En el bicentenario de la doctrina Monroe, el 2 de diciembre de 2023, Laura Richardson, jefa del Comando Sur, pidió la reactualización de la misma en el senado en Washington. De esta forma, dice, asegurar los recursos de América Latina para Estados Unidos.
Asimismo, señaló la importancia de “suministrar asistencia” a la región sudamericana y caribeña a la luz de sus “recursos naturales infinitos y estratégicos”.
En la Conferencia Sudamericana de Defensa, Southdec 2022, realizada en Quito con los jefes de defensa de 11 países de la región, advirtió sobre las supuestas amenazas y daños que China está generando en la región, en materia de medio ambiente, ciberseguridad y desestabilización política.
Además, denunció que el país asiático continúa apoyando regímenes “autoritarios” en Venezuela, Cuba y Nicaragua. E instó a combatir al crimen transnacional y el narcotráfico.
En varios países, la oligarquía se mueve. En Argentina, Washington avanza en sus planes. En abril de 2024, el ultraderechista presidente Milei, vestido de militar, afirmó que “Occidente corre riesgo”, y que los argentinos tienen “una afinidad natural” con Estados Unidos, después, anunció la construcción de una base naval estadunidense en la zona, con la cooperación de ambos países.
En Ecuador, el 18 de septiembre de 2024, el presidente proyanqui Daniel Noboa anunció que remitirá una reforma constitucional al Congreso. Ésta permitirá la instalación de bases extranjeras en su territorio.
Obvia que, en la Constitución de 2008, texto aprobado por 63 por ciento de los votantes, se estableció la prohibición expresa de las instalaciones militares extranjeras en Ecuador, lo que llevó al retiro de la base de Manta, ocupada por el ejército estadunidense, en 2009.
Mientras que en Perú, donde prosperó el golpe de Estado contra el presidente Pedro Castillo, quien es mantenido en prisión, el gobierno autorizó el ingreso de más de 1 mil militares de Estados Unidos.
El objetivo, dicen, es “realizar entrenamientos con las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional” a lo largo del último semestre de 2023, según dos resoluciones publicadas en el diario oficial El Peruano.
De acuerdo con los datos de la empresa encuestadora Datum, la gestión de la dictadora Dina Boluarte ronda en un índice de desaprobación del 91 por ciento, mientras la aprobación apenas llega a 6 por ciento. La inseguridad ciudadana ha alcanzado niveles alarmantes, con un retroceso de hasta seis años en la lucha contra el crimen.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en 2023, el 27.1 por ciento de los peruanos fue víctima de delitos. El robo es el más común, seguido por la extorsión, la estafa y el secuestro. Estados Unidos impulsa la alianza entre el Congreso y la presidenta espuria para mantenerla en el poder. Bajo este modelo, en Guatemala, a través del Congreso y de la Suprema Corte, atacan al gobierno de Bernardo Arévalo, así como hicieron en Perú con Castillo.
Por otro lado, está Haití. En 2004, Estados Unidos invadió este país, con la ayuda de Francia y Reino Unido, con el objetivo de deponer al presidente Jean-Bertrand Aristide. Ocuparon la isla hasta 2017, con la llamada Minustah (Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización en Haití).
Luego, de 2017 a 2019, implementaron la Minujusth (Misión de las Naciones Unidas para el Apoyo a la Justicia en Haití), con el fin de seguir ocupando el territorio haitiano, bajo la bandera de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Incluso el terrible terremoto de enero de 2010 fue aprovechado por Estados Unidos para reforzar su ocupación militar. En ese momento, controló el aeropuerto y mandó a 3 mil soldados armados.
En vez de enviar médicos, alimentos y medicinas a la devastada isla, en el marco de la operación Minustah, mandaron fusiles, muchos de los cuales permanecen ahí para crear caos. Desde hace meses, están impulsando una nueva intervención cobijada por la ONU. Kenia lidera el contingente multinacional en Haití, que debería llegar a reunir 2 mil 500 efectivos.
Sin embargo, la promoción inmediata de esta nueva intervención ha quedado en pausa, el 30 de septiembre, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó por unanimidad la Resolución 2751 (2024). De esta forma, prorroga el despliegue de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), por 12 meses más, hasta el 2 de octubre de 2025.
Estados Unidos está tratando de transformar la misión en una fuerza de ocupación completa, con el propósito de aplastar la lucha del pueblo haitiano. Todavía no lo ha conseguido. Washington dice que no está proporcionando tropas a esta fuerza, pero es el mayor contribuyente de dinero y equipo. Las fuerzas kenianas están allí; también, desde el 12 de septiembre llegaron policías y militares de Jamaica y Belice.
Los gobiernos que defienden la soberanía luchan contra el injerencismo de Estados Unidos. El 28 de agosto, la presidenta hondureña, Xiomara Castro, ordenó dejar sin efecto el tratado en protesta por las declaraciones de la embajadora de Estados Unidos en Tegucigalpa, Laura F Dogu, sobre la visita del secretario de Defensa de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Roosevelt Hernández, a Venezuela.
A través de su cuenta en la plataforma X, afirmó: “La injerencia y el intervencionismo de Estados Unidos, así como su intención de dirigir la política de Honduras, a través de su embajada y otros representantes, es intolerable”.
En numerosas ocasiones, Castro ha advertido que se prepara un golpe de Estado en su país. El 14 de septiembre, las calles de la capital se tiñeron de color rojo, las camisas de miles de militantes del partido Libertad que llenaron las calles en respaldo a la presidenta.
El 7 de septiembre, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció que avanza un golpe de Estado en su contra, a través del Consejo Electoral (CE). El objetivo es suspenderlo de sus funciones. De esta manera, pretenden evitar cualquier proceso de transformación que sirva a los intereses de las mayorías desposeídas.
Petro declaró: “Se están organizando para dar un golpe de Estado. La estrategia ya está en marcha. Dependerá del pueblo que me eligió si el plan oligárquico se convierte en realidad o si logramos derrotarlos”.
Son claras las intenciones golpistas de Washington contra los gobiernos que defienden su soberanía, pero los pueblos de América responden. Por ejemplo, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, ha denunciado a la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson.
El 28 de agosto, la mencionada participó en la Conferencia Sudamericana de Defensa, con sede en Chile, donde aseguró que el presidente Nicolás Maduro “sigue socavando la voluntad democrática del pueblo venezolano”.
Estas declaraciones vienen a reforzar el discurso del gobierno de Estados Unidos. Desde las elecciones presidenciales del 28 de julio, ha desconocido el triunfo del primer mandatario. De la misma forma, lidera una campaña política y diplomática internacional en favor del excandidato de la extrema derecha venezolana, Edmundo González Urrutia, y de su madrina, María Corina Machado.
Estados Unidos y cómplices fracasaron con todo y las sanciones; el robo de divisas, y la satanización de la revolución bolivariana. Sin embargo, hoy lanzan su campaña de desinformación contra la clara expresión de la voluntad popular.
En Venezuela, se logró un éxito popular. Con el 51.2 por ciento, el candidato del Gran Polo Patriótico, Nicolás Maduro, ganó las elecciones, según el Consejo Nacional Electoral (CNE), uno de los más fiables del mundo. El mismo cuenta con 910 observadores internacionales.
La oposición venezolana impulsa la privatización del petróleo, la salud y la educación, a favor de Estados Unidos. La reacción fue violenta y buscó “baños de sangre”. De antemano, anunció un “fraude electoral”, con todo el apoyo de Washington y de potencias extranjeras, que promueven el saqueo del país hermano. A pesar de todo, el CNE ratificó la victoria del presidente Maduro, el 2 de agosto.
El 16 de septiembre, el jefe del Ejecutivo federal venezolano denunció que Estados Unidos violó la Carta de la ONU con sus acciones injerencistas y al proteger a operadores políticos y militares, quienes llaman a operaciones armadas en el país sudamericano.
A través de su canciller, Venezuela advirtió que el secretario de Estado, Antony Blinken, intenta promover de “manera grosera y vulgar” un golpe de Estado “ciberfascista y criminal”, como parte de una campaña de comunicación internacional, a través de las redes sociales más utilizadas. Washington y sus aliados generaron la falsa idea de un “fraude electoral”.
En su lucha por el dominio mundial, Estados Unidos trata de mantener el control de América, frente a alianzas con otros países, cuando en Venezuela, a criterio de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, está surgiendo un “nuevo mundo” donde el bloque BRICS+ (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) está jugando un rol estelar.
“Hay un nuevo mundo que emerge: los BRICS, los BRICS+. De allí la batalla simbólica que está dando Rusia contra el neofascismo –hay que decirlo con sus propias palabras–, contra la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte], contra Estados Unidos; es la guerra de EU y la OTAN contra Rusia y contra China. Allá se libra también una batalla por la humanidad”, sostuvo la vicemandataria en el discurso que pronunció en el Congreso Mundial contra el Fascismo celebrado en Caracas.
También, hubo un intento de golpe de Estado en Bolivia, el 26 de junio de 2024. Un grupo de miembros de las Fuerzas Armadas, liderado por el comandante general Juan José Zúñiga, tomó la Plaza Murillo, plaza principal de la ciudad de La Paz.
La movilización de mineros, campesinos, obreros e indígenas y la unidad del ejército en apoyo al presidente Luis Arce frustró este golpe. Por su parte, Celinda Sosa, la canciller boliviana declaró que el grupo de los BRICS representa una alternativa para abordar las múltiples crisis que afronta el mundo.
Actualmente, Cuba ha solicitado su ingreso formal como socio al grupo BRICS, anunció el director de relaciones bilaterales de la Cancillería, Carlos Pereira. Con un mensaje publicado en la red social X, el diplomático cubano aseguró que la petición fue realizada por medio de “una misiva al presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien ostenta la presidencia del grupo”.
El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, iniciado hace más de 60 años, se ha recrudecido como nunca antes, desde 2019. Donald Trump, durante la pandemia de la Covid-19, impuso 243 sanciones adicionales, incluso negaron la compra de oxígeno y material médico.
Si durante el colonialismo, el imperio español usaba a la Inquisición, sus tribunales y castigos para justificar sus crímenes, imponer sus ideas y los puntos de vista; en el neocolonialismo, emplean los grandes medios de desinformación para engañar y adoctrinar a la población.
Satanizan a quienes luchan por sus derechos y su soberanía; queman en la hoguera los gobiernos populares calificándolos de dictaduras; engañan; distraen, y justifican las agresiones del imperio yanqui. El monopolio de medios es un arma formidable para mantener engañados a cientos de millones de habitantes.
Las personas aspiran a conquistar la soberanía y a destruir al neocolonialismo. América, de sur a norte, será para los pueblos americanos, para cada pueblo y nación soberana. En México, nos oponemos a la integración a la región estadunidense y a ser objeto de la división del mundo en bloques. Por geografía, nos correspondería ser sujetos de Estados Unidos y sus corporaciones.
Estamos contra el unipolarismo. Queremos ser soberanos, independientes, con un desarrollo propio. Por lo tanto, no queremos un multipolarismo que nos niegue la plena soberanía, autodeterminación y autosuficiencia, al estar subordinados a uno de los polos.
Tampoco queremos que se nos quite la facultad para relacionarnos con los pueblos y naciones del mundo en pie de igualdad, desde nuestra propia soberanía que la geopolítica no debe condicionar de forma alguna.
Cada nación debe ser política, económica, social y militarmente soberana. Mil millones de habitantes de nuestra América deben de ser soberanos en lo personal, local, regional y nacional. Es la hora de lograrlo e independizarnos de Washington.
América se enfrentó a los imperios europeos y los vencimos. Hoy, se enfrenta al imperio yanqui y vencerá. El injerencismo de Estados Unidos en América Latina… ¡No pasará!
Pablo Moctezuma Barragán*
*Doctor en estudios urbanos, politólogo, historiador y militante social
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