Luanda, Angola. Cada año, África pierde unos 420 mil millones de dólares en fugas financieras ilegales, corrupción e ingresos ilícitos. Los mismos podrían destinarse a inversiones para el desarrollo. El crimen transnacional –causante de esas desviaciones– resulta un asunto de primer orden. El fenómeno tiene un rostro humano. El mismo es expresado en el tráfico de personas, la violencia de género, el maltrato infantil, la drogadicción y el terrorismo, entre otras formas.
Tienen en común las afectaciones que ocasionan a la estabilidad de la región, su seguridad y la paz. Por tal motivo, durante tres días consecutivos la necesidad de unir fuerzas para enfrentar estos delitos –además de compartir información y herramientas de trabajo– se convirtió en el centro de la Veintiseisava Conferencia Regional Africana de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol).
Efectuada en Luanda –capital de Angola–, la cita convocó a los principales jefes de los cuerpos policiales del continente, que representa casi un tercio de los miembros de Interpol; así como a invitados de otras partes del mundo.
Alrededor de 300 personas debatieron las estrategias que deberían emplear en el combate a la delincuencia internacional y cómo reforzar la cooperación policial. “Hoy en día nadie puede actuar solo”, subrayó el ministro de Relaciones Exteriores de Angola, Téte António, a Prensa Latina. Remarcó que “el crimen internacional se ha tornado bastante sofisticado y demanda de estos encuentros y de muchos conocimientos e intercambios de experiencias. Hay que trabajar mano a mano”.
En tanto, el presidente de Interpol, Ahmed Naser Al-Raisi, consideró que el área enfrenta un aumento de la ciberdelincuencia. Ésta crea grandes retos para gobiernos, empresas y ciudadanos, pues los ataques son cada vez más complejos, mientras que los métodos para acceder a datos e información confidenciales, más innovadores.
En marzo de 2023, un malware atacó el sistema de la Unión Africana (UA). El organismo acudió a la Interpol y los libraron del ciberataque en un tiempo récord, relató la vicepresidenta de la Comisión de la UA, Monique Nsanzabaganwa.
Éste fue sólo un ejemplo de las nuevas realidades, a las cuales se enfrentan los Estados africanos. No siempre tienen la capacidad técnica y el capital humano formado para hacerles frente.
La puesta en marcha de la Zona de Libre Comercio Continental Africana –que requiere la libre circulación de personas y mercancías– es una oportunidad única para la región, pero también un desafío por las amenazas que implica.
Ese proyecto es el “prometedor buque insignia de la Agenda 2063”, como lo calificó Nsanzabaganwa. Según sus palabras, los estudios estiman que los ingresos del continente aumentarán en 450 mil millones de dólares hasta 2035 y las exportaciones incrementarán en 560 mil millones, principalmente en el sector manufacturero.
De su éxito, dependerá la creación de millones de puestos de trabajo. De igual manera, hará posible salir de la pobreza para 68 millones de africanos, la mitad de ellos se encuentran en la pobreza extrema.
“El nexo entre paz, seguridad y desarrollo, quizás sea hoy más crítico que nunca”, insistió la vicepresidenta de la Comisión de la UA, quien señaló los peligros que representan la proliferación de grupos armados, el terrorismo y la marginación.
Otros fenómenos que complejizan el escenario son la trata generalizada de personas, con un aumento de la captación en línea a través de plataformas de comercio electrónico y en redes identificadas en Burkina Faso, Camerún, Costa de Marfil, Ghana, Guinea y Mali.
También está presente la tendencia mundial a una especie de trabajo forzado. Las víctimas empiezan a trabajar en línea y acaban siendo obligadas a cometer delitos financieros cibernéticos en escala industrial.
Por otra parte, en el área estafas piramidales ha sido comprobada la trata con fines migratorios hacia Europa para trabajo forzado y explotación sexual.
“La Unión Africana espera colaborar con la policía no sólo en la gestión de la crisis, sino también a nivel preventivo, asesorando a los jefes de Estado y de gobierno para que tomen decisiones informadas y detener las crisis antes de que sea demasiado tarde”, afirmó Nsanzabaganwa.
“No hay ninguna otra región del mundo donde los proyectos de Interpol tengan una presencia tan fuerte sobre el terreno”, aseguró el secretario general del organismo, Jürgen Stock. Ejemplificó que, sólo en 2023, se pusieron en marcha más de 40 iniciativas por un valor superior a los 170 millones de euros.
Esas partidas estuvieron dirigidas a reforzar las capacidades de las fuerzas del orden africanas en materia de conectividad, análisis criminal y apoyo operativo, precisó. Además, ratificó que África es una de las principales prioridades para la organización.
Al respecto, el organismo señala que hasta la fecha la red protegida de comunicación policial de Interpol I-24/7 se ha extendido con éxito más allá de las Oficinas Centrales Nacionales de 47 países miembros. Sin embargo, su uso todavía no es el deseado.
A través de Afripol –un mecanismo independiente de la Unión Africana (UA) –, la cooperación ha llevado a cabo exitosas operaciones conjuntas, entre ellas la denominada como Chacal, efectuada del 15 al 29 de mayo de este año.
Dicha acción movilizó a fuerzas policiales, unidades antidelincuencia financiera y organismos especializados en ciberdelincuencia de 21 países. Realizaron un ataque selectivo contra Black Axe y otros grupos delictivos similares de África Occidental.
Se trata de bandas especializadas en fraudes financieros cometidos a través de la cibernética. En particular, estafas relacionadas con el correo electrónico comercial, herencias, tarjetas de crédito, anticipos y el blanqueo de capitales.
En el transcurso de la operación, se bloquearon más de 200 cuentas bancarias vinculadas con ingresos ilícitos. Asimismo, se incautaron o congelaron 2 millones 150 mil euros y se realizaron más de 100 detenciones.
Igualmente, de mayo a junio pasado Interpol y Afripol llevaron adelante la acción conocida como FLASH-WEKA, contra la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes. Concluyó con más de mil detenciones en el mundo y miles de víctimas detectadas. El objetivo era desmantelar las redes detrás de estos delitos. Dio lugar a casi 200 investigaciones asociadas y al decomiso de armas de fuego y vehículos, entre otros recursos.
La base estructural de la cooperación con África es el Programa de Apoyo de Interpol para el continente. Conocido por sus siglas en inglés ISPA, fue iniciado en 2020 y ampliado en una segunda fase hasta 2026.
A través de éste, se promueven las capacidades en el campo de las operaciones y las investigaciones, el análisis de información policial y el intercambio de información, conocimientos y buenas prácticas.
En este sentido, destacan la detección y la desarticulación de redes delictivas vinculadas al terrorismo, delincuencia organizada y ciberdelincuencia. Además del respaldo en materia de evaluación y desarrollo de bases de datos y otros servicios técnicos.
Sin embargo, los esfuerzos conjuntos requieren ser mayores, como demostraron los debates durante la Veintiseisava Conferencia Regional de Interpol.
Aunque el volumen de datos que los países de la región comparten a través de los sistemas del organismo ha aumentado un 7 por ciento en el último año, el intercambio de información sigue siendo más inferior en África que en otras regiones del mundo, apuntaron durante las sesiones.
“Las herramientas y los servicios de Interpol conectan automáticamente a las fuerzas policiales a escala internacional, pero no hemos aprovechado plenamente esta inversión”, declaró el vicepresidente por África del Comité Ejecutivo de Interpol, Garba Baba Umar.
La estrategia –aprobada por los delegados el último día del evento– está enfocada en reforzar el intercambio de información útil, a través de un conjunto de proyectos específicos.
Además, darán prioridad al refuerzo de las alianzas estratégicas con la Unión Africana y las organizaciones regionales de jefes de policía. Asimismo, fueron aprobadas recomendaciones específicas para la cooperación en el enfrentamiento a los delitos contra el medio ambiente y el terrorismo.
De acuerdo con los resultados, “los mercados ilegales de especies silvestres en línea siguen creciendo a un ritmo alarmante”. Ello llevó a decidir la supervisión y evaluación de los anuncios al respecto. Y, al mismo tiempo, iniciar investigaciones nacionales.
También quedó claro que los delitos contra el medio ambiente van en aumento. África es una de las principales regiones de origen y tránsito de materias primas, las cuales son explotadas y traficadas ilegalmente. Asimismo, es una región de destino de residuos y otros contaminantes, a menudo traficados y eliminados ilícitamente, según el reporte final de la Conferencia.
Los delegados decidieron aprovechar las nuevas tecnologías para detectar mejor y desbaratar los movimientos terroristas a través de las fronteras. Dichas acciones se llevan a cabo mediante un mayor intercambio de datos policiales a escala regional y mundial.
“Vinimos como representantes de la región africana para asegurar una mayor seguridad del continente y para fortalecer los lazos de cooperación para enfrentar el crimen transnacional”, declaró el jefe de la Buró Nacional contra la Delincuencia de Interpol en Nigeria, Bankole Lanre Sikiru, a Prensa Latina.
“Ahora corresponde hacer un mayor y mejor uso de las herramientas y capacidades para asegurar que las naciones de África trabajen juntas para enfrentar este flagelo”.
Karina Marrón González/Prensa Latina
La preservación de la vaquita marina no puede recaer únicamente en las autoridades ambientales; es…
El inicio del nuevo modelo de compra consolidada de medicamentos que realizará la Secretaría de…
En la Conferencia de las Partes sobre Biodiversidad, COP16, los países del Norte y Sur…
En una carta, más de 150 organizaciones de la sociedad civil y no gubernamentales hicieron…
La realidad existe, aunque muchas veces es negada y distorsionada, con informaciones y percepciones falsas o…
La reforma en materia de supremacía constitucional que fue aprobada en lo general y en…
Esta web usa cookies.