Al entonces presidente Ernesto Zedillo no le tembló la mano para cerrar el 1 de enero de 1995 y durante un mes la Suprema Corte de Justicia de la Nación y, mediante la figura de jubilación inmediata, separar de su cargo a sus 26 ministros. Sucedió en 26 días: el primer mandatario firmó la iniciativa y promulgó las reformas a 20 artículos constitucionales aprobadas por senadores, diputados y la mayoría de los congresos locales, cuya génesis tomó 52 días (del 5 de diciembre de 1994 al 26 de enero de 1995). Entonces no se escucharon las expresiones corrupción, tráfico de influencias, compadrazgos, plagio de tesis, liberación judicial de cuentas bloqueadas a narcotraficantes y sus cómplices, o algo por el estilo. El argumento formal fue: es una respuesta a la exigencia ciudadana de una mejor impartición de justicia. La interpretación generalizada fue: Zedillo no quiere una Corte integrada por ministros nombrados por los expresidentes Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari.
Los medios poca atención dieron a tremenda situación. Había otros temas que convulsionaban al país: la economía colapsaba por el llamado “error de diciembre” que ocasionó devaluaciones y fuga de capitales, atribuídas a que el fugaz secretario de Hacienda, Jaime Serra Puche, compartió información estratégica. También, a la vigencia del EZLN y la cercana revelación de la identidad del subcomandante Marcos. Otra incertidumbre, era si el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y el FMI salvarían o no a México con créditos que llegaron a ser por más de 60 mil millones de dólares.
Zedillo había sido electo presidente el 21 de agosto, postulado por el PRI después del asesinato del candidato Luis Donaldo Colosio, en marzo de ese año. Ese partido tenía la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado. La oposición de izquierda representada por el PRD y el PT era poco determinante; en las votaciones sobre la reforma al Poder Judicial, el PAN fue de la mano con el PRI. El periodista Froylán López Narváez acuñó entonces el vocablo PRIAN.
La reforma al Poder Judicial incluyó la reducción de 26 a 11 el número de ministros integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, incluyendo su presidente. Creación del Consejo de la Judicatura, incorporación de nuevos recursos como la controversia constitucional y acciones de inconstitucionalidad, jubilación inmediata de los 26 ministros y, establece un límite de 15 años para ocupar el cargo que antes era vitalicio.
En varios sectores, la supresión temporal de la Corte y designación de 11 nuevos ministros fue considerada como un golpe de Estado de Zedillo, según lo sustentaron los académicos Guillermo Ruiz Morales y Alberto Rocha Arrieta, juristas de la UAM-Azcapotzalco en el trabajo “La reforma al Poder Judicial de 1994, ¿un golpe de Estado?”, El Cotidiano, número 172, marzo-abril de 2012, pp. 18-31, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco Distrito Federal, México.
Los ministros cesados
Aunque la figura legal fue jubilación inmediata, en realidad los 26 ministros de la SCJN fueron cesados el 1 de diciembre de 1995, al entrar en vigor el decreto de reformas a 20 artículos constitucionales, firmado por el presidente Zedillo y el secretario de Gobernación Esteban Moctezuma Barragán.
El último presidente de aquella SCJN fue Ulises Schmill Ordónez, a quien acompañaron en su cese-jubilación los ministros y ministras: Victoria Adato Green, Ignacio M Cal y Mayor Gutiérrez, Luis Fernández Doblado, Clementina Gil de Lester, Samuel Alba Leyva, Atanasio González Martínez (nombrado por el presidente Luis Echeverría), Noé Castañón León, Fausta Moreno Flores, José Manuel Villagordoa Lozano, Carlos de Silva Nava, Carlos Sempé Minvielle, Mariano Azuela Güitrón, Sergio Hugo Chapital Gutiérrez, Miguel Montes García, Diego Valadés Ríos, Ignacio Magaña Cárdenas, Carlos García Vázquez, Juan Díaz Romero, Felipe López Contreras, José Antonio Llanos Duarte, Luis Gutiérrez Vidal, Miguel Ángel García Domínguez, Martha Chávez Padrón, Irma Cué Sarquís y José Jesús Duarte Cano, nombrados por los presidentes De la Madrid y Salinas de Gortari.
La Corte sin ministros quedó reducida prácticamente a oficialía de partes, a cargo de los comisionados de Gobierno y Administración, los ya para entonces exministros Ulises Schmill Ordóñez, Carlos de Silva Nava y Juan Díaz Romero. Estuvieron a cargo del 1 de enero al 1 de febrero, cuando tomaron posesión los 11 nuevos ministros.
Renovación de la Corte
La reforma al Poder Judicial de la Federación, descrita como la más importante desde 1824, transitó sin aspavientos. Hoy resulta harto difícil documentar los debates parlamentarios. Esa historia amerita un largo y penoso viaje a las hemerotecas. Solamente dos de los 26 ministros cesados fueron propuestos por Zedillo para integrar la Corte renovada: Mariano Azuela Güitrón y Juan Díaz Romero.
Zedillo envió una propuesta con 18 nombres para que el Senado eligiera a los otros nueve ministros, lo que ocurrió por votación unánime. Así, la nueva Corte quedó integrada por: Juan Silva Meza, Olga Sánchez Cordero, Humberto Román Palacios, Guillermo Ortiz Mayagoitia, José de Jesús Gudiño Pelayo, Genaro Góngora Pimentel, Juventino Castro y Castro, Salvador Aguirre Anguiano y José Vicente Aguinaco Alemán, además de Azuela Güitrón y Díaz Romero.
En el Senado, la votación del PRIAN fue unánime, debido a que los tres diputados del PRD –opositores férreos a la reforma– se salieron de la sesión sin votar: Guillermo del Río, Heberto Castillo y Félix Salgado Macedonio.
Los juristas y académicos Guillermo Ruiz Morales y Alberto Rocha Arrieta citan argumentos de Eduardo Andrade Sánchez, senador del PRI: refutó la tesis del apresuramiento del proceso de reforma y señaló que fue mucho lo que se consultó sobre el particular. Incluso, aludió a la realización de foros en Durango y Veracruz, a fin de recoger ideas y analizar opiniones sobre las transformaciones para el sistema judicial.
Génesis
¿Quién recuerda aquella historia? Sucedió a fines de 1994 y comienzos de 1995. Fue el último día del primer mes de gobierno cuando apareció el decreto presidencial en el Diario Oficial de la Federación: 31 de diciembre.
A Zedillo no le tembló la mano.
Aquella trascendente pero callada epopeya hoy es tema de conversación. ¿O no?
1994
14 de julio: en campaña, Ernesto Zedillo Ponce de León propone en Guadalajara un decálogo para la reforma integral del Poder Judicial de la Federación.
1 de diciembre: Zedillo toma posesión como presidente y anuncia la reforma.
5 de diciembre: el presidente envía al Senado de la República la iniciativa. Presidido por María de los Ángeles Moreno, el PRI tenía 95 de los 128 escaños.
18 de diciembre: previo fugaz paso por Comisiones, el Senado aprueba por unanimidad las reformas constitucionales. El senador del PAN, Natividad Jiménez Moreno, apoyó la iniciativa por ser “respuesta adecuada en un ambiente en el que se cuestiona a las instituciones encargadas de la impartición de justicia y atiende a la exigencia ciudadana”.
20 de diciembre: la Cámara de Diputados recibe la minuta del Senado de la República.
24 de diciembre: después de paso veloz en Comisiones y sin cambios, el pleno, bajo la presidencia de Humberto Roque Villanueva, aprueba la minuta del Senado por 381 votos a favor y 66 en contra.
30 de diciembre: la Comisión Permanente del Congreso de la Unión envía al Ejecutivo para su promulgación, el decreto de reformas a su vez aprobado por la mayoría de congresos estatales.
31 de diciembre: publicación en el Diario Oficial de la Federación.
1995
1 de enero: la SCJN, sin ministros y cerrada.
18 de enero: el Senado de la República recibe del Ejecutivo la propuesta de 18 nombres para elegir a nueve ministros.
26 de enero: en sesión extraordinaria, el Senado elige por unanimidad a los nuevos ministros de la SCJN.
1 de febrero: se instala la nueva Corte y, después de varias rondas de votación, el pleno elige como su presidente al ministro José Vicente Aguinaco Alemán.
Guillermo Mora Tavares*
*Periodista
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