La criminalización de la protesta social
En México se agudiza la desigualdad social y se profundiza la lucha de clases. Al mismo tiempo, se atenta contra los derechos económicos, políticos, sociales y ambientales: todo aquello que huela a colectivo, comunal y estatal está bajo ataque.
Bajas, las expectativas económicas para 2014
La “contrarreforma” agraria y la pérdida de la soberanía
La divisa de la política agraria es la extinción del campesino. Acorralado desde hace décadas, ahora se le dice que no tiene salvación. En el adiós al actor que protagonizó la Revolución Mexicana también se empeña la soberanía alimentaria que, aunque se trate de un asunto de seguridad nacional, los gobiernos entregan a las trasnacionales.
Dan la puntilla al sector agropecuario
La miseria de la pensión universal neoliberal
La primera mentira de la llamada pensión universal se encuentra en su nombre: la mayoría de los viejos del país quedarán excluidos de ella.
El populismo de la derecha
Las reformas impulsadas por el presente gobierno empobrecerán aún más a la población y le conculcarán derechos.
“Contrarreforma” energética: la extinción de las reservas petroleras
La reforma del gobierno federal en materia energética no sólo busca privatizar los recursos petroleros: el esquema de explotación del que se beneficiarían las empresas privadas extranjeras es tan rapaz que en poco tiempo las reservas de hidrocarburos quedarían agotadas
La reforma hacendaria: la reproducción del neoliberalismo
“Evidentemente no es nada popular”, la única frase cierta del discurso presidencial ante la nueva reforma fiscal.
Peñismo, aferrado a la ortodoxia del FMI
En su primer año, la administración federal priísta ya no tiene futuro económico. Sin embargo, de manera ortodoxa sigue aplicando las políticas fondomonetaristas pese a que toda América abandonó esos fracasados programas.
México: economía desfondada
México enfrenta una profunda recesión sin más herramientas que un desfasado y mediocre manual: Criterios de política económica para 2014. Aunque tales medidas han sido anunciadas por el gobierno como “anticíclicas” y hasta sociales, lo cierto es que han sido dictadas por las oligarquías para que, de nuevo, los costos sean pagados por los pobres. Los dueños de los consorcios no tienen que hacer marchas ni plantones; basta que amenacen con sacar del país sus capitales para que la autoridad en turno obedezca