“Candidato Andrés Manuel… sé que va a ser presidente de la República: quiero pedirle que apoye a las universidades, tecnológicos y normales de Sinaloa. Y en particular, a la Universidad Autónoma de Sinaloa… Óigalo bien: esto tiene la condición de que desterremos el cacicazgo político que ahoga, presiona y humilla a los universitarios. La Universidad es libre, popular y democrática. ¡Vamos a contribuir a acabar con un coto político de un partido que socava sus libertades!” (https://youtu.be/ajeUTefcfts).
Ese fue el enérgico discurso que el hoy aspirante a la gubernatura de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, emitió el 19 de junio de 2018 frente a Andrés Manuel López Obrador y a miles de personas que acudimos a la calle Obregón de Culiacán, para el cierre de campaña de la coalición Juntos Haremos Historia. Esas palabras tenían un cálculo; convencer a la comunidad universitaria de que, ya como senador, de alguna forma iba a apoyar a terminar con el cacicazgo de Melesio Cuén y la injerencia del Partido Sinaloense (Pas) en la vida institucional de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). Curiosamente en aquella ocasión Rocha no mencionó de forma literal a qué partido se refería ni de qué cacique hablaba. Y es que, ahora lo sabemos, detrás de la aparente convicción que transmitía con su euforia, lo que había realmente era una posición timorata en torno al asunto, la cual se debía a la nula intención de cumplir aquello que estaba prometiendo.
Casi 2 semanas después del mencionado evento, Rocha resultaría electo senador de la República y, posteriormente, en el Senado fungiría como presidente de la Comisión de Educación donde se caracterizó, principalmente, por hacer todo lo contrario a lo que prometió, pues no defendió el presupuesto de las Universidades Públicas y Normales Rurales [1] y, además, no sólo no contribuyó a desterrar el cacicazgo universitario de Cuén en la UAS, sino que lo ha apoyado y tácitamente llegó a decir que quienes hemos defendido nuestros derechos laborales y hemos publicado evidencia del problema en cuestión así como escrito de la necesidad de una reforma a la Ley Orgánica de la UAS asumimos una posición política que abona a que los trabajadores tomen “actitudes irresponsables” [2].
Desde noviembre del 2019 publiqué, en este espacio, un artículo en el cual señalé la intención y el esfuerzo que existía por consumar una alianza entre el Pas y el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) con miras al proceso electoral de junio de 2021. El tiempo lo confiró. Y es que Rocha Moya y Américo Villareal –también senador, recientemente nombrado Delegado de la dirección nacional de Morena para Sinaloa– han asumido de manera fáctica la directiva estatal morenista y defienden de forma por demás aferrada una alianza para candidaturas comunes con el Pas, es decir, con la Universidad-Partido, a pesar de que las bases de Morena han manifestado una y otra vez su rechazo a la misma [3].
Un supuesto rechazo también fue expresado en conferencia de prensa por un bloque de alcaldes, así como legisladores estatales y federales morenistas, encabezado por la senadora Imelda Castro; en última instancia sólo fue una maniobra de simulación democrática destinada a contener algún intento de organización de las bases que pudiera dar lugar a una resistencia activa y efectiva al asunto en comento [4].
En una entrevista sumamente interesante que el periodista de RíoDoce, Ismael Bojórquez, realizó a Rocha Moya hace algunas semanas [5], el primero le señala al abanderado morenista lo siguiente: “…hablando de alianzas la de Morena no es una perita dulce, la alianza con el Pas que tú defiendes, pero la que viene del centro con el Verde disque ecologista, uno de los partido más nefastos…”. A lo que Rocha responde interrumpiendo: “Pero no tienen comparación… hay quienes me argumentan que si el Pas es lo mismo que el PAN y el PRI… la magnitud del daño que le han hecho al país el PAN y el PRI no tiene comparación con nada”.
Nomás le faltó decir, como en el popular meme que circula en redes sociales: “sí… pero el PRI robó más”; representación que humorísticamente hace alusión a lo que en el imaginario colectivo ya se ha instalado como la justificación universal con la cual las dirigencias morenistas de muchos estados del país, junto a la nacional, pretenden avalar alianzas y/o candidaturas totalmente antidemocráticas; no sólo conservadoras, sino francamente reaccionarias.
Ahora bien –y dejando de lado a Morena en sí–, ¿cuál es la procedencia y composición del Pas? En gran medida dicho instituto político proviene de elementos priístas que se fueron enquistando en la Universidad, ganando espacios, tejiendo connivencias y redes de tráfico de influencias, cooptando cuadros universitarios que en el pasado militaron en la izquierda, atentando contra derechos de trabajadores y derechizando a la UAS hasta convertirla en la Universidad-Partido.
La dirigencia pasista se sabe corrupta e ironiza al respecto continuamente. En burlonas palabras que el propio secretario del Comité Municipal del Pas en El Fuerte, Sinaloa, pronuncia a la menor oportunidad: “El PAS no es otra cosa que un nuevo PRI”, en clara referencia a su propia trayectoria y a los oscuros métodos gansteriles que conservan tanto él como el grupo político al que pertenece. Precisamente, Melesio Cuén fue alcalde de Culiacán por la alianza PRI-Partido Verde Ecologista-Partido Nueva Alianza y también, no hay que dejar de mencionar, en 2018 la coalición Por México al Frente, compuesta por el PAN, Movimiento Ciudadano y el PRD, abanderó al cacique universitario en la búsqueda de un escaño en el Senado. Por lo tanto, la respuesta que Rocha ofrece cuando se le increpa por la nefasta alianza que defiende a ultranza, está, mínimamente, fuera de lugar.
Pero eso no es todo. Rocha da réplicas aún más contradictorias, pues a diferencia de su discurso de 2018, más adelante, en la misma entrevista, nombra al Pas como lo que es. No obstante, ello no resulta un impedimento para que él continúe defendiendo la alianza: “…si nosotros llegamos al gobierno… vamos a ordenar los cambios fundamentales, el uso transparente de los recursos, las libertades internas. La universidad partido atenta contra la esencia de la universidad, que es plural, es diversa, y eso tendrá que corregirse; ese es un compromiso”.
Posteriormente, el entrevistador objeta: “¿Es un compromiso con Cuén o tuyo con los universitarios?”
A lo que Rocha contesta con malabares, evadiendo totalmente la lógica de la pregunta: “Claro, él sabe (Cuén) lo que yo pienso y se lo he dicho, no se está en la idea de que hay que fortalecer un instrumento político. No, hay que fortalecer a la universidad y desaparecer de la universidad todo aquello que la desnaturaliza”.
O sea que Rocha quiere que las y los universitarios, así como el electorado de Sinaloa que está harto de la situación que prevalece en la UAS, creamos que a Cuén le llegó un aire como salido de la Rosa de Guadalupe y, gustosamente, va a colaborar para mermar el cacicazgo universitario que ha construido durante décadas gracias a prácticas corruptas y violentas que ha ejercido al interior y exterior de la Universidad. Por si todo esto fuera poco absurdo, ulteriormente el aspirante a gobernador remata con la siguiente afirmación que, por su cinismo, resulta como sacada de una comedia sátira al más puro estilo de La Ley de Herodes: “… Cuén dice que quiere un gobernador de Badiraguato y que por eso me apoya. Quiero una gran alianza con todos, pero no cederemos ni un pedacito del gobierno a nadie”.
Viejo lobo de mar, Rocha sabe muy bien con quién se está aliando, está muy consciente de qué es lo que está defendiendo implícitamente al reducir la cuestión del cacicazgo universitario de Melesio Cuén y el secuestro de la UAS a burdas diferencias en cuanto a “puntos de vista”; sabe plenamente que, al promover en los hechos una alianza por candidaturas comunes con el PAS, está contribuyendo para lograr, al menos, dos cosas: 1) continuidad y reproducción del fenómeno de la Universidad-Partido en Sinaloa, así como una expansión del mismo a otras instituciones de la administración pública en el Estado, pues eso de “no cederemos ni un pedacito de gobierno” es una afirmación que insulta la inteligencia de cualquier persona. Y, 2) impunidad transexenal para la cúpula burocrática universitaria que, a su vez, funge como dirigencia del Partido Sinaloense, la cual tiene sumida a la UAS en una aguda situación de corrupción, precarización e injusticia laboral, así como en un contexto de constante violación a los derechos humanos de integrantes de la comunidad universitaria.
En estas elecciones las y los universitarios y quienes hemos combatido al cuenismo, tenemos la oportunidad y el deber histórico de contribuir realmente a acabar con la Universidad-Partido que ha nacido en Sinaloa. Luchar contra el PAS y sus aliados es luchar por la defensa de la educación pública y por los derechos laborales y humanos de las y los trabajadores del sector educativo nivel superior en general. Si Morena y sus candidatos se oponen a esa lucha, habrá que rebasarlos por la izquierda, solidarizándonos entre quienes queremos rescatar a las universidades públicas del país, poniendo resistencia activa y, en el caso de la UAS, recabando pruebas y haciendo denuncias públicas y formales de los abusos y atropellos que los pasistas cometen y cometerán para favorecer las candidaturas comunes que, aunque lo niegue, en los hechos Rocha promueve con una insistencia que ha llegado a la necedad.
La Real Academia de la Lengua Española define el adjetivo “nefasto” como “dicho de una persona o de una cosa: desgraciada o detestable”, es decir, algo a lo que le es inherente y, por lo tanto, trae consigo desgracia. Precisamente, para la educación pública de México en general, y en particular para la comunidad universitaria UAS y la sociedad sinaloense, la alianza en cuestión solo conlleva más corrupción, injusticias, violencia institucional e impunidad… Es, por ello, nefasta.
Referencias:
[1] https://revistaespejo.com/2021/01/09/negocian-cen-de-morena-y-el-pas-alianza-comun/
[3] https://www.contralinea.com.mx/2020/11/27/el-mexe-y-el-adios-a-las-normales-rurales/
[4] https://riodoce.mx/2021/01/11/las-razones-para-frenar-la-alianza-morena-pas/
[5] https://riodoce.mx/2021/01/26/ruben-rocha-moya-la-ultima-llamada/
Norberto Soto Sánchez*
*Psicólogo y maestro en Ciencias de la Educación; extrabajador de la UAS
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