Una evaluación de las operaciones en el exterior de la Agencia de Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, en inglés), aún no toca fondo sobre las operaciones irregulares de sus agentes en el extranjero; tampoco plantea un plan de reforma interna de fondo. No obstante, revela casos de corrupción, escándalos e incluso complicidades con grupos criminales.
El análisis refiere incidentes críticos relacionados con las operaciones de la DEA en México, Honduras, Colombia y Haití, que además de la corrupción, señala casos de inteligencia comprometida y muerte de civiles.
El Informe sobre revisión de operaciones extranjeras de la DEA se basa en una “evaluación independiente” de las operaciones de esa agencia en otros países. Éste fue realizado por el exfiscal federal Boyd Johnson y por el exjefe de la DEA Jack Lawn, es la primera evaluación en su tipo, después de que una auditoría interna del Departamento de Estado criticara la “insuficiente” supervisión en 2021.
La presión para que se hiciera una evaluación aumentó después de la investigación sobre los escándalos en el marco de la auditoría. Entre ellos destacó el robo, por parte de un agente establecido en Colombia y Miami, de 9 millones de dólares a la organización, además de aceptar sobornos de criminales. También, la obstrucción de una investigación por parte de un alto oficial de la policía mexicana [Iván Reyes Arzate] que participaba en un programa de la DEA; y el caso de varios agentes que buscaron prostitutas durante su estadía en Colombia.
El informe ofrece recomendaciones muy puntuales, nada de fondo, para legitimarse. La señal que manda es que la DEA no está dispuesta a reformarse, que no se toma en serio las acusaciones que tiene sobre corrupción y presuntas violaciones a derechos humanos, y que no está dispuesta a castigar a los suyos, afirma Carlos Pérez-Ricard, doctor en ciencias políticas por la Universidad Libre de Berlín.
Al contrario, la DEA está dispuesta a encubrir, como lo ha hecho desde hace 50 años, las operaciones de esos agentes en el extranjero. “La verdad es que es muy penoso que no haya habido un análisis por académicos independientes que pudieran dar cuenta de las actividades de la DEA fuera de Estados Unidos”, dice el también profesor-investigador en la División de Estudios Internacionales del CIDE.
Por ejemplo, un caso en el que plantea estar operando en Honduras donde asesina a varias personas civiles y lo ve también como un caso, pues no estructural, no así en el tema de Haití en donde se prueba que sus agentes tienen complicidad con gente vinculada al crimen organizado; lo mismo en el caso de Colombia, en donde hay aseveraciones muy concretas de que miembros de la DEA están trabajando con prostitutas.
De manera escueta, el informe documenta que –en 2018– Iván Reyes Arzate, un excomandante de alto rango en la Policía Federal de México y miembro de las Unidades de Investigación Confidenciales (SIU, en inglés) de la DEA México, ligado a Genaro García Luna, se declaró culpable de los cargos presentados por el fiscal federal para el Distrito Norte de Illinois, por obstrucción de la justicia y conspiración para obstruir una investigación de la DEA.
En 2020, Arzate fue acusado de cargos adicionales presentados por el fiscal federal para el Distrito Este de Nueva York relacionados con tres cargos de tráfico de cocaína y conspiración. Entre 2003 y 2016, Arzate fue un oficial de la Policía Federal de México asignado a una SIU de la DEA y se convirtió en el comandante de la SIU de México en 2008, refiere el documento.
Indica que, como parte de la acusación formal de 2020, la Fiscalía Federal de EDNY alegó que Arzate recibió sobornos y pasó información confidencial de la DEA a los cárteles mexicanos de la droga.
Un juez federal de Estados Unidos condenó en octubre de 2021 a 10 años de prisión al excomandante Iván Reyes Arzate, la Reina, confesó haber colaborado con la organización de los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa mientras simulaba –e incluso recibía condecoraciones internacionales– combatir al crimen organizado junto a la DEA.
Arzate trabajo un tiempo bajo el mando de Genaro García Luna, brazo derecho del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, procesado y declarado culpable de narcotráfico y delincuencia organizada en una corte de Brooklyn, Estados Unidos, señalado de proteger a Los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa.
Los casos del informe, la punta del iseberg
Carlos Pérez-Ricard, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y profesor visitante de la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad María Curie Sklodowska, en Polonia, asegura que la DEA no entra al trasfondo de los asuntos, a los que dedica solo un párrafo por cada uno de estos cuatro casos –México, Colombia, Honduras y Haití–, “sólo es la punta del iceberg”, acusa.
El informe de la DEA menciona el caso también de José Iritarri, un agente de la DEA acusado de haber lavado más de 9 millones de dólares, pero nada más lo menciona como incidentes que no se vinculan entre sí, lo cual es bastante decepcionante, destaca el analista.
Tomando en cuenta que quien lleva la investigación, para ser claros, es ni más ni menos que un exdirector de la DEA, Jack Lawn, eso le da muy poca credibilidad al informe. Trata los temas sensibles como manzanas podridas dentro de la organización, no como lo que son en realidad: parte del funcionamiento de la estructura de la DEA. Es un reporte insuficiente, es un reporte dirigido, es un reporte decepcionante, que en nada ataca las falencias estructurales que tiene la organización, enfatiza el catedrático.
Además, considera que es un informe que tardó mucho en llegar, dos o tres años, en tono a las acusaciones que ya se hacían en torno a de graves violaciones a los derechos humanos de la DEA fuera de Estados Unidos, no da cuenta de muchos temas que tienen que ver con corrupción y que ofrecen muy poca información con respecto a lo que ya sabíamos de las operaciones de la DEA en otras partes del mundo, afirma el experto.
“El documento de la DEA no entra de lleno a tratar temas de corrupción ni temas de graves violaciones a los derechos humanos, es muy decepcionante en realidad para lo que la comunidad de académicos esperábamos con respecto a este reporte”, destaca el docente e investigador posdoctoral en St. Antony’s College, Universidad de Oxford, Reino Unido.
Explica que en 50 años de historia, es el primer informe de este tipo, fue hecho por Jack Lawn, exadministrador de la DEA durante cinco años 1985-1990, por lo que no es un reporte independiente, como había sido exigido por el Departamento de Justicia y la comunidad internacional y el resultado es decepcionante, sobre todo ante las acusaciones graves de violaciones a los derechos humanos y corrupción adentro de la DEA.
“Es lo que han hecho siempre, no hay nada nuevo, siempre han perpetrado las mismas estrategias desde hace 50 años. Y si uno compara ese reporte con otros que han publicado en los años 90 en donde describen sus operaciones en contra los Arellano Félix, Sinaloa, Zetas, y antes contra cártel de Guadalajara, en realidad básicamente lo único que cambia es el nombre de la organización”, explica.
Agrega que nada ha cambiado en la forma que operan los agentes de la DEA en el extranjero para intentar evitar que la droga llegue a Estados Unidos; el hecho es que nada de esto funciona porque la droga sigue llegando a Estados Unidos, donde cada vez el precio de cocaína y otras drogas es más barato.
Según la regulación mexicana, los agentes tienen que avisar al gobierno cada que hacen acciones y enviar reportes a través de la embajada. No obstante, considera que la mayor parte de las operaciones de la DEA en el extranjero, sobre todo en México, son ejecutadas desde Estados Unidos y de las cuales en México el gobierno de no tiene la menor certeza.
“Es una ley importante porque señala que los agentes no pueden operar según su contentillo, pero en realidad han seguido operando de manera arbitraria en el país. Siguen operando, han operado y seguirán operando, independientemente de lo que diga el gobierno mexicano. Los agentes de la DEA en México son una parte del problema, sin embargo envían constantemente agentes a México, denominados agentes temporales de hasta cuatro años. Estos agentes operan prácticamente con libertad y con visas de turista y el gobierno de México no tiene la menor idea qué hacen ni en dónde trabajan, por supuesto, son operaciones secretas”.
Acerca de los órganos de inteligencia de México, indica que es muy difícil seguirlas y que ellos puedan entrar a detalles de cómo operan. “No nos hagamos ilusiones con respecto a eso, la verdad es que la DEA hace y deshace en México, independientemente de lo que diga la ley mexicana, son relaciones encubiertas. Es la manera de operar ellos, necesitan generar evidencia que de pronto les pueda servir en juicios en Estados Unidos y esa evidencia solamente la pueden conseguir a través de operaciones subrepticias. Entonces operan y así hay que entenderlo, siempre en un contexto de asimetría entre México y Estados Unidos, de una operación o supuesta cooperación que funciona de manera simétrica, lo que es válido para los agentes de la DEA, evidentemente no va a ser nunca válido para agentes del gobierno mexicano que pretenden hacer investigaciones similares en Estados Unidos”.
Consultado sobre la capacitación de los agentes de la DEA, explica que tiene un centro de entrenamiento en Estados Unidos. No tengo ahora el número de agentes puntual, pero históricamente han sido cientos. Para ser más claro, en México la DEA generó una cosa que se llama unidades sensibles de inteligencia (SIU), que pertenecían a la estructura de seguridad de México. Todos los agentes eran entrenados en Estados Unidos, y no lo sé a ciencia cierta si siguen operando, pues el gobierno de México anunció que cerraba una de ellas, desconozco si sigan operando este tipo de unidades, por lo menos no lo menciona como tal el informe, lo cual no sería raro.
En la realidad, hay acusaciones brutales de falta de acompañamiento de los informantes con los que trata la DEA en varios países, a los que deja completamente descobijados una vez que les sirven, se necesita una investigación policial de altos vuelos para entender su actuación y abrirla al escrutinio público.
Los informantes son asesinados y pueden ser desaparecidos, y nunca dan cuenta de ello los reportes de la DEA, eso pasa en todo el mundo, la DEA opera en más de 100 países, pero no tienen protocolos de salvaguarda a esos informantes, por lo cual es imposible saber cuáles, cuándo y de qué manera, pero hay mucha acusaciones en ese sentido, nada más que no son tomadas en serio en el informe, subraya Pérez-Ricard.
De acuerdo con InSigne Crime, las SIU de la DEA estaban sometidas a estricta vigilancia, no así los superiores, lo que podría haber derivado en la corrupción.
“Todos los agentes que participaban en esas unidades sensibles SIU como se le llaman, al menos la mayoría de los que yo conozco, o terminaron presos en Estados Unidos, o fueron asesinados, ahora no tengo los nombres a la mano, pero los casos son dramáticos, estoy por publicar un texto sobre algunos de estos casos”.
El investigador cita a Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, quien comentó que el informe no examinó a cabalidad cómo la mala investigación de antecedentes de aliados extranjeros, en especial altos funcionarios, había expuesto al organismo a trabajar con contrapartes corruptas en otros países. Es una justificación.
Mike Vigil fue jefe de operaciones de la DEA, desde entonces habla mucho, quizás demasiado y está peleado con la DEA y sus declaraciones hay que tomarlas desde ese punto de vista, la verdad, yo no sé cuánto sabe él, por ejemplo, del actuar actual de la DEA, mi sensación es que menos de lo que se acepta.
Consultado sobre si esto sería una una simulación bilateral, señala que hay una simulación porque el gobierno de México sabe que la DEA opera más allá de los convenios establecidos, la DEA lo sabe, todo es de manera separada a lo que se acuerda en el Entendimiento Bicentenario, todo el mundo sabe qué pasa. Hace 50 años que opera la DEA en México, nunca con el permiso de gobierno mexicano, pero continúan operando subrepticiamente en México.
Acerca de la posibilidad de que haya infiltrados de la DEA en el gobierno mexicano, indica que es difícil saberlo, pero es obvio que la DEA mantiene contactos, información e informantes dentro de la estructura del Estado, de eso no me queda la menor duda, la pregunta es a qué escala, lo cual desconozco. Lo extraño sería lo contrario, que no tuvieran cierto tipo de acceso privilegiado e información de parte de algunos funcionarios públicos.
Sobre el futuro de la relación con la DEA, expone que es una agencia que está en riesgo de desaparecer. Está emproblemada, no supo estar a la altura de la crisis del fentanilo, llego muy tarde e intenta reivindicarse, algo que no es bien visto en Washington, en la Casa Blanca, ni en el Departamento de Estado. Es una agencia que tiene muchos problemas para sobrevivir, incluso en Estados Unidos y que no hace frente a las reformas políticas de droga que hay en ese país. Muchos estados ya han ido liberalizando sus mercados de droga y la DEA no puede hacer nada al respecto.
Entonces es una agencia lastimada y la única manera que desde mi punto de vista tendría para sostenerse, es abriéndose a la sociedad, cambiando internamente, aceptando que la prohibición ha fallado, que su política de drogas ha fallado que sus operaciones antinarcóticos fuera de Estados Unidos han fallado.
La DEA debe rehacerse bajo un nuevo paradigma que tenga ante todo una reforma a la política de drogas en su conjunto, la prohibición de la cocaína, de la marihuana y de varias drogas sintéticas, simplemente ha sido un fracaso total, ha corrompido a la agencia y cada vez más, está creando episodios bochornosos.
Lo trágico de todo esto es que los muertos los pone México, por ejemplo, en el informe no aparece la palabra víctima de la guerra contra las drogas, ni los desaparecidos, ni los agravios a los derechos humanos.
Es más complejo que sólo hablar de legalización. Implica procesos de política de reducción de daños, un cambio en la perspectiva al no tratar al usuario como un delincuente sino como un consumidor y, en su conjunto, transformaciones que tienen que ver en cómo se percibe toda la cadena del narcotráfico desde el consumidor hasta el cultivador. O sea, tiene que haber un cambio enorme, se tiene que hacer mucha investigación sobre esto, pero la DEA nunca ha estado dispuesta a someterse a las auditorías de la sociedad.
Los casos más vergonzosos
El informe de la DEA señala que las Divisiones Extranjeras de la DEA operan en entornos de alto riesgo que plantean numerosos desafíos relacionados con el cumplimiento, incluido el riesgo de corrupción del gobierno de la nación anfitriona y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, y falta de estado de derecho.
Estos desafíos tienen el potencial de socavar la eficacia de las operaciones de la DEA para cumplir su misión, advierte el documento del Departamento de Justicia Informe sobre revisión de operaciones extranjeras de la DEA.
Indica que, en el pasado, ha habido incidentes críticos relacionados con las operaciones extranjeras de la DEA en México, Honduras, Colombia y Haití., han involucrado corrupción, inteligencia comprometida y muerte de civiles. El Equipo de Revisión consideró estos incidentes y sus contextos para llegar a los hallazgos en cada país. Además del caso Reyes Arzate, señala otros incidentes recientes en divisiones extranjeras de la DEA.
Colombia: Exagente especial de la DEA José I Irizarry
En septiembre de 2020, el ex agente especial de la DEA José I. Irizarry se declaró culpable de los cargos de lavado de dinero y fraude. Irizarry admitió haber abusado de su posición como agente de la DEA en Miami y Colombia para robar aproximadamente 9 millones de dólares en fondos de AGEO de la DEA para su beneficio y el de sus cómplices, apunta el informe.
Como parte de este ardid, Irizarry recibió sobornos por valor de al menos 1 millón dólares de miembros de las redes criminales que juró investigar. Irizarry afirmó que otros dentro de la DEA estaban involucrados en su mala conducta o se hicieron de la vista gorda. Una investigación del DOJ (sic) sobre este asunto sigue en curso.
VU de la DEA en Honduras
En 2012, las VU de la DEA que operaban en Honduras llevaron a cabo tres misiones de interdicción de drogas junto con agentes de la DEA, cada una de las cuales involucró incidentes críticos que resultaron en la muerte de cuatro civiles y dos sospechosos.
“Una revisión de la OIG del DOJ (sic) de 2017 encontró que había brechas en la comprensión interna de las políticas de uso de fuerza letal de la DEA y mecanismos inadecuados para revisar y responder a incidentes críticos de la DEA.
Socios encargados de hacer cumplir la ley de la DEA en Haití
En 2009, la DEA disolvió su SIU en Haití después de que la agencia determinara que no cumplía con las políticas y los procedimientos de investigación de la DEA (incluidos cuatro miembros haitianos de la SIU que reprobaron los exámenes de polígrafo), y porque la Policía Nacional de Haití solicitó su disolución después de afirmar estar abrumada por los requisitos impuestos por la DEA.
Según el informe de agosto de 2021 de la OIG del DOJ (sic) sobre las Operaciones en el Extranjero de la DEA, esta continuó trabajando y realizando pagos a las unidades policiales haitianas, a pesar de la disolución de la SIU. La OSC continúa investigando las denuncias de que la DEA no tomó las medidas apropiadas para implementar un programa efectivo de seguridad portuaria para ayudar a Haití con el fortalecimiento de su capacidad de aplicación de la ley antinarcóticos. Las denuncias incluyen capacitación inadecuada de los oficiales haitianos, investigación de antecedentes insuficiente de los oficiales y apoyo inadecuado para la investigación de 2015 sobre la incautación del MV Carguero Manzanares ubicado en Haití.
Extradición de Dario Usuga-David (alias Otoniel)
En 2003, la DEA de Bogotá, Colombia impuso solo sanciones menores que van de dos días a diez días de suspensión por la mala conducta, luego de que el informe de agosto de 2021 de la OIG sobre las Operaciones Extranjeras de la DEA, señala que una revisión reciente determinó que dos miembros colombianos de la SIU estaban involucrados en estos eventos.
Un informe de la OIG de 2015 encontró que la Oficina de Country Office inició una investigación contra Dario Usuga-David, alias Otoniel mientras era miembro de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), “un narcoterrorista colombiano”.
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