Esta operación estará bajo control de la Brigada Folgore, los cuerpos especiales y de élite de las Fuerzas Armadas paracaidistas italianas y que en un pasado no tan lejano han creado no pocas polémicas en la opinión pública italiana por las tendencias políticas de sus miembros, cercanos a las posiciones de la extrema derecha neofascista y muy comprometidos con los planes inclinados hacia un golpe de Estado en las décadas de 1960 y 1970 en Italia, y que se conocen como “estrategia de la tensión”.
Nos referimos al cuartel militar francés Madama, y que se encuentra ubicado cerca de la frontera con Libia. Aquí pasa la ruta estratégica de la migración por Libia, la misma que una vez que llega a la patria de Omar al-Mukhtar y Mu’ammar Gheddafi es entregada a las bandas mercenarias del Estado islámico para, luego, convertirlas en esclavos modernos y ejército de reserva del capital en Europa. Desde ahí ahora Italia pide su pedazo de torta en la división imperialista del “botín libio”. Y eso debido a su operoso trabajo como Estado miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en su “guerra sin límites” contra ese país norte africano. Siempre desde ahí han transitado los 300 mil hombres y mujeres destinados a los barcos que cruzan el Mediterráneo.
Estamos hablando, por cierto, del camino más importante para casi toda la inmigración africana hacia Europa: desde el Níger hacia Libia. Esta es la “encrucijada de la muerte” de muchos hombres y mujeres que, una vez llegados en Libia, serán entregados y vendidos a emprendedores y organizaciones criminales, entre estas, la n’drangheta calabresa que utiliza esta fuerza de trabajo en los campos de tomates del Mezzogiorno italiano.
Muy cerca de esta inmensa caravana, se encuentra el fuerte colonial denominado Madama, y donde los franceses han construido una base militar de primer nivel. Es ahí donde también irán a operar los 500 militares italianos. Todo esto, como si fuera una operación encubierta, ya que hasta el momento en que redacto este análisis, el parlamento italiano aún no ha debatido y decretado el “vía libre” para este operativo.
El objetivo de la misión, al parecer, es el apoyo a la operación internacional G5 Sahel, operativo antiterrorista (así le dicen). Así como también entrenar a las Fuerzas Armadas y a la policía local, además de proporcionar soporte al control de un área estratégica en la frontera con Libia, donde todos los días atraviesan miles de migrantes indocumentados y traficantes. Desde ahí han transitado también unos 300 mil hombres y mujeres cuyo destino son los barcos que cruzan el Mediterráneo.
Las noticias oficiales de las instituciones militares italianas (Difesa & Sicurezza, Analisi Difesa) nos informan que es la brigada paracaidista Folgore –el cuerpo de elite más acreditado para constituir las unidades de vanguardia– la que irá a componer la fuerza armada conformada por 470 militares.
De ocurrir, se trataría de otro golpe contundente contra las mismas letras del artículo 11 de la Constitución italiana, donde en su primera parte se afirma que “Italia repudia las guerras de agresión que atentan contra la libertad de los demás pueblos y como medio de resolución de las controversias internacionales (…)”.
Finalmente, desde los cascos azules desplegados en Líbano y en Libia, según para proteger los hospitales militares en Misurata, es evidente que Italia se encuentra metida en no pocos frentes y que todos estos no se pueden definir nunca y jamás como operaciones de mantenimiento de la paz, más bien deberíamos definirlas como ocupaciones estratégicas de territorios extra nacionales.
Como si esto no fuera poco, nuestras fuentes nos informan que los alpinos de la Julia (una división del Ejército Italiano), irán a Líbano en abril de este año sustituyendo, así, a los de la Folgore. Para ambas brigadas será posible desplegar un regimiento en Níger. Sin embargo, son los paracaidistas los que de toda forma se encuentran en la pole position para esta misión, hasta que no se decida en último optar por un regimiento mixto, conformado por unos diferentes repartos del Ejército, según informa Francesco Bussoletti en la revista Analisi Difesa.
Todo depende de cuáles serán las tareas de los militares italianos y del número definitivo de integrantes del contingente, cuyo destino es un teatro operativo que no hay que subestimar, como recién ha descubierto Estados Unidos, ya que hace poco tiempo perdió cuatro militares de sus fuerzas especiales JCOM, en un ataque.
La “ruta de la muerte”, el camino fundamental de la migración africana hacia Libia pasa por el Níger, pero antes cruza Agadez para llegar luego en Séguédine. Ahí termina esta caravana. En ese lugar se encuentra el viejo fuerte colonial Madama, donde desde 2014 los franceses han construido un moderno y poderoso cuartel militar para vigilar este inmenso flujo de seres humanos. Se trata de la última estación antes de entrar en Libia, escribe Gianluca De Feo periodista de La Repubblica el julio pasado.
“Desde ahí, bajo los ojos de los legionarios en 2016 han transitado 291 mil migrantes, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (IOM). Todos van directamente hacia el Norte y gran parte de ellos cruzarán el Mediterráneo en barcos.
“Se mueven en largas columnas de camiones y pickup, llenos de mercancías y personas. Es difícil no darse cuenta cuando cruzan el Sahara, en particular es imposible que no sean advertidos por el contingente militar francés que ahí despliega escuadrones enteros de vigilancia, de drones y de helicópteros de alta tecnología, para monitorear el territorio. Según no pocos informes, parece que, a los militares no les importa nada esta inmensa multitud en movimiento en el desierto.
Para los paracaidistas de la Legión Francesa, la misión principal es cazar a los yihadistas. Pero ¿cuáles son “las reglas de enfrentamiento” de los paracaidistas italianos? Qué van a hacer y cómo hacerlo es algo que nadie sabe y que, hasta cuando no sea tratado en el parlamento italiano seguirá siendo secreto. Ahora bien, ¿alguien se puede imaginar un escenario en el cual los militares italianos dispararan contra miles de hombres, mujeres y niños que intentan cruzar el Mediterráneo hacia el “fuerte de Europa”? No es difícil imaginárselo, si pensamos en el horrible pasado del Estado italiano –nunca jamás superado– de crímenes contra la humanidad durante sus décadas de régimen fascista.
Esta hipótesis se fortalece con la evidencia de que Francia ya está tutelando sus intereses de Estado en el Sahel, del momento que, en esta región tan importante por los imperialismos, no sólo cruzan miles de seres humanos, sino que en la región del Níger se encuentran las mineras de uranio que alimentan todas las plantaciones nucleares en Francia. Habrá que vigilar la división imperialista de esta región por parte de los países miembros del G5 Sahel, y nunca olvidarnos del papel de Estados Unidos y, por ende, de la OTAN, que de manera velada quieren apoderase de África definitivamente.
Italia en este botín imperialista pretende su pedazo de torta. Es la guerra sin límites que sigue en auge, con su carga de barbaridades.
Alessandro Pagani*
*Historiador y escritor; maestro en historia contemporánea; diplomado en historia de México por la Universidad Nacional Autónoma de México y en geopolítica y defensa latinoamericana por la Universidad de Buenos Aires
[BLOQUE: ANÁLISIS][SECCIÓN: INTERNACIONAL]
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