Segunda parte y última. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) no debe ser un organismo que defienda y proteja intereses de los poderes institucionales o fácticos, sino que debe defender al pueblo, y eso es lo que se construye a partir de 2019, indica –en entrevista para Contralínea– su titular, la maestra Rosario Piedra Ibarra. Tajante, señala que “no podemos otra vez entregarlo al poder que secuestró a nuestros familiares, que reprimió al pueblo y que quiere volver a tomar el poder de este país”.
Recuerda que la CNDH fue creada por el priísta Carlos Salinas de Gortari, precisamente, para dar una apariencia de que en México se iban a defender los derechos humanos, porque estaba en vísperas de firmar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Lejos de garantizar los derechos humanos, ese sexenio marcó el inicio de la desaparición de los derechos sociales y colectivos, pues al encumbrar a la oligarquía con privatizaciones de los bienes nacionales y empresas públicas –así como otras prebendas, entre ellas la condonación masiva de impuestos a los súper ricos, las leyes a modo para garantizarles ganancias a costa del salario y los derechos laborales, y los contratos leoninos a costa del erario nacional–, el pueblo empezó a vivir una depauperización a grado tal, que se ahondo la desigualdad social y se generalizó la pobreza y la miseria, a la par que se cometían atrocidades de carácter político –como las masacres o el magnicidio.
Por decreto presidencial, la CNDH se fundó el 6 de junio de 1990 como un organismo desconcentrado de la Secretaría de Gobernación. Al frente se impuso al doctor Jorge Carpizo McGregor –amigo de Salinas y quien se reunió con los narcotraficantes Arellano Félix, jefes del Cártel de Tijuana–, que el 3 de enero de 1993 dejó el cargo para, al día siguiente, convertirse en procurador general de la República, y posteriormente fue secretario de Gobernación en ese mismo sexenio.
Rosario Piedra Ibarra explica que esta simulación por la cual se creó el organismo ahora autónomo, se reflejó por años en su actuar, pues las resoluciones de la CNDH eran lentas, porque así le convenía al régimen en turno.
“Nosotros lo vivimos porque él [el expresidente Salinas de Gortari] citó al Comité Eureka y les dijo: ‘ya se va a resolver su situación’. Y pues mi mamá [la ya fallecida luchadora social Rosario Ibarra], todas las señoras, las doñas como se les conoce, emocionadas, le creyeron. Él dijo: ‘mañana van a tener respuesta’. Y fue esta simulación tan terrible de la Comisión Nacional de Derechos Humanos que convenía [a su gobierno]”, narra la presidenta, quien fue reelecta en el cargo, por mayoría calificada en el Senado de la República.
La maestra en psicopedagogía también señala que la creación de la CNDH en esas condiciones y su posterior operación tiene efecto ante organismos internacionales, ante otros países o ante acuerdos como el TLCAN, pero en México no lo tiene porque sólo se simuló sin atender a las víctimas del sistema. Acerca de la primera etapa, cuestiona: “¿cuál valor moral puede tener un señor Carpizo que era parte del gobierno, que era un policía? Fue esa simulación”.
Por ello –como se explicó en la primera parte de esta entrevista https://contralinea.com.mx/interno/semana/en-el-fondo-disputa-por-la-cndh-fue-entre-el-pueblo-y-la-derecha-pro-empresarial –, la disputa por el control de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos fue entre el pueblo y la derecha pro empresarial. Esta lucha quedó evidenciada en el pasado proceso de reelección –e implicó a senadores de Morena, en especial al expanista Javier Corral Jurado, quien operó contra su candidatura desde una posición de poder: la presidencia de la Comisión de Justicia en la Cámara de Senadores–, pero el plan para convertir a la CNDH en contra poder frente a la 4T fracasó.
La defensora de derechos humanos, luchadora social, maestra en psicopedagogía y víctima indirecta de la Guerra Sucia expone que lo que se está tratando de hacer en la CNDH –y que les disgusta mucho a los poderes fácticos–es transformarla en una verdadera defensoría del pueblo. Para ello, recuerda que ya se presentó una iniciativa de reforma en ese sentido, que fue atacada desde su nombre. Pero “no es el nombre, es un cambio de fondo, precisamente”.
El 13 de noviembre de 2024, Rosario Piedra Ibarra fue reelecta por el Senado, en un clima de tensión, ocasionado por una estrategia que desplegó el senador Javier Corral para desprestigiarla, y posicionar otros perfiles más afines a la visión del “contrapeso” –y no de la defensa de los derechos humanos del pueblo–, frente –sobre todo– a lo que la derecha y sus medios de comunicación y “líderes” de opinión denominan el “poder autocrático” de la 4T, y la supuesta militarización que le endilgan al gobierno de Claudia Sheibaum, y a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador.
Querían que la CNDH fuera el “contrapeso” que tanto ha buscado el PRIAN y sus líderes, encabezados por el empresario Claudio X González Guajardo, tras perder las elecciones del 2 de junio de 2024, y frente a los cambios que se sucedieron después, como la aprobación de la reforma judicial y la extinsión de siete organismos “autónomos”, incluidos el Inai, la Cofece y el IFT, a los que consideraban sus “contrapesos” frente al poder popular.
Acerca de las campañas de guerra sucia mediática y propaganda negra –en las que también participaron medios internacionales–, la presidenta de la CNDH le suma otro tipo de ataques que tenían como objetivo minar la labor del organismo, e incluso poner en jaque sus acciones.
“¿A qué me enfrenté? Desde que llegué, en 2019, en aquella votación se trató de ensuciar ese proceso, se trató de decir que había ‘urnas embarazadas’, cosa que es totalmente falsa. A mí me pareció muy raro que ese mismo día en que yo fui electa [9 de noviembre de 2019], nombran a otros encargados de otras instituciones que estaban ahí, y a ellos luego, luego, les tomaron protesta, y a mí no me la tomaron. Dejaron pasar el tiempo como urdiendo a ver qué podían inventar, y se inventaron eso de las urnas. Y desde entonces vengo enfrentando esa guerra mediática.”
La presidenta de la CNDH refiere que no todo ha sido mediático, sino que ha trascendido incluso a lo físico. Como ejemplo, cita “las tomas de dos sedes de la institución, porque ahí ya pasó de la guerra mediática a los hechos, y a utilizar esos hechos en una guerra mediática porque, quienes tomaron la sede de ^la calle de] Cuba eran víctimas. Pero las verdaderas víctimas, cuando se dieron cuenta de que fueron utilizadas [por otros intereses] se salen, y quedan nada más las okupas”.
Al respecto, señala que una vez que dichas okupas tuvieron control de esa sede de la CNDH, “destruyeron todo. Pero lo más grave fue que destruyeron archivos y expedientes de víctimas. Entonces, la finalidad [no era protestar,] era otra. Entre los expedientes que destruyeron estuvo el de la familia Cabañas. Digo ¿qué indica eso? Que iban con toda una intención”.
A fines de septiembre de 2020, la entonces jefa de gobierno y hoy presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, denunció que detrás de las okupas feministas que tenían tomada la sede de la CNDH en Cuba número 60 estaba un grupo empresarial. Ello, porque se tenían pruebas de que eran financiadas por María Beatriz Gasca Acevedo, vicepresidenta de Responsabilidad Social y Recursos Humanos de GIN Group, propiedad de Raúl Beiruty, quien actualmente se encuentra prófugo de la justicia por investigaciones que acusan a sus empresas de, presuntamente, ser factureras y lavadoras de dinero. Al respecto, la maestra Rosario Piedra recuerda que “después salió a la luz que había intereses muy fuertes”.
Esa toma activó otras campañas mediáticas, en las que se afirmaba que en esa sede había evidencia de que se consumían cortes de carne muy finas pagadas con dinero público, a lo que la presidenta de la CNDH dice, tajante, que es falso. “Nosotros aquí tenemos precisamente lo que se tenía en ese momento, que se acababa de surtir para todo el mes, y era comida, sopas y municiones de lenteja. ¿Cuál menú gourmet? Y tenemos también lo que nos encontramos, el menú, lo que se comía antes [en las administraciones priístas y panistas]: langostinos, vinos muy finos, filetes. [Pagados con el presupuesto público. Entonces, a todo eso me he enfrentado”.
La luchadora social y defensora de los derechos humanos recuerda que la toma de la sede de Cuba duró dos años. “¿Por qué las quitaron hasta que ya fue insoportable? Porque cobraban por el derecho de paso a los carros, a los automóviles, y sale en las redes sociales [un video] donde a una maestra universitaria le quieren cobrar y ella se niega a pagarles y lo que hacen es que, a batazos, le destruyen su vehículo. ¿Qué es eso? Eran vándalos, delincuentes, que fueron a eso, a tomarlo [el edificio] para convertirlo en un centro de distribución de drogas, porque luego eso se descubrió. Y se descubrió que se cometieron violaciones. Hay acusaciones de víctimas de que las retuvieron ahí, porque ellas se querían salir y las amenazaron de muerte, y permitían que las violaran aparte. Una cosa terrible, terrible. Pero todo eso se utilizó mediáticamente en mi contra.
“Luego tuvimos la toma de la sede de Picachos, que afortunadamente ahí no pudieron permanecer porque había cámaras y todo. Además, [en los videos] se ve cómo llegan también a batazos a romper, a agarrar el extintor de incendios y a golpear los cristales y romper. O sea, era a vandalizar, iban a lo mismo, como allá estaba el archivo”.
La maestra indica que afortunadamente ahí se actuó muy rápido para impedir que las okupas permanecieran, por lo que no hubo pérdida de archivo. Respecto de los expedientes que sí destruyeron en la otra sede, detalla que algunos de ellos se han ido recuperando poco a poco, y que para ello ha sido necesario volver a llamar a las víctimas directas e indirectas para conocer nuevamente su testimonio.
—Y esto ocurrió cuando apenas se iba tomando el control de la CNDH con todas estas estructuras que habían quedado de las administraciones pasadas –se le comenta a la presidenta.
—Exactamente. Entonces ha sido una lucha constante porque no quieren esos poderes fácticos, que dicen que no soy autónoma, pero precisamente quieren que esta CNDH no sea autónoma –y lo somos– del gobierno en turno. Tiene que ser [autónoma] de los poderes fácticos, de los partidos políticos, de los poderes económicos, de la iglesia. También tiene que ser ajena de todo eso. Y eso es lo que no quieren. Ellos quieren que esto sea un coto de poder para, desde ahí, hacer ellos toda su guerra sucia, y no sólo contra mí, porque yo no lo personalizo, creo que van contra esta transformación del bienestar del pueblo de México, porque al final de cuentas, ¿a qué se oponen? ¿A que se respeten los derechos humanos? A eso nadie nos deberíamos de oponer, porque cualquiera puede ser víctima de una violación de derechos humanos. Y cuando hay un autoritarismo, cualquier enemigo del sistema, del gobierno en turno, puede ser violentado en sus derechos humanos. Y esto es lo que nosotros queremos que acabe.
—Y también mucho de lo que había antes era corrupción aquí dentro de la CNDH.
—Era corrupción. El presupuesto que se tenía estaba destinado a sueldos elevadísimos de los altos mandos, no de los operativos; a viáticos, carros de lujo, camionetas blindadas, a tener teléfonos satélites. ¿Para qué? Si se la pasaban aquí en el escritorio. A mil cosas: viajes al extranjero, convenios con universidades que eran negocio. En fin, todo eso se ha ido reorientando. ¿Y qué es lo que tenemos ahora? Ese presupuesto se ha reorientado y lo que se ha hecho es aumentar los salarios de los operativos, de los bajos mandos, y reducir los altos mandos. Desde que llegué, yo me reduje el salario a como dice, porque eso es algo que tampoco les gustó, por eso me demandaron y metieron un amparo por el apego a la Ley de la Austeridad Republicana. Eso tampoco les gustó. ¿O sea, cómo? Tampoco podía tener un sueldo más elevado que el del presidente en aquel entonces. Y seguimos. Entonces, todo eso es lo que no les gusta.
“Y ahora tenemos un presupuesto igual al que tuvimos el año pasado, no lo aumentamos; y, sin embargo, con esto hemos podido tener ahorros significativos. Por ejemplo, cuando fue la pandemia pudimos donar 100 millones de pesos, gracias a esos ahorros. Y ahora con el huracán Otis, que golpeó muy fuerte a Acapulco, pudimos donar 70 millones de pesos. Para eso es. Es dinero del pueblo para el pueblo. ¿Entonces, por qué gastarlo nosotros? Y eso es algo que tampoco les gusta porque quisieran tener también eso. Imagínate, regresan aquí donde tenían a toda su gente y estarían otra vez con salarios elevados y no querrían bajárselos.
—Acerca de las estructuras muy establecidas en la CNDH con intereses ilegítimos que encontró a su llegada, ¿cómo ha sido ese tipo de obstáculos? ¿O cuáles han sido los principales obstáculos a los que se enfrentó desde un inicio y que han permanecido o que no ha sido posible superarlos, si es que todavía existen estos obstáculos? ¿Y también consultarle acerca de que si ya se acabó con la limpieza aquí en la CNDH?
—Creo que ya hemos avanzado bastante. Bueno, a veces la limpieza no es nada más gente que venga con malas intenciones, sino también gente que a veces ya no quiere romper inercias. Inercias de cuestiones de que quieren ese modelo anglosajón, testimonial, pero lo que requerimos es una CNDH renovada en la que se pueda realmente atender a las víctimas y que deje de ser un aparato burocrático; porque antes, por ejemplo, se tardaban años en hacer una recomendación. Nosotros estamos procurando que sea en un mes la recomendación. Ha habido quienes también dicen que por qué tan rápido la recomendación. Yo digo que las víctimas lo que queremos es la justicia pronta y expedita. Y entonces tiene que ser rápida la recomendación y no que se tarde, pero ese era el modelo. Y no era lento porque era mucho mejor, si no era lento porque era parte de la dinámica.
—En esta historia de acoso, de búsqueda de deslegitimar el trabajo en la CNDH ¿han tenido ciberataques, han vivido demandas, juicios de amparo?
—Sí. Demandas. Ha habido demandas judiciales, penales, porque, por ejemplo, cuando sacamos un pronunciamiento sobre la violencia política que se da en las cuestiones electorales –y que es la historia de este país, que se da desde la época de Guadalupe Victoria–, vemos que los métodos, las formas no cambian e hicimos esa publicación, donde vemos cómo se empiezan a atacar desde la época en que… Bueno, cuando mi madre fue candidata a la presidencia de la República, los ataques también eran terribles contra ella.
—Y son violatorios de derechos humanos.
—Son violatorios y son también ataques misóginos porque yo recuerdo a un comentarista allá en Nuevo León que dijo: “Es que la señora ¿por qué va a ser candidata? Ella más bien debería quedarse en la casa meneando la olla de los frijoles”. Bueno, es una anécdota aparte, pero eso se documenta en toda la historia de este país. Se llega a las campañas del licenciado Andrés Manuel López Obrador, también se reseña, y todos los ataques que sufrió; se reseña la campaña de la doctora Claudia. Estábamos ahí pero no abogando, no diciendo que voten por ellos, no. También en una ocasión sufrió ataques la señora Xóchitl Gálvez, ahí se menciona [en el informe]. A no, entonces dicen que eso no era una atribución de la Comisión. Pero no es atribución el calificar una elección, en eso estoy de acuerdo que no es atribución de la Comisión, eso le corresponde al INE. No es atribución hacerle propaganda, tampoco, pero no era propaganda, era historia lo que estábamos haciendo y documentando hechos actuales. Bueno, por eso el PAN nos acusó legalmente. Y le aceptaron la acusación. Ya peleamos y todo, nos tuvimos que defender. Así hemos tenido muchas cuestiones que nos demandan, pero afortunadamente nosotros tenemos la conciencia tranquila y estamos actuando en la legalidad y no prosperan.
—¿En el caso de ciberataques han tenido?
—Respecto a los ciberataques, lo que hemos tenido es una guerra de [mensajes] anónimos tremendos y sí hemos tenido que limpiar aquí las cuestiones de nuestra red interna; porque sí, también a veces descubrimos que anónimos venían de aquí mismo y de mi propia computadora, por ejemplo, algunos. ¿Cómo? Hemos tenido un sinnúmero de infundios, calumnias, cosas muy sucias, y que unos [de esos mensajes] venían externos, pero luego también logramos identificar que algunos provenían de aquí mismo, de nuestras redes internas. Ya se limpió eso, tratamos de cambiar personal y todo lo que había, pero de todas formas mejor traigo mi computadora personal aunque yo sé que eso no es garantía tampoco, pero estamos siempre atentos a eso.
—En la parte de la guerra sucia mediática, ¿cómo ha lidiado con todos estos ataques que vienen incluso desde antes de tomar posesión, y tienen periodos muy álgidos que coinciden con otro tipo de campañas, como por ejemplo la que decía que el presidente estaba militarizando el país y al mismo tiempo aprovecha para decir que la CNDH no estaba haciendo nada? Y lo más reciente es lo que vivimos ahora con la reelección.
—Sí. La cuestión es que desde que llegué es un ataque constante. Y lo de la militarización está desde que llegué, desde que se emitió el Decreto para que la Guardia Nacional pasara a la Sedena. Es la cantaleta de todos los días, porque quieren a fuerza que uno diga que en este país existe la militarización. Cosa que yo no creo y que, además, revisando todo, no hay militarización.
—No estamos como en la Guerra Sucia.
—No, no. Y además el Ejército siempre ha dependido de un civil. Cuando se dio la Guerra Sucia en este país, los golpes militares en los otros países eran regímenes militares y aquí no era un régimen militar –por eso Vargas Llosa lo llamó “la dictadura perfecta”–; y, sin embargo, el jefe supremo de las Fuerzas Armadas daba la instrucción de que la Marina, el Ejército, las bases navales, los campos militares, se utilizaran como centros de tortura y prisiones clandestinas. Sin embargo, ahora yo veo que está ocurriendo lo contrario. Y luego hay una contradicción, no quieren que el Ejército actúe en otras cuestiones, por ejemplo, de las obras porque son también contratos millonarios. O sea, es algo que ya no es una erogación del Estado para ellos [los privados, las empresas]. Entonces es algo muy, muy, muy difícil. Entonces, esa es una de las cosas. ¿Cuál es otra? No he cedido a ningún ataque y en eso siguen.
“¿Qué pasa ahora en esta elección [de noviembre pasado en el Senado]? Que querían [recuperar] esta Comisión por todo lo que puede hacer, por las atribuciones que le confiere la Constitución. Quieren tenerla para ellos utilizarla a su favor y en ese golpeteo mediático crear hasta un golpe [de Estado] blando, podría ser. Porque así empieza el injerencismo de organismos [extranjeros], que desafortunadamente muchos de ellos tampoco hicieron nada cuando la Guerra Sucia, y ahora sí están muy atentos a lo que pasa en México. Entonces yo creo que todo eso que pasó en el Senado tiene que ver con algo orquestado, porque qué triste, pero todo eso que se dice de que la evaluación y que fui la peor evaluada, es una evaluación inventada porque no estaba en la convocatoria. Eso es algo también que se tiene que saber.
“Si ustedes revisan la convocatoria, ahí no viene eso. Pero ahí lo sacaron, se utiliza y ya, otra vez, ensuciar el proceso, y que la peor, y que la peor. Además, mi entrevista no fue entrevista, fue comparecencia, porque ahí también el senador Ricardo Anaya estaba preguntándome cosas que ni venían al caso, y que ahí pues se le debió de haber parado. Porque aquí era preguntarme, lo que yo leí era de mi gestión y no, yo me sentía como en el banquillo de los acusados. Y duró más de una hora mi comparecencia y dejaron entrar a todos los medios. Eso fue otra cosa que no sucedió en las otras entrevistas [del resto de los aspirantes a dirigir la CNDH]. Porque ahí sí fueron entrevistas. Y entonces, digo, desde ahí ya todo estaba también enturbiado.
“Afortunadamente no hay nada real de lo que se nos pueda acusar. Y ese es el coraje que les da, que tienen que basarse en infundios, calumnias, difamaciones y en inventar cosas. Y eso es lo que no han podido, y por eso tenemos nosotros que estar esforzándonos más, cuidar el más mínimo detalle para que no pueda haber algo de lo que nos puedan realmente acusar.”
—Hay algo que llamó la atención en todo ese proceso de la reelección y tiene que ver con el injerencismo de ciertos organismos, particularmente la ONU-DH y la CIDH: sus representantes estuvieron acompañando mucho la narrativa del Partido Acción Nacional, de representantes de derecha y de algunas organizaciones de la sociedad civil. ¿Podríamos ya también estar hablando de que esto es otro poder fáctico que quería incidir o de alguna manera imponer a quien quedara en la CNDH?
—Yo creo que sí. Es otro poder fáctico. ¿Qué es la ONU? Es la Organización de las Naciones Unidas. ¿Quiénes controlan ese organismo? Los gobiernos. No lo controlan los pueblos, lo controlan los gobiernos y, entonces, obviamente los gobiernos tienen intereses –como siempre los han tenido, no es una novedad– en que todos los países de Latinoamérica les sirvieran a ciertas potencias, pero afortunadamente esto se ha ido acabando. [En México] hay una verdadera soberanía que se está defendiendo con mucha dignidad desde el sexenio pasado. Y si no, seríamos los primeros también en decirlo: “oiga esto no es así”. Pero creo que eso está a la vista de todos, que se está ejerciendo la soberanía, que actualmente también se está ejerciendo sin llegar a la confrontación. Que eso es una virtud que han tenido tanto el expresidente [López Obrador] como la doctora Sheinbaum, es decir, sin llegar a la confrontación han sabido defender con dignidad lo que es la soberanía y los intereses comerciales, porque vivimos de la colaboración entre países, con todos los países. Porque algo que también se está viendo es el intento por mejorar la economía y contribuir a mejorar las economías de los países de Latinoamérica, que históricamente han sido vulnerados económicamente.
—También me gustaría preguntarle sobre la Guerra Sucia. Sabemos que es un tema que incluso toca de forma personal a su familia por lo que significó, no solo la lucha que ustedes llevaron o siguen llevando como familia, si no el propio hecho de la desaparición forzada de su hermano [Jesús Piedra Ibarra, desaparecido político desde el 19 de abril de 1975]. ¿Cómo se ha avanzado? Sabemos que, gracias a la labor de esta nueva CNDH, con esta nueva visión, fue posible abrir los archivos del Campo Militar número 1. Algo impensable en otros momentos.
—Así es. Sí. Para nosotros fue algo muy grande el saber que se iban a abrir los archivos de ese Campo Militar, porque ahí estuvieron nuestros familiares, ahí estuvieron los testimonios de quienes lograron salir o de quienes logramos recabar en esta larga lucha que llevamos dentro del Comité de Eureka. El secuestro de mi hermano, como el de muchos otros compañeros, fue algo que impactó a toda la familia. Y el vivir la desaparición de un ser querido es algo que no se le desea a nadie. La desaparición es una situación, yo digo que es una tortura perene, porque siempre se está: ‘qué pasó con él, dónde está, está vivo, está muerto, está con hambre, está con frío’. O sea, son muchas las cuestiones, los sentimientos que se despiertan cuando pasa esto. Entonces, el lograr abrir los archivos, o sea, nosotros al menos cuando se hace esta recomendación, se empieza a investigar todo, desde que se crea aquí la Oficina Especial, fue cuando empezamos a tener nosotros comunicación con todas las instancias. Y la misma Sedena inmediatamente dijo que estaba dispuesta a entregar todos los archivos para que se investigara la situación de la Guerra Sucia. Eso es algo que nos ayudó también a corroborar lo que había en los archivos con los testimonios de las víctimas, e incluso ahí en los mismos archivos a lo mejor había ahí los partes que daban los que eran de la Dirección Federal de Seguridad. Por ejemplo, en el caso de mi hermano, hay un reporte firmado por Miguel Nazar Haro, dirigido al capitán Luis de la Barreda Moreno, donde le entrega a mi hermano, se lo entrega y lo traslada en avioneta desde la ciudad de Monterrey, se lo entrega al capitán Luis de la Barrera Moreno, y ahí consta.
“Por ejemplo, en muchos de estos archivos a lo mejor viene por ahí el caso de otra persona que también fue vulnerada de sus derechos, pero que la familia no se ha atrevido a denunciarlo o tiene temor por lo mismo, entonces es lo que se hace: empezar a seguir toda esa línea de investigación para llamarlos y que corroboren, y si están dispuestos a dar su testimonio. Y fue así, como esos archivos sirvieron mucho. Y nunca tuvimos ninguna restricción para ello. Y yo creo que así va a seguir porque estas investigaciones aún no concluyen y tenemos que seguir adelante.
—¿Es decir, la CNDH sigue con esta búsqueda también de memoria, porque esto al final acaba siendo una memoria que necesitamos los mexicanos, las mexicanas, para la no repetición?
—Nuestras recomendaciones que mencioné hace rato son eso, precisamente: el rescate de la memoria y cómo hacer sitios de memoria a ciertos lugares que fueron de tortura. Pero, primero se tiene que investigar, no es como hacer sólo el sitio de memoria. Primero hay que documentarlo y resarcir a las víctimas, porque no se puede hacer un sitio de memoria y adornarlo y decir mil cosas si no se ha resuelto. O sea, el dolor de las víctimas, eso es primero. Y luego ya, en colaboración con las víctimas, creo que se tienen que hacer esos sitios de memoria. Como sucedió en Tlaxcoaque: hablamos en aquel entonces con la doctora Claudia Sheinbaum, que era la jefa de gobierno [de la CDMX], y se le hicieron estas sugerencias, y ella dijo: “perfecto, así va a ser”. Y así se hizo. Primero se resguardó, se hace el rescate, se toman actas de todo como este lugar para hacer la investigación y no borrar todo y luego nada más llegar y hacer el sitio de memoria. Dar fe de cómo están, porque fueron centros de tortura, prisiones clandestinas, y entonces hay que dejar testimonio de todo eso, y no que lleguen y ya está un sitio de memoria y ya se borró todo lo demás, pues no.
—Maestra, también preguntarle sobre esta nueva visión de la CNDH que es acompañar a las víctimas, y también acompañar al pueblo. El lema ahora es: Defendemos al Pueblo. ¿Qué se busca con esto? ¿Cómo consolidar esta nueva visión? ¿Qué tiene pensado para los próximos meses, los próximos años?
—Ya se entregó una iniciativa desde 2023, pero no prosperó por múltiples factores, probablemente también por intereses de todas estas facultades que se le otorgarían a esta Comisión, donde no se tuviera que pasar por el Senado también. Por ejemplo, las recomendaciones, se emite una recomendación a una autoridad, cuando no la cumple esa autoridad, qué es lo que procede, que el Senado llame a juicio a esa autoridad.
—Nunca ha llamado a nadie, ¿no?
—No. Entonces, ahí se pierde. Por ejemplo, en el caso de Ernestina Asensio no se ha cumplido la recomendación, y no se ha cumplido por el gobierno del estado de Veracruz pasado, que fue el recomendado. Entonces, no se llama [por parte del Senado a juicio]. Entonces, se debe de seguir un procedimiento. Supongo que hay muchos intereses por los que no prosperó [la iniciativa], pero si queremos realmente defender al pueblo, tenemos que darle las herramientas, que no sea una mera retórica. Cuando yo hablo de Defensoría del Pueblo no es una retórica, no es el cambio de nombre, es el cambio de fondo, que eso fue otro ataque. Cuando anuncié esto en mi administración pasada, también fueron los ataques mediáticos terribles que decían que yo ya nada más iba a defender al pueblo. Pues yo entiendo que el pueblo somos todos.
—Pero ellos no lo entienden así.
—Pero el pueblo somos todos: pobres, ricos, o sea, de cualquier estado de la República, cualquier puesto que se tenga, cualquier creencia religiosa, en fin, Yo entiendo eso por pueblo. Y al final de cuentas, quienes recurrían a esta comisión era el pueblo. Y era el pueblo al que no defendían, porque quien tenía dinero para pagar abogados o dar moches como antes se estilaba, qué fácil, ¿no? Y el pueblo venía con una esperanza y para nada. Entonces eso también es algo muy grave.
—Maestra, al ver todo en su conjunto, en realidad, muy probablemente lo que querían era descarrilar su trabajo y también que usted se cansara de toda esta circunstancia y renunciara. Y muchas veces uno se pregunta, ¿por qué aguantan tanto? Ya han tenido una vida muy difícil, que es toda una vida de lucha, y luego entran a una institución donde otra vez es luchar. Luchar contra diferentes actores. ¿Cómo aguantar todo esto, en defensa justamente de este pueblo? ¿Cómo continuar con un trabajo honesto, bajo este asedio, estas condiciones tan terribles, la mayoría de los medios corporativos atacando un día sí y al otro también? ¿Por qué continuar, maestra?
—Porque hay un compromiso con las víctimas, hay un compromiso con mi madre. Aunque digan lo contrario, porque es lo que siempre están diciendo: ‘y que su mamá’. Ni conocían a mi mamá, perdón, las personas que dicen eso. Hay ese compromiso con todos los desaparecidos de este país. Y por eso queremos continuar. No es nada agradable, pero si luchamos durante la desaparición, va a cumplir mi hermano en 2025, 50 años de desaparecido. Entonces, es algo que, si no nos cansamos durante esos 50 años que luchamos sin nada, con las uñas, con nuestros gritos… La vida de mi madre fue todo un combate, fue una guerra contra el sistema. ¿Cómo rendirnos ahorita que tenemos ya este organismo en favor del pueblo? Entonces, no podemos otra vez entregarlo al poder que secuestró a nuestros familiares, que reprimió al pueblo y que quiere volver a tomar el poder de este país. Yo creo que lo deben entender: la CNDH no es mi persona, es lo que representa el organismo y que si ponen aquí a alguien que sea complaciente y que quiera que ese otro país que teníamos antes –de carencias, de miserias, de violaciones constantes a los derechos humanos– regrese, no sería todo, pero sería un elemento que coadyuva. Afortunadamente estoy todavía con mucho ímpetu, con muchas ganas de salir adelante. Y obviamente en el momento que sea necesario me retiraré de aquí, porque tampoco uno puede estar… Lo que quiero decir es que desde donde esté, si no se ha cumplido el ideal que nosotros tenemos, desde donde esté vamos a seguir luchando siempre.
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