Ni modo de pasar por alto el enfrentamiento, dentro y fuera de lo judicial, ventilado en los medios de comunicación, que protagonizan por un lado la señora Adriana Pérez Romo, esposa “del presentador [así le nombran en España al comunicador de noticias editorializadas, es decir que les inserta comentarios para aprobarlas o desaprobarlas] más famoso del país, Joaquín López Dóriga” (Verónica Calderón, El País, 2 de septiembre de 2015), y la millonaria María Asunción Aramburuzabala Lárregui, exdueña del Grupo Modelo dedicada a buscar nichos financieros muy redituables, como la construcción inmobi- liaria, para obtener cuantiosas ganancias dentro del capitalismo globalizado del neoliberalismo económico. Vale la pena leer el reportaje de María Luisa Aguilar, en la revista Fortuna (edición de marzo de 2003), donde luce glamorosa en la portada y cuenta sus relaciones económicas con Televisa y Carlos Silm.
La millonaria se encolerizó y contrademandó con el argumento de que era víctima de intento de extorsión. Televisa se deslindó indirecta y directamente ante doña María Asunción; pero mucho tenía que ver López-Dóriga, autor de una columna y uno de sus principales comunicadores. Aramburuzabala hizo declaraciones al diario Reforma. También la entrevistó, para la revista Proceso, nada menos que Jenaro Villamil, quien se sabe al revés y al derecho la metamorfosis de Televisa y los tres Azcárraga. Y se publicó la nota en El País.
En la danza salió a bailar Miguel Ángel Mancera (quien anduvo de fiesta con su Tercer informe, apuntándose para candidato presidencial, junto –pero no revuelto– con Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño, Rafael Moreno Valle, Francisco Madero y/o Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador, más los que se agreguen a la lista con los independientes). Mancera está en el pleito mediático porque, como se sabe, mucho tiene que ver en los tribunales donde comparte poder con Edgar Elías Azar, el periodista que publica con su nombre lo que le escribe.
La señora Aramburuzabala teme que haya mano negra, pues asegura tener sus permisos en regla. Y dentro de la clase capitalista es sabido que es de las que “no se dejan” y va en todas “hasta las últimas consecuencias”, como ya lo dijo. De entre las frases que López-Dóriga coloca en su columna, no ha aparecido ninguna que roce el tema, aunque en su cuenta de Twitter acusó al periódico Reforma de apoyar a la millonaria, asegurando que ni él ni Televisa tienen algo que ver con la disputa legal. Es algo parecido como cuando Enrique Peña Nieto se deslindó de su esposa por el asunto de la casa blanca y aparentemente la dejó sola.
Al reportero Jenaro Villamil la millonaria le dijo que la amenazaron con usar el programa de López-Dóriga “para difamarla”, revirando que ella no es corrupta: “Mi dinero no es mal habido, como el de él”.
No se trata solamente de dimes y diretes. Hay mar de fondo y las olas del escándalo inundaron tierra adentro a varias fortunas, donde salió a relucir la corrupción. Podría revocarse el permiso para la construcción o, en caso contrario, habría un arreglo que incluiría que la señora Aramburuzabala hasta remodelaría calles y banquetas, como si fuera la vicegobernadora defeña.
En la intentona de extorsión (en la jerga común y corriente: mordida, moche), establece la contrademanda que, para obligarla a dar ese dinero (¡en dólares!), se hacía “alusión a la fuerza periodística del señor Joaquín López-Dóriga y a la estrecha relación que se tenía con diversos funcionarios del Gobierno del Distrito Federal, dando a notar la misma, bajo la forma en cómo desde enero del presente año han venido actuando para no permitir que se realice la obra del proyecto denominado Rubén Darío 225”.
Salta a la vista que los actores de este melodrama escenificaron un choque de trenes; y los maquinistas se hicieron de palabras, amenazas y un intento de chantaje, donde se midieron dos grupos con poder. Se tomaron el pulso. Y mientras los tribunales no decidan sin mano negra, no hay nada para los contrincantes.
Aramburuzabala ocupa el lugar 265 en la lista Forbes, a veces encabezada por Carlos Slim; y como socia de la empresa explotadora de la marca Modelo, la empresa Anheuser-Busch InBev recibió de esa transacción más de 20 mil millones de dólares, de los cuales le querían quitar una parte para dejarla concluir su edificio.
Este agarrón fue un efectivo distractor para que la nación desatendiera la crisis general que se le viene encima por las malas políticas peñistas. Fue un espectáculo en la cúpula de la elite capitalista en el que la lucha de clases entre los que tienen mucho y los que tienen poco pero quieren más forman parte de lo que otro de los suyos, pero multimillonario a lo bestia ha dicho con todo su cínica franqueza: “Ciertamente hay una guerra de clases, pero es la mía, la clase de los ricos, la que la ha declarado, y la estamos ganando” (David Harvey, El enigma del capital y las crisis del capitalismo). En México también los ricos van ganando la lucha de clases… ¡55 millones los contemplan! Pero mientras, dos mujeres nos han entretenido con su pleito de familia entre ricos y millonarios, donde una quiere tener otro poco y la otra no quiere que le quiten un pelo a su gato-capital. Y en el estira y afloja del “dame y no te doy”, ya veremos quién gana… Si no es que se arreglan a la mexicana con un toma y daca.
Álvaro Cepeda Neri*
*Periodista
[BLOQUE: OPINIÓN] [SECCIÓN: CONTRAPODER]
Contralínea 458 / del 12 al 18 de Octurbe 2015
Senador Javier Corral habría operado contra reelección de Rosario Piedra; él lo niega Nancy Flores,…
Desde hace varios años, el abuso de metanfetaminas es el problema de salud pública más…
Cada elección en el país vecino, exhibe las miserias de la “democracia americana”. Dicen que…
En el informe anual Hielo perdido, daño global, presentado en la 29 Conferencia de las…
Al entregar el Paquete Económico para el Ejercicio Fiscal 2025 a la Mesa de la…
En diferentes medios de comunicación, nacionales e internacionales, se ha estado diciendo que en México…
Esta web usa cookies.