Lunes 09 de agosto de 2010

Lunes 09 de agosto de 2010

El 1 de septiembre Manlio Fabio Beltrones asume la presidencia del Senado de la República y ese día inicia sus aspiraciones hacia la Presidencia de la República. Antes, y el lo sabe como buen aprendiz del político veracruzano Fernando Gutiérrez Barrios, tendrá que librar muchas batallas, algunas en su propio partido, el PRI, para ser el candidato, y otras contra el aparato de gobierno en manos del PAN.
Una de esas guerras políticas ordenada desde Los Pinos, se prepara en los sótanos de las unidades de inteligencia e investigación de las secretarías de Hacienda y de Gobernación: un expediente confidencial con las cuentas bancarias y movimientos financieros del senador priista y su familia, con el propósito de acusarlo por los delitos de lavado de dinero y enriquecimiento inexplicable.
Las pruebas en su contra están en un extenso documento elaborado por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda (responsable de cuadrar los delitos de blanqueo de capitales y fraudes financieros), con información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en cuyo expediente también se involucra a su hermano Roberto Alcides Beltrones y a otros miembros de su familia.
Otro expediente no menos delicado en contra el senador priista lo integran los policías del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) de la Secretaría de Gobernación. Vieja institución conocida por Beltrones cuando allí despachaba Gutiérrez Barrios. Pero por ahora sólo nos referiremos a las investigaciones que la UIF y la CNBV reúnen en su contra al revisar sus cuentas bancarias y movimientos financieros de los últimos 10 años.
El expediente del senador Beltrones, cuyos documentos “confidenciales y reservados” pueden verlos esta semana en la revista Contralínea, da cuenta de que cómo este político sonorense ha realizado operaciones bancarias que son calificadas por las autoridades financieras como “inusuales” y “relevantes”, lo que motivó a los investigadores de Hacienda a prender los focos rojos y abrir una investigación en su contra por presunto lavado de dinero.
La información de carácter financiero sobre el senador Manlio Fabio señala: “De la consulta realizada a la base de datos de la Unidad de Inteligencia Financiera se conoció la siguiente información sobre ciertas operaciones que las instituciones de crédito señaladas a continuación –en su carácter de sujeto obligado bajo el artículo 115, fracción II, inciso a, de la Ley de Instituciones de Crédito– reportaron a la propia unidad”.
En las operaciones reportadas como “inusuales”, la UIF destaca una transferencia que hizo Manlio Fabio Beltrones, el 15 de noviembre de 2007, a la cuenta 31743-8 de la Casa de Bolsa Banorte, por 5 millones 614 mil 308 pesos. El motivo del reporte, dice Hacienda, es debido a que en las cuentas relacionadas en el contrato 378089, en donde el senador es el mismo beneficiario, se realizó un depósito de 5 millones de pesos el 27 de agosto de 2007.
En la descripción de la operación, la UIF precisa: “Prioridad media. La fecha de apertura del contrato 31743-8 es el 23-11-2001, fue dado de alta como persona física sin actividad empresarial. No cuenta con cotitulares ni beneficiarios. Es senador de la LX Legislatura (2006-2009)”.
Una segunda operación, clasificada como “inusual” por la UIF, fue un depósito en efectivo por 16 mil 200 dólares (poco más de 200 mil pesos) como aportación al contrato/fideicomiso V10001456101 de Seguros Monterrey New York Life. Se trata del pago de primas, ingresos excedentes y/o aportaciones adicionales. En esta operación, los investigadores fiscales dicen que es “inusual” debido a los montos de las primas excedentes o aportaciones adicionales realizadas, que son iguales o mayores al equivalente a los 10 mil dólares.
La tercera operación “inusual” fue un depósito por 1 millón 725 mil 369.45 pesos, realizado el 16 de junio de 2005 a la cuenta 0141180002 de BBVA Bancomer.
Aquí la UIF explica que en el periodo del 10 de febrero al 20 de junio de 2005, el senador Beltrones recibió en su cuenta depósitos por 1 millón 725 mil 369.45 pesos, de los cuales 1 millón 303 mil 931.71 se constituyeron mediante tres depósitos de terceros por “CW”, de la cuenta 0113360970 de la Cámara de Diputados, por 103 mil 931.71 pesos, y un depósito más por 1 millón 200 mil pesos de la cuenta 0453638898 de Aregional, empresa registrada con actividad se servicios de contaduría y auditoría donde figura como apoderado Jesús Alberto Cano Vélez.
También dispuso de 350 mil pesos vía un cheque negociado en Banorte; la cuenta de Aregional número 0453638898, que se fondeó a su vez por 3 millones 61 mil 200 pesos por depósitos de “CW” y con cheque de otro banco proveniente de terceros.
“En las operaciones que realizó el cliente, se desconoce el origen real de los recursos. Las operaciones no son acorde a la actividad registrada como diputado federal, ya que se observa que las transacciones se salen del comportamiento habitual que ha venido realizado el cliente en el pasado”, dice la UIF.

Operaciones “relevantes” del senador

1. Un depósito el 11 de marzo de 2003 por 120 mil pesos, en la cuenta 262279 en American Express Bank.
2. Depósito el 9 de octubre de 2002 por 100 mil pesos, en Banca Serfin, Grupo Financiero Santander.
3. Depósito el 9 de octubre de 2007 a la cuenta 551653331, por 2 millones 165 mil pesos, en Banco Mercantil del Norte, Grupo Financiero Banorte.
4. Dos retiros por 200 mil pesos cada uno el 23 y 26 de agosto de 2002, respectivamente, de la cuenta de BBVA Bancomer.
5. Un depósito el 2 de septiembre de 2004 por 242 mil 791.81 pesos a la cuenta 4024750788 de HSBC, y en esta misma un retiro por 207 mil pesos el 5 de abril de 2004.
6. En la misma cuenta de HSBC, en 2003 y 2004 se reportan 14 movimientos con depósitos y retiros clasificados como “relevantes” por la UIF, por montos que oscilan entre los 100 mil y 600 mil pesos.

El hermano incómodo del senador

Roberto Alcides Beltrones Rivera ha sido fiscalizado por la Unidad de Inteligencia Financiera y lo reportan con operaciones “relevantes”.
Se trata de cinco depósitos en moneda nacional realizados a las instituciones financieras Banco Santander y BBVA Bancomer, por montos de 130 mil, 135 mil; dos por 200 mil cada uno, y uno más por 400 mil pesos; esto, entre 2003 y 2007.
La sorpresa para los investigadores de la UIF es que, en la información de carácter fiscal del hermano del senador, encontraron que no está inscrito en el Registro Federal de Contribuyentes, aunque sí localizaron declaraciones anuales bajo un registro BERA490126M53, pero sin especificar el nombre propio. En estas declaraciones se manifiestan ingresos anuales en 2003 por 723 mil 555; en 2004, por 821 mil 496; en 2005, por 882 mil 299, y 2006, por 628 mil 432 pesos.

Investigan a otros políticos

Pero el gobierno de Felipe Calderón no sólo ordenó investigar a Manlio Fabio Beltrones, también ser han abierto expedientes financieros confidenciales en contra de quienes las secretarías de Hacienda y de Gobernación califican de “personas políticamente expuestas”, para acreditarles supuestos vínculos con el crimen organizado y su responsabilidad en el delito de lavado de dinero.
Sin embargo, mientras las pesquisas contra los políticos de oposición son usadas con fines electorales, las de funcionarios panistas son archivadas con la orden presidencial de que no se presenten ante el Ministerio Público Federal ni se les procese por delito alguno.
Para amenazar, chantajear y meter bajo control a los aspirantes presidenciales de oposición, el gobierno de Calderón dispone del trabajo de diversas áreas de inteligencia, mismas que históricamente también han ejercido presión sobre empresarios, luchadores sociales y periodistas que le son incómodos.
Las indagatorias del gobierno de ultraderecha del PAN involucran miles de expedientes que se apilan en los servidores de las computadoras de la Unidad de Inteligencia Financiera y de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, en contra de quienes califican como “personas políticamente expuestas”, principalmente en periodos electorales como el que acaba de llevarse a cabo y el que viene para 2012.
Experta en investigar los delitos llamados de “cuello blanco”, la UIF tiene abiertas miles de investigaciones por presuntos delitos de lavado de dinero. Algunos expedientes “confidenciales” dados a conocer en este espacio y que próximamente presentaremos en un extenso libro sobre lavado de dinero y fraudes financieros, involucran a personajes como Patricio Patrón Laviada, Emilio Chuayffet, Gregorio Sánchez Martínez y ahora el próximo presidente del Senado de la República Manlio Fabio Beltrones.
Investigados por la misma área de inteligencia de la Secretaría de Hacienda, tan sólo estos cuatro políticos han corrido suertes distintas:
El excandidato a la gubernatura de Quintana Roo, el perredista Greg Sánchez Martínez, está preso en el penal de máxima seguridad de Nayarit bajo acusaciones de delincuencia organizada y lavado de dinero, mientras que su esposa, Silvia Benítez Niurka Alba, es también investigada por el delito de tráfico de indocumentados procedentes de Cuba y Rusia.
El panista Patricio Patrón Laviada, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y amigo de Felipe Calderón, tiene abierto un expediente financiero que involucra a miembros de su familia con cárteles de la droga y el blanqueo de capitales; pero al contar con la protección de Los Pinos, la denuncia presentada por la UIF en la Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y de Falsificación o Alteración de Moneda, de la Procuraduría General de la República (PGR), fue “extraviada”, lo que motivó duras quejas de la Secretaría de Hacienda en oficios turnados a la PGR, y a pesar de lo cual no se ha procedido por tratarse de un destacado miembro del gabinete federal.
El priista Emilio Chuayffet, coordinador de la bancada mexiquense en la Cámara de Diputados, también tiene un amplio expediente abierto en la UIF, la cual reporta que el político del Estado de México nunca justificó el origen de varios millones de pesos que le fueron depositados en efectivo en diversas instituciones bancarias; sin embargo, la investigación se mantiene bajo reserva.