En una escalada de violencia, el ejército de Israel volcó dos nuevos bombardeos sobre viviendas, edificios públicos y un hospital de Jan Yunis con alrededor de 14 mil refugiados palestinos. Los misiles detonados en los barrios civiles de la Franja de Gaza arrasaron con la vida de cinco personas; entre ellas, un bebé de cinco días.
La pérdida de estas vidas se suman a las cifras de decesos. De acuerdo con la actualización humanitaria, tan sólo entre el 1 y 2 de enero se reportó la muerte de 207 palestinos. Mientras que, entre el 7 de octubre y el 2 de enero, se ha registrado el fallecimiento de 22 mil 185 palestinos, siendo el 70 por ciento mujeres y niños.
Los últimos ataques, ejecutados contra el hospital Al-Amal de Jan Yunis –el día de hoy, martes 2 de enero–, son una clara violación al derecho internacional humanitario. Por ello, distintos representantes de organismos internacionales condenaron rápidamente los bombardeos e insistieron en un cese al fuego. Sin embargo, el estado de Israel, Estados Unidos y Ucrania se han negado a tal petición de paz.
“Ningún niño del mundo debería morir, y mucho menos uno que se cobija bajo el emblema de una organización humanitaria; esto tiene que acabar”, declaró la responsable de equipo de la Oficina de Coordinación para los Asuntos Humanitarios (OCHA), Gemma Connell, a través de un vídeo público en su cuenta de “X” –antes Twitter–.
Asimismo, el responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su dolencia. “Deploro los ataques de hoy contra el hospital Al-Amal en la ciudad de Khan Younis, en el sur de Gaza, que dañó gravemente el centro de capacitación de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina ubicado dentro del complejo hospitalario. […] Los hospitales, las ambulancias, los trabajadores de la salud y las personas que buscan atención deben estar protegidos, en todo momento, por el derecho internacional humanitario”.
De igual manera, agregó que estos bombardeos son funestos y desmedidos. “El sistema de salud de Gaza ya está de rodillas, y los trabajadores sanitarios y humanitarios se ven continuamente obstaculizados en sus esfuerzos por salvar vidas debido a las hostilidades. […] Los habitantes de Gaza siguen recibiendo sólo una fracción de los suministros a los que tenían acceso antes de la guerra, del mismo modo que sólo una fracción de los habitantes de Gaza que necesitan una evacuación médica están siendo evacuados”.
Por último, Ghebreyesus reiteró el cese al conflicto. “Me uno a los llamamientos internacionales para un alto el fuego inmediato, incluidas medidas urgentes para garantizar el flujo acelerado y sin obstáculos de alimentos, suministros médicos, agua y otros artículos esenciales para millones de civiles obligados a vivir en condiciones indescriptibles de hambre, propagación de enfermedades y falta de higiene y saneamiento”.
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