Tras la aprobación del día de ayer con 69 votos a favor, el presidente Andrés Manuel López Obrador le agradeció mucho “a los senadores por aprobar esta ley. Eso es lo más importante, el que se aprobó la ley para que la Guardia Nacional esté operada, tenga la tutela, la guía, el ejemplo de la Secretaría de la Defensa Nacional. Eso es muy importante, porque lo he dicho varias veces y me voy a seguir repitiendo: la Guardia Nacional debe cuidarse para que no se caiga en el mismo error que se padeció con la llamada ‘Policía Federal Preventiva’ que se pudrió, se echó a perder”.

En su conferencia matutina desde Zacatecas, indicó que la Policía Federal “fue una escuela para formar a funcionarios públicos corruptos, deshonestos, violadores de derechos humanos. De ahí salieron [Genaro] García Luna, [Luis Cárdenas] Palomino, todos esos”.

López Obrador criticó a los que rechazaron el dictamen: “yo no sé cómo hay legisladores que se oponen a que la Guardia Nacional tenga disciplina, profesionalismo, actúe con rectitud, con honestidad, y que se respeten y no se violen los derechos humanos. Me tiene anonadado, diría mi paisano Santa María, sorprendido, la actitud de algunos legisladores del conservadurismo, su nivel de cretinismo, la hipocresía; de repente, quienes apostaban al uso de la fuerza, violadores tenaces de los derechos humanos, se convierten en paladines de la justicia, defensores de los derechos humanos. Son unos reverendos farsantes”.

Asimismo, el jefe del Ejecutivo federal cuestionó si acaso esos diputados y senadores opositores a su gobierno no saben quién fue García Luna, “el hombre fuerte de Felipe Calderón, su brazo derecho”. Y agregó que la crítica hacia el exsecretario de Seguridad Pública –actualmente preso en Estados Unidos bajo cargos de corrupción y tráfico de drogas en beneficio del Cártel de Sinaloa– no sólo la hace él, sino que lamentablemente también un expresidente de Francia, en referencia a Nicolas Sarkozy y su participación en el documental de Netflix sobre el caso Florence Cassez. “Digo lamentablemente porque los extranjeros no tienen por qué meterse en lo que corresponde a los asuntos nuestros, pero duele que tenga razón”.

Al respecto, el presidente López Obrador dijo: “cómo nos van a comparar. Ahí andan los de derechos humanos, de organismos internacionales, que guardaron silencio cómplice durante todo el periodo de masacres y de torturas, y de protección a las bandas del crimen organizado. Nunca dijeron nada, y ahora muy preocupados por la militarización en México”.

Y cuestionó: “¿por qué no se preocuparon cuando eran más los muertos en los enfrentamientos entre la policía, las Fuerzas Armadas y los civiles? Eran más los muertos que los heridos y que los detenidos, porque la orden era mátalos en caliente, y ahí están los datos. ¿Cuándo Naciones Unidas se pronunció? Estos organismos que supuestamente defienden derechos humanos, casi todos esos organismos integrados por gente de derecha, de distintos países del mundo, puro conservador acomodaticio, porque ganan muchísimo dinero por simular, por fingir, por jugar el papel de alcahuetes de gobiernos autoritarios”.

El presidente fue más allá en su crítica: “¿qué está haciendo la ONU ahora o estos organismos con la guerra de Rusia y Ucrania? ¿Qué hicieron para evitarla, o qué están haciendo ahora para detenerla y que no siga el sufrimiento de la gente y los desplazados, y todo lo que sufren los pueblos por las crisis económicas originadas por esa guerra y por otras? ¿Qué hace? ¿En qué está convertida la ONU? En un florero. Ya es tiempo de que haya cambios, y ya basta de la simulación y de la hipocresía”.

Finalmente, el primer mandatario aprovechó para celebrar que la mayoría de los legisladores del Congreso de la Unión actuaron en forma consecuente.

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