Mi asesora en el uso del español –por medio de su diccionario–, María Moliner, vino en mi ayuda para ilustrarme respecto a la conocida palabra-concepto travestir –que significa “vestir a una persona con ropa propia de otro sexo”– me dijo que travestirse es “una forma reflexiva de travestir; y que puede usarse ‘travestido’ con el significado de disfrazado o encubierto”. Esto porque al ver la fotografía de la ceremonia clandestina en Los Pinos, para celebrar en lo oscurito el Día del Maestro, me pareció que con ropa de hombre, es decir travestida, la exlíder vitalicia Elba Esther Gordillo Morales era la que estaba frente a Enrique Peña.
En la fotografía aparecen Peña (un poco rezagado, Emilio Chuayffet) y el aparente dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre, en el momento del clásico abrazo de los mexicanos tras el apretón de manos (la imagen es de José Antonio López, La Jornada, 16 de mayo de 2013). Aunque en la actualidad, la Gordillo está abandonada a su suerte penal en un reclusorio: avejentada, gordita y con burdos lentes de aros de plástico… ella que, con cirugías, ropa de Nueva York, lentes a la Sofía Loren y bolsa de piel fue la consentida de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón.
Juan Díaz de la Torre estuvo metido en la corrupción del botín del SNTE y fue escogido por Chuayffet para sustituir a doña Elba Esther. Con ojos claros, rostro blanco y complexión robusta, de cerca da el gatazo de un pequeño burgués burocrático. Pero muestra el miedo que lleva dentro sabiendo que está bajo observación del peñismo para, si se porta como va (traidor a su exlideresa), dentro de otros 20 años tal vez siga al frente del sindicato corporativo y elitista con la nueva pandilla que integre para manipular a los maestros “ejemplares”… Esto si antes no empieza la desbandada para afiliarse a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación o irrumpe otro sindicato. Cuestionado sobre su actual relación con Elba Esther, de inmediato palidece, como si se le aparecieran las brujas de Macbeth, contestando con evasivas pidiendo que “su conversación no salga de entre nosotros” y le dicen que sí, que es off the record.
Juan Díaz se ha entrevistado con Peña, Chuayffet, Miguel Ángel Osorio y Jesús Murillo Karam más de una docena de veces desde que entró el relevo para convenir la negociación de su entronización. Elba está encarcelada, caída en desgracia política y penal, tal y como cuando ella traicionó a su mentor Carlos Jonguitud y fue elevada al trono del SNTE. Ahora, Juan Díaz de la Torre ha sido designado heredero por el mismo Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Salinas. Y contra la exlideresa, la ley a secas con un poco de venganza chuayffetista para que aprenda a sus ya casi 70 años de edad que, aunque es ya tarde, contra el “señor presidente” ningún desacato.
El nuevo “líder vitalicio” a lo mejor es un transitorio, a cambio de que le perdonen su complicidad con Elba Esther y lo dejen irse… Aunque está en la lista de los testigos de cargo de la Procuraduría General de la República (PGR) y de descargo por parte de los abogados de ella. Y si quiere zafarse de un careo con su antigua protectora, entonces ha de cumplir al pie de la letra el guión de Chuayffet; aunque también éste está de paso en la Secretaría de Educación Pública y cumplido su encargo se irá a una embajada, para –como Humberto Moreira– ponerse a estudiar para completar sus ansias “intelectuales”, tras haberse sentado en la silla y despachado en el escritorio de José Vasconcelos.
El espíritu de Elba Esther Gordillo escapó de la celda donde la tienen recluida (con ciertas comodidades). Me parece que reencarnó en Juan Díaz y vestida, es decir travestida, con ropa de hombre asistió a la fiesta de los maestros que captó el fotógrafo que firma Foto Presidencia, adornando el reportaje de Rosa Elvira Vargas y José Antonio Román (La Jornada, 16 de mayo de 2013). Era ella en él. No tengo la menor duda. Dos personas distintas y una sola verdadera, por la magia del arte travestido. Ésta Juan Díaz tenía el mismo rostro de felicidad que mostró durante más de 20 años la Maestra. Y es que no podía faltar al acto con su amigo Peña al que apoyó con más de 1 millón y medio de votos, para apuntalar su victoria que está resultando pírrica ante la inconformidad del magisterio, que está ejerciendo la democracia directa en sus manifestaciones, haciendo acto de presencia en 16 estados y en la capital del país, representando a más de 1 millón de maestros; pues Juan Díaz apenas tiene medio millón si bien le está yendo.
Cuentan que Juan Díaz no quiere el queso, sino salir de la ratonera. Que le den el borrón y quemen su expediente, que es un anexo, una addenda (para utilizar el latinajo peñista), al expediente de Elba y otros de la cúpula sindical del SNTE, mediante los cuales los tienen bien controlados. No hay duda, empero, que Elba Esther estuvo en la fiesta secreta de la que sólo supimos al otro día mediante la información en los medios de comunicación. No podía faltar, y metida en la ropa de Juan Díaz (los dos estuvieron tan ligados, tan comprometidos, tan… cómplices), el nuevo “vitalicia hasta que el peñismo quiera, permitió que Elba Esther, disfrazada de Juan Díaz de la Torre, estuviera con Peña para festejar a sus maestros. Juan como travesti de Elba y ésta como la Lady Macbeth de la tragedia magisterial; siendo pareja de Chuayffet, quien quedó como Macbeth.
*Periodista
Fuente: Contralínea 340 / junio 2013