan importantes: el papel protagónico en estos tiempos de transformación lo tiene el pueblo”. Por ello, mandó un mensaje, sobre todo, para el legislador morenista: que no se sientan como antes, cuando se decía que “ahí vienen las masas, ahí viene el pueblo atrás de nosotros”, porque “no va a ir nadie detrás de ellos si no actúan de manera consecuente, si no le tienen amor al pueblo. Entonces que no estén esperando que el pueblo los va a apoyar”.
El primer mandatario consideró que el movimiento de transformación de México está en el pueblo, y que no hay ningún líder, por importante que sea, por encima del pueblo. Asimismo, descartó llamar a Sansores y a Monreal a buscar la conciliación, la unidad, pues eso “es mantener el mismo atraso de siglos y estar formando ciudadanos susceptibles a la manipulación, ciudadanos imaginarios”.
El jefe del Ejecutivo federal señaló que uno de los trabajos más importantes es el de la revolución de las conciencias; al respecto, manifestó su confianza en la gente, porque la mayoría de los mexicanos está muy politizada.
En ese contexto, López Obrador indicó que hay que seguir adelante defendiendo la democracia de verdad. Consideró que los opositores a la reforma electoral no están defendiendo realmente al Instituto Nacional Electoral sino a sus canonjías del pasado: “les molesta que el papel relevante ahora lo tenga el pueblo. Son muy clasistas y muy racistas. Eso es un debate que viene de lejos: ‘como yo [empresario] voy a ser igual a un indígena, a un campesino, a un obrero, a una trabajadora doméstica. No, yo soy superior’”.
El presidente López Obrador indicó que gracias a la politización de los ciudadanos, los oligarcas conservadores con sus medios de información, con sus intelectuales orgánicos, no pueden manipular a la mayoría del pueblo. Aunque admitió que siguen habiendo personas que sí son manipuladas.
Agregó que el constante debate de ideas es muy sano para la vida pública, porque “antes tenían control absoluto los medios de información convencionales –sólo habían muy poquitas excepciones– y manipulaban por completo [a la población], al grado de que todavía hay una falta de información en algunos sectores, repito, no mayoritarios […]. Entonces hay que seguir haciendo conciencia, porque hasta las piedras cambian de modo de parecer”.
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