Deudas ilegítimas en el Sur Global, y la responsabilidad del FMI, el BM y el G7

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Rebelión Científica México / Deuda x Clima

octubre 22, 2024 6:59 pm

Deudas ilegítimas en el Sur Global, y la responsabilidad del FMI, el BM y el G7

“Hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación: una es por la espada, la otra es con deuda.” John Adams

El G7 (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Italia, Alemania, Japón) mantiene el orden económico mundial irracional, ha causado la catástrofe económica, climática y ecológica universal. El G7 tiene una deuda humanitaria con el Sur Global.

El Grupo de los 7 es responsable de más del 60 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Mientras tanto, más del 98 por ciento de las muertes causadas por la crisis climática y más del 90 por ciento de los costos se dan en el Sur Global. El G7 le debe a los países de renta media y baja 13.3 billones de dólares para la acción climática. Irracionalmente, 3.3 mil millones de personas, casi la mitad de la población humana, vive en países que gastan más en “deuda” que en salud/educación. Estas naciones, ayer fueron colonias y hoy son naciones explotadas. En la última década se ha duplicado el porcentaje de ingresos públicos que se destinan a pagar intereses. Las regiones más afectadas somos África, América Latina y el Caribe.

Figuras obtenidas del reporte de las Naciones Unidas ‘Un Mundo de Deuda’: https://unctad.org/publication/world-of-debt

A pesar de no pagar lo que deben para la acción climática, los países del G7 y sus banqueros millonarios exigen que los países del Sur Global paguen 232 millones de dólares al día para amortiguar los intereses de la deuda hasta 2028. El G7 alberga a 1 mil 123 multimillonarios, con una riqueza combinada de 6.5 billones de dólares. Su riqueza ha crecido en términos reales un 45 por ciento en los últimos 10 años. Un impuesto al patrimonio de los multimillonarios del G7 de tan sólo el 2 por ciento, y del 5 por ciento, podría generar 900 mil millones de dólares al año.

La situación de México es un ejemplo emblemático de la irracionalidad del sistema económico global: en abril de 2024, la deuda externa de México alcanzó 218 mil millones de dólares, cifra que supera por más de 30 por ciento los recursos dedicados a los 19 programas sociales más importantes del gobierno en ese momento (151.6 millones de dólares).

Entre el 21 y el 27 de octubre del presente año se llevan a cabo las reuniones anuales del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), en Washington, DC. El BM y el FMI son los instrumentos financieros controlados por el G7 para seguir ejerciendo colonialismo financiero sobre los países del Sur Global. Los miembros del G7 controlan las decisiones de ambas instituciones: el G7 tiene el 41.25 por ciento de los derechos de voto en el FMI y el 39.59 por ciento en el BM, a pesar de que el G7 representa sólo al 10 por ciento de la población mundial. Las decisiones en estas instituciones requieren el 8 por ciento de los votos para aprobarse, y EUA por sí solo puede vetar cualquier decisión en ambas instituciones. Los dirigentes del Banco Mundial y del FMI no son elegidos, sino nombrados por Estados Unidos y Europa. Según un acuerdo tácito, el presidente del BM siempre ha sido estadunidense, mientras que el presidente del FMI siempre ha sido europeo. Los países ricos y sus banqueros son dueños de casi una tercera parte de las deudas mundiales, mientras que la deuda pública sigue creciendo para los países en situación de pobreza.

Figuras obtenidas del reporte de las Naciones Unidas ‘Un Mundo de Deuda’: https://unctad.org/publication/world-of-debt

Qué son el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional

Ambas instituciones fueron creadas en el Acuerdo de Bretton Woods de 1944, para ‘regular el orden monetario internacional’, y se formaron en respuesta a los intentos de justicia e independencia financiera que planteaban los países de la periferia económica.

Después del fin del colonialismo formal en gran parte del mundo, los países del Sur Global comenzaron a organizarse para construir una economía global justa y descolonizada. Esto llevó a la fundación del G77 y a la adopción del Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI) por la Asamblea General de la ONU en 1974. El NOEI proponía que los países en situación de pobreza pudieran:

Regular a corporaciones multinacionales,
Nacionalizar sus bienes y recursos,
Proteger sus economías con tarifas (como hicieron anteriormente los países ricos para volverse ricos), y, sobre todo,
Que pudieran hacer esto sin miedo a invasiones o represalias por parte de los países ricos.

En respuesta, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, Japón y Alemania Occidental formaron la alianza que, con la incorporación de Canadá, se convertiría en el G7. En 1944, se firmó el acuerdo de Bretton Woods, en donde se crearon el FMI y lo que hoy es el BM y el dólar estadunidense se convirtió en la moneda de reserva mundial, garantizada con oro. Conforme se fortaleció el dólar, se desregularizaron los préstamos por bancos privados.

A través del BM y del FMI, el G7 y la Unión Europea regulan las deudas ilegítimas del Sur Global, las condiciones de cualquier préstamo y de los intereses de préstamos previos. Para dar préstamos, el BM y el FMI demandan ‘ajustes estructurales’, los cuales siguen el consenso de Washington, e incluyen:

Privatizaciones,
Liberalización del comercio (quitar regulaciones de gobierno),
Reducción de impuestos a empresas, y
La apertura a la inversión extranjera.

Los ajustes estructurales demandados por estas instituciones han aumentado la pobreza. En América Latina, la tasa de pobreza urbana aumentó 50 por ciento entre 1980 y 1986. Según la ONU, la tasa global de pobreza pasó del 40 por ciento en 1980 a 62 por ciento en 1993. A finales de los años noventa, el nivel de vida de la mayoría de la población de casi todos los países latinoamericanos era inferior al de los años setenta.

Este sistema y esta historia son la raíz de la catástrofe climática y ecológica, y de las desigualdades sociales y económicas que hay entre y dentro de países. El FMI y el BM protegen el statu quo financiero mundial: mantienen estables las monedas poderosas, lo que obliga a que los países pobres obtengan nuevos créditos y paguen intereses siempre crecientes. Las naciones del Sur Global están encadenadas con deudas impagables, lo que las obliga a talar bosques, extraer fuentes fósiles, a explotar y exportar materias primas. Al mismo tiempo, estas deudas e intereses impiden que estas naciones construyan infraestructura y servicios públicos, cada vez más urgentes, dados los impactos emergentes de la crisis climática y ambiental.

Las relaciones desiguales de la deuda impulsan el extractivismo y la explotación. La arquitectura moderna de la deuda global y su necesidad de crecimiento económico es totalmente inestable, como siguen demostrando las crisis y las recesiones. Después de cada catástrofe ambiental, causada por los países ricos y por la gente rica, los países del sur global se ven obligados a tomar nuevos préstamos para reconstruirse.

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Referencias

Panel Intergubernamental de Expertos del Cambio Climático

IPCC, 2022: Climate Change 2022: Impacts, Adaptation and Vulnerability. Contribution of Working Group II to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [H.-O. Pörtner, D.C. Roberts, M. Tignor, E.S. Poloczanska, K. Mintenbeck, A. Alegría, M. Craig, S. Langsdorf, S. Löschke, V. Möller, A. Okem, B. Rama (eds.)]. Cambridge University Press. Cambridge University Press, Cambridge, UK and New York, NY, USA, 3056 pp., doi:10.1017/9781009325844.