Piña, nueva presidenta de la Corte, más cerca del neoliberalismo que de la 4T

Piña, nueva presidenta de la Corte, más cerca del neoliberalismo que de la 4T

Los problemas que enfrenta el PJF no se resuelven con la remoción de jueces, magistrados y ministros, se quejó Norma Piña
FOTO: CUARTOSCURO

La ministra Norma Lucía Piña Hernández fue electa presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación con seis votos a favor [los otros cinco los obtuvo el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena], para el periodo 2023-2026. Se trata de la primera mujer que preside el alto tribunal; sin embargo, por su trayectoria, la juzgadora está más cerca del modelo neoliberal –que la llevó a la SCJN en el sexenio de Enrique Peña– que del actual gobierno progresista que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Ejemplo de ello fue la votación sobre la constitucionalidad de la Ley de la Industria Eléctrica –iniciativa de la 4T para fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad por encima de los intereses de empresas trasnacionales y para garantizar el derecho humano a la energía– en el que la ahora presidenta de la Corte votó en contra en abril de 2022.

Otros asuntos a los que se opuso la ministra Piña fueron la consulta para juzgar a los expresidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña por los crímenes de su gobierno; y el caso de los llamados superdelegados en los estados de la República.

Otro de los temas que rechazó la ahora presidenta de la Corte fue la aplicación de la prisión preventiva oficiosa en contra de los factureros, al determinar que los fraudes fiscales no son delitos fiscales. Las empresas factureras de operaciones simuladas son una figura aprovechada sobre todo por grandes contribuyentes para evadir impuestos.

Tras su toma de protesta, la ministra presidenta dijo al Pleno que se sentía honrada, comprometida, responsabilizada moralmente a representar al Poder Judicial de la Federación “con convicción y entrega, con pasión y honestidad, como lo he intentado hacer los últimos 34 años de mi vida, al interior de esta gran institución a la que tanto le debo y que tanto quiero”.

Señaló que con esta responsabilidad que se le encomienda también se rompió el “techo de cristal” que se había impuesto por la cultura patriarcal. “Nos esforzaremos todos los días por una sociedad más justa, más igualitaria, sin violencia contra las mujeres”.

La elección se llevó a cabo en cumplimiento de lo dispuesto por el artículo 97, párrafo quinto de la Constitución Federal, 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y 28 del Reglamento Interior del Alto Tribunal, donde se prevé que cada cuatro años, el Pleno elegirá de entre sus miembros al Presidente o Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien a su vez lo es del Consejo de la Judicatura Federal.

En dicha sesión se contó con la presencia de los Plenos del Consejo de la Judicatura Federal y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

La presidenta Norma Piña indicó que la mayoría de los ministros y ministras la honraron con su voto, y depositaron en ella su confianza, sus anhelos, también sus inquietudes de cómo se debe guiar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al Consejo de la Judicatura Federal por el camino que marca la Constitución, que exige la democracia constitucional. “Entiendo que, además, se trata de convicciones compartidas que definen nuestras decisiones como juzgadoras y juzgadores. La encomienda es compleja, pero sé que contaré con ese anclaje común. El trayecto es viable, arribaremos a buen puerto; sin embargo, tengo y tendré siempre muy presente que el resultado es producto de un arduo proceso al interior de este colegiado, espejo de la complejidad nacional; y consecuentemente, institucional que estamos viviendo”.

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