A partir de 1948, en el marco de la Guerra Fría y luego de su fin, a juicio de cada gobierno, Colombia rompió relaciones diplomáticas o comerciales con otros países, por diversos eventos. Fueron justificados en el comportamiento ideológico contrario al del poder de las élites, sus gremios y funcionarios. Sin dilación, éstos apoyaron de inmediato las decisiones.
En éstas, prevalecía la abierta sumisión y dependencia del gobierno a los intereses de Estados Unidos. Se desconoció que la nación era y es parte del grupo de cerca de 90 “países no alineados”, en términos de identificarse con un centro ideológico neutral.
En 1948, rompió con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Alegó tensiones ideológicas entre el gobierno colombiano y el régimen comunista de la Unión Soviética, con el que se tenía apenas un débil contacto.
Asimismo, en 1980, rompió relaciones diplomáticas con Cuba bajo el gobierno de Julio César Turbay Ayala –actualmente acusado por Estados Unidos de vínculos con el narcotráfico–. Indicó diferencias políticas e ideológicas.
En 1991, las relaciones fueron restablecidas con Cesar Gaviria. Se fortalecieron con el presidente Santos por sus grandes aportes en la construcción de los acuerdos de paz de la Habana.
En 1980, rompió relaciones diplomáticas con Nicaragua, después que el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional alcanzó el poder en 1979, con una revolución armada. Procedió a acusar a Colombia de apoyar a grupos contrarrevolucionarios que intentaban derrocar al gobierno sandinista.
En 1978, rompió relaciones comerciales con Argentina, en solidaridad con el Reino Unido, durante la guerra de las Malvinas. Sin embargo, jamás condenó el horror de la dictadura, o la aplicación del plan cóndor de exterminio de la izquierda. Las relaciones se restablecieron después de la guerra.
Con Panamá, rompió relaciones en 1989. Esto después que el presidente, Eric Delvalle, fuera destituido por el líder militar panameño Manuel Noriega, quien había sido acusado de narcotráfico por Estados Unidos. Más tarde, fue declarado enemigo público de Colombia.
Las relaciones se restablecieron después de la invasión estadunidense de Panamá en diciembre de 1989. En el siglo XXI, el presidente Uribe fortaleció a las mismas, gracias al apoyo recibido por María del Pilar Hurtado, condenada por la participación criminal del DAS en el asesinato de líderes sociales, de izquierda y defensores de derechos humanos.
En 2008, se rompieron relaciones diplomáticas con Ecuador, luego de que el ejército colombiano atacó un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano (Operación Fénix). Como resultado, murió Raúl Reyes y varios estudiantes extranjeros, lo que fue señalado como una infracción al DIH.
En 2019, el presidente Iván Duque rompió relaciones diplomáticas con Venezuela, después de que el presidente Nicolás Maduro cerrara la frontera entre ambos países, debido a la tensión política y humanitaria en la región. Asimismo, se suscitó una intervención de la diplomacia colombiana contra el gobierno de Venezuela en una conspiración internacional.
Colombia ha tenido relaciones diplomáticas tensas y suspendido relaciones temporales con otros países en varias ocasiones, debido a una variedad de razones políticas, diplomáticas o de seguridad.
Éste es un recurso diplomático posible. Está en el marco de las leyes, las reglas internacionales y la interpretación de los gobiernos conforme a su autoridad. Es claro que en cada decisión media el contexto, pero hasta ahora las élites no han explicado, ni convencido sobre la razón de las rupturas. Acuden a las dudosas razones de estado y de seguridad nacional.
Como lo afirmó el presidente Petro, en el marco de la jornada de movilización de la clase trabajadora, en respaldo a la construcción de poder popular y a las reformas sociales, la decisión de romper relaciones con el Estado de Israel está tomada y la explicación es contundente. La causa es el genocidio contra el pueblo de Palestina.
La consideración es ética, moral, con sentido de humanidad y con pleno respaldo al valor de la vida y su dignidad por encima de consideraciones comerciales o de afectación a negocios u otros compromisos.
Han coincido en señalar existencia de un genocidio, y la necesidad de frenar de inmediato los crímenes de guerra la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, gobiernos demócratas como España y otros de Iberoamérica y Europa, la demanda de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia, las organizaciones no gubernamentales de derechos humanos con mayor incidencia global como Amnistía Internacional y Human Rigths, organismos especializados como ACNUR, enormes listados de académicos, científicos y artistas, trabajadores, mujeres, estudiantes y grandes movilizaciones en Londres, Nueva York, París y Madrid.
Se define como crimen de lesa humanidad el carácter internacional de los delitos, que como estrategia muestran la aniquilación contra un pueblo entero: 35 mil personas asesinadas; la mitad niños, y más del 30 por ciento, mujeres.
También, hay más de 50 mil heridos, desapariciones, tortura física y psicológica, muertes a causa del hambre producida por la escasez absoluta de alimentos, corte total del suministro de agua y energía, escasez de medicinas, muertes por ataques al servicio humanitario y misiones médicas, destrucción de las tierras de cultivo, lugares de pesca e infraestructuras civiles y de máxima protección, como hospitales, universidades, colegios, bibliotecas, centros de culto, guarderías y la degradación de la condición humana.
Colombia acata las resoluciones. El Consejo de Seguridad reiteró su exigencia inmediata para eliminar los obstáculos que dificulten la prestación de la asistencia humanitaria a gran escala.
Según el estatuto de Roma, las acciones de guerra no responden al derecho a la defensa. El exterminio es sistemático y orientado a destruir en su totalidad al pueblo Palestino.
Romper relaciones de los Estados democráticos con Israel, a causa del genocidio es lo que piden en el planeta las últimas movilizaciones de jóvenes y estudiantes. Piden por una Palestina libre, un estado palestino y castigo a los responsables del genocidio.
Manuel Humberto Restrepo Domínguez/Prensa Latina*
*Publicado originalmente en https://rebelion.org/romper-relaciones-con-israel-un-asunto-de-la-humanidad/; reproducido bajo licencia de Creative Commons
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