Las agresiones de Estados Unidos contra el régimen cubano no cesan. El fracaso y la revelación de uno de los más recientes operativos intervencionistas del gobierno estadunidense en la isla no sólo confirmaron los métodos ilegales de la Casa Blanca cuando de derrocar gobiernos se trata, también corroboraron el papel encubierto que juega la USAID a favor de la CIA
Sergio Alejandro Gómez/Red Voltaire/Granma
La Habana, Cuba. Pocos podían imaginar lo que se escondía tras los cientos de miles de mensajes de texto enviados a los celulares cubanos con temáticas inocentes, tales como deporte y cultura, en un servicio llamado Zunzuneo.
La agencia estadunidense Associated Press (AP) reveló el jueves 3 de abril un complejo plan del gobierno de Estados Unidos para promover la subversión en Cuba a través de las nuevas tecnologías.
El objetivo de Zunzuneo era lanzar una red de mensajería que pudiera llegar a cientos de miles de cubanos usando “contenido no controversial”: noticias de futbol, música, huracanes y publicidad. Ya lograda esa meta se enviaría a esos usuarios mensajes de contenido político para incitar a los cubanos a crear convocatorias en red, concentraciones masivas que pudieran desencadenar una primavera cubana.
Los periodistas de AP Alberto Arce, Desmond Butler y Jack Gillum consultaron para su reportaje más de 1 mil páginas de documentos sobre el desarrollo de Zunzuneo, verificaron de forma independiente el alcance y los detalles del proyecto (como números de contratos federales y nombres de candidatos) a través de bases de datos de acceso público, fuentes del gobierno y entrevistaron a algunos usuarios. La investigación develó una red de empresas-fachadas, servidores en varios continentes para ocultar el rastro de los mensajes y contratistas independientes para llevar a cabo el trabajo.
Los fondos de Zunzuneo provenían directamente de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), entidad que se financia con dinero federal. Pero los informes a los que tuvo acceso AP reflejan que uno de los principales objetivos de los ejecutores era evitar que se conociera la participación de Washington.
“No se mencionará en lo absoluto la participación del gobierno de Estados Unidos”, dice un informe de Mobile Accord, uno de los contratistas de Zunzuneo. “Es totalmente crucial para el éxito a largo plazo del servicio y garantizar el cumplimiento de la misión”.
Los inicios de Zunzuneo
Los autores de la investigación precisan que no está claro si el plan comenzó con la USAID o en Creative Associates International, una empresa de Washington con fines de lucro que ha recibido cientos de millones de dólares en contratos con el gobierno de Estados Unidos.
El equipo de Zunzuneo comenzó a operar desde América central con equipos de informáticos contratados por Creative Associates.
Una de las piedras angulares del plan de Zunzuneo fue el acceso a una base de datos con la información y los teléfonos de los usuarios de Cubacel.
“Para AP no está claro cómo los números de teléfono fueron conseguidos, aunque los documentos parecen indicar que se hizo de manera ilícita.”
Los responsables de Zunzuneo usaron los números telefónicos así obtenidos para crear una base de “suscriptores”. Creative Associates concibió la lista como el punto de partida para hacer llegar su mensaje a los jóvenes cubanos, a quienes la USAID consideraba “más proclives al cambio político”.
“Debemos aumentar gradualmente los riesgos”, propuso la USAID en un documento citado por la AP.
El equipo de contratistas y subcontratistas de la USAID creó un portal en internet paralelo al servicio de mensajes de texto (SMS), de manera que los cubanos pudieran suscribirse, interactuar entre ellos y enviar mensajes gratis.
Paula Cambronero, investigadora de la empresa contratada Mobile Accord, comenzó a crear una amplia base de datos sobre los suscriptores con información como género, edad, “receptividad” y “tendencias políticas”. La USAID creía que la información demográfica de la presunta disidencia podría ayudarlos a enfocar otros programas en Cuba y “maximizar las posibilidades de extender nuestro alcance”.
Levantando el vuelo
En febrero de 2010 se presentó el proyecto acabado de Zunzuneo a los usuarios y comenzó la campaña de mercadotecnia. En 6 meses consiguió 25 mil suscriptores.
A principios de 2010, Creative Associates decidió que Zunzuneo era tan popular que su equipo en Centroamérica no era lo suficientemente sofisticado para gestionarlo, y pasaron a crear “una versión a escala de Twitter”. Con el fin de crear lo que llamaron “una estrategia discreta”, acudieron a otro joven experto en tecnología, James Eberhard, presidente de Mobile Accord, una empresa de Denver.
Un memorando de Mobile Accord decía:
“Si se descubre que la plataforma es o ha sido apoyada por el gobierno de Estados Unidos, no sólo nos arriesgamos a que Cubacel cierre el canal, sino que ponemos en riesgo la credibilidad de la plataforma como fuente de información confiable, de educación y de empoderamiento.”
Para ocultar el rastro, decidieron entonces crear empresas fachadas en Europa y el Caribe. Los documentos citados por los periodistas indican que las compañías pantallas permitirían a Zunzuneo distanciarse de Washington para que “el rastro del dinero no termine en Estados Unidos”.
“El equipo de gestión de Zunzuneo no tendrá conocimiento del origen real de la operación; como máximo, sabrán que Mobile Accord creó la plataforma”, expresó un memorando de la compañía. “El equipo de gestión no puede tener duda o preocupación alguna sobre la participación del gobierno de Estados Unidos”.
Pero el dinero no era lo único que les preocupaba. Tenían que ocultar el origen de los mensajes de texto, según documentos y entrevistas con miembros del equipo.
El grupo de contratistas instaló servidores en España, Irlanda y las Islas Caimán para procesar los textos, y contrató a una empresa española llamada Lleida.net para enviar a Cuba los mensajes sin su información de identificación.
Además, la investigación cita a Carlos Sánchez Almeida, abogado especialista en leyes europeas de protección de la información [privada], quien dijo que estos detalles revelados violan las leyes españolas de protección de la privacidad. El equipo de Zunzuneo había recopilado de manera ilegal información personal de una lista de teléfonos a la que había enviado mensajes no solicitados a través de una plataforma española.
“La liberación no autorizada de información es delito, y usar esa información para crear una lista de personas por su afiliación política está completamente prohibido por la ley española”, dijo Almeida, quien agregó que también se viola un acuerdo de protección de la información [privada], firmado en 2000, entre Estados Unidos y la Unión Europea.
La operación se encontraba frente a un problema sin solución. En una evaluación detallada, Creative Associates dijo que Mobile Accord había ignorado la sustentabilidad del proyecto. La empresa con fines de lucro “se sentía cómoda recibiendo fondos del gobierno de Estados Unidos que mantenían a flote la compañía”.
A mediados de 2012, Zunzuneo se esfumó tan misteriosamente como había aparecido. Los usuarios que trataban de entrar al portal, ya inexistente, eran dirigidos a una página de internet para niños con un nombre similar.
Operación secreta e ilegal
Según el reportaje de AP, los usuarios del programa nunca supieron que el proyecto fue creado por una agencia de Estados Unidos vinculada al Departamento de Estado, ni que los contratistas estadunidenses estaban reuniendo datos personales sobre ellos para algún día usar esa información con fines políticos.
Por otra parte, las leyes estadunidenses exigen autorización del presidente [de Estados Unidos] y una notificación al Congreso para realizar cualquier operación secreta.
Al intentar defenderse, Washington dijo el pasado 10 de abril que la creación del “Twitter cubano” por parte del gobierno [estadunidense] era un programa de “desarrollo”, y no una operación secreta, según declaraciones del portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
El portavoz de la Casa Blanca se justificó diciendo que el gobierno de Estados Unidos intenta ser “discreto” cuando trabaja en “entornos no permisivos”, como es el caso de Cuba, para proteger a los “practicantes y al público”, y que se trataba de un “programa de democracia”.
Sin embargo, AP indica que personal de diferentes comisiones legislativas de supervisión del Congreso ya se había quejado anteriormente de que la USAID gestionaba programas secretos sobre los que no ofrecía detalles.
“El dinero que Creative Associates invirtió en Zunzuneo se asignó públicamente a un proyecto no especificado en Pakistán, según información gubernamental. Pero no hay ninguna prueba de que los fondos se gastaron.”
Patrick Leahy, presidente del Subcomité del Senado sobre el Departamento de Estado y Operaciones en el Extranjero, aseguró a la prensa que no tenía conocimiento de lo que sucedía y calificó el programa como estúpido.
El escándalo, destapado por las revelaciones de AP, corrobora la alerta que hiciera recientemente el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba sobre los métodos de la Guerra No Convencional recogidos por la Circular de Entrenamiento 18-01 del ejército de Estados Unidos.
En referencia a lo acontecido durante los últimos meses en países como Ucrania y Venezuela, el presidente Raúl Castro declaró en la clausura del Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba:
“Estos hechos confirman que dondequiera que haya un gobierno que no convenga a los intereses de los círculos del poder en Estados Unidos y algunos de sus aliados europeos, [ese gobierno] se convierte en blanco de las campañas subversivas.”
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