Al referirse al reinicio de clases presenciales en instituciones públicas como El Colegio de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador expuso que en el sexenio pasado se impulsó la privatización de la educación pública y se estigmatizó al magisterio. Incluso, recordó la alianza entre el empresario Claudio X González Guajardo y Carlos Loret de Mola, cabeza del portal Latinus, ambos opositores del actual gobierno.
“Hicieron hasta una película Claudio X González con Loret de Mola. Sería hasta bueno que se viera la película para que vean desde cuándo tenemos diferencias con esta gente”, indicó en la conferencia matutina, en referencia al filme De panzazo.
López Obrador agregó que Claudio X González “decía que le preocupaban los niños y que por eso quería la reforma educativa, y por eso el maltrato a los maestros, porque él fue de los promotores de esa reforma [educativa], de la campaña de desprestigio”.
Al respecto, el primer mandatario señaló que “para justificar la privatización empezaron a hablar de la educación de excelencia, educación de calidad. Claro que queremos educación de calidad, pero también queremos que todos tengan acceso a la educación. Nos interesa la calidad y nos interesa la cobertura, y lo que hicieron fue rechazar y rechazar a muchísimos jóvenes que querían ingresar a las universidades públicas con la mentira de que no pasaban el examen de admisión, que esa fue la excusa, el pretexto. Pero toda una campaña”.
Quienes impulsaban la reforma educativa en el gobierno de Enrique Peña, dijo el presidente López Obrador, aseguraban que ésta frenaría la venta de plazas en el magisterio. “Nosotros no vendemos plazas. Una vez dije –porque también no hay que enojarse y hay que tener sentido del humor– que el único que vendía plazas era el secretario de Educación que estaba antes, uno que viene desde [el gobierno de Carlos] Salinas, que fue el de comunicación de Salinas [Otto Granados]”.
El presidente indicó que le molestaba muchísimo “cuando se ofendía la dignidad, cuando se agraviaba a maestras y maestros, cuando querían imponer la mal llamada reforma educativa, que eran flojos, que eran incumplidos”.
Y aprovechó la conferencia para rendir homenaje a sus profesores. “Recordaba yo a mis maestras, a mis maestros de primaria, y a mis maestras y a mis maestros por los que aprendí, incluso por los que llegué aquí. Imagínense, la maestra que me dio sexto grado, la maestra Guadalupe Antonio, ya falleció hace muchísimo tiempo la maestra. Y sus hijas también maestras, toda una tradición.
“Mi maestro Lara Laguna me dio civismo, él me abrió los horizontes, porque era dirigente, era maestro de la escuela secundaria federal en Villahermosa, en Tabasco, y había estado de dirigente de un movimiento social y había participado en movimientos sociales, y me tocó verlo en el 68 –estaba yo en segundo de secundaria– con suero, una huelga de hambre. Siendo maestro, al mismo tiempo estudiaba Derecho cuando el movimiento del 68. Era, y sigue siendo porque vive el maestro todavía, muy inteligente. A él le tocaba la redacción de los manifiestos y sigue escribiendo todavía. Y era el que, en la escuela, en vez de seguir el libro de texto que se llamaba El buen ciudadano… En primero de secundaria tenía una pasta verde, en segundo blanco y en tercero rojo, la bandera, el libro ese”.3
Agregó que en aquel entonces él estaba llegando de Tepetitán, su pueblo, porque ahí no había secundaria, “y empiezo a escuchar a mi maestro decir que participaba en las manifestaciones, cuando vino el presidente Kennedy hubo manifestaciones, era presidente Adolfo López Mateos, que la consigna era ‘Jacqueline sí, Kennedy no.’ Para mí en ese entonces ¡qué es esto! Y luego verlo y va a la cárcel. Y cuántos maestros más, en la universidad, en la Facultad de Ciencias Políticas. Ahora que triunfa el movimiento de izquierda en Chile, cuántos maestros tuvimos de Chile y de Uruguay cuando los golpes de Estado en América del Sur, de otros países y de México”.
Asimismo, recordó al “papá del presidente del INE [Lorenzo Córdova], un hombre extraordinario, Arnaldo Córdova, en la política además hasta hizo un libro, que lo recomiendo, del cardenismo, El poder político en México. Y muchos otros maestros”.
López Obrador recordó también a su maestro González Llaca: “nos daba Prensa y Propaganda en la Facultad de Ciencias Políticas. Ahí aprendí lo que es el rumor, lo que es el contrarrumor, lo que es la propaganda, el medio, el mensaje, el marcado, cuál es la diferencia entre publicidad y propaganda”.
Por ello, indicó, a los maestros les debemos lo mucho o lo poco que sabemos. “Y estos tecnócratas irresponsables los maltrataron para imponer la llamada política económica neoliberal; en especial, la llamada reforma educativa, cuyo propósito era poner la educación al mercado, privatizar la educación, convertir la educación en una mercancía para que pudiese estudiar el que tuviese dinero para pagar colegiaturas, ese era el plan desde Salinas, que reformaron el artículo 3 [constitucional] siendo secretario de Educación, Zedillo. Porque la educación era un derecho establecido en la Constitución y lo limitaron sólo a la educación básica y dejaron en el mercado la educación media superior y la educación superior”.
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