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En el mundo cada siete segundos, muere una mujer o su bebé durante el parto; es decir, 4 millones 500 mil decesos anuales. Cifra que se mantiene igual desde hace ocho años, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo, indicó que la mayoría de las defunciones podrían haberse prevenido, o tratado, con una adecuada e integral atención sanitaria.
De acuerdo con el organismo, cada año se registran alrededor de 290 mil muertes maternas. Mientras que 1 millón 900 bebés fallecen tras 28 semanas de embarazo y 2 millones 300 mil infantes perecen durante su primer mes de vida.
Y ello es una respuesta “a la falta de inversiones suficientes dedicadas al cuidado materno infantil. Un rubro, en el que no sólo no han aumentado los recursos, sino que han disminuido”. Debido a que los sistemas de salud mundiales aún se ven afectados por la pandemia de la Covid-19, el aumento de la pobreza y la agudización de las crisis humanitarias.
La OMS señaló que menos del 60 por ciento de las mujeres embarazadas reciben cuatro de los ocho controles prenatales recomendados en los países más afectados de África subsahariana y Asia central y meridional.
En ese sentido, para aumentar las tasas de supervivencia de las madres y sus recién nacidos, se debe tener atención médica asequible y de calidad antes, durante y después del parto; además de acceso a servicios de planificación familiar. Asimismo, se debe contar con trabajadores de salud calificados, parteras, medicamentos, suministros esenciales, agua potable y electricidad confiable. Es necesario que se dé atención especial a las mujeres con escasos recursos y en una situación vulnerable.
“Es vital que eliminemos los factores subyacentes que dan lugar a resultados de salud materna deficientes como las desigualdades socioeconómicas, la discriminación, la pobreza y la injusticia”, enfatizó Julitta Onabanjo, directora de la División Técnica del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Por su parte, Anshu Banerjee –director de Salud Materna, Neonatal e Infantil de la OMS– señaló que las altas tasas de mortalidad materna y de recién nacidos son “inaceptablemente altas”; por lo cual hizo un llamado a aumentar los recursos para revertirlas. “Si queremos ver resultados diferentes, debemos hacer las cosas de manera diferente. Ahora se necesitan más inversiones y más inteligentes en atención primaria de la salud para que todas las mujeres y bebés tengan acceso a la salud y la supervivencia dondequiera que vivan”.
Otra causa principal de la muerte infantil son los partos prematuros, indicó la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Es una “emergencia silenciosa”; pues de 2010 al 2020, nacieron alrededor de 152 millones bebés en dicha condición.
“Los que sobreviven pueden enfrentarse a secuelas en su salud de por vida con una mayor probabilidad de discapacidad y retrasos en su desarrollo”. De igual manera, puntualizó que sólo uno de cada diez prematuros extremos (nacidos antes de las 28 semanas de embarazo) sobrevive en los países de ingresos bajos. Mientras que en países de alto ingreso son nueve de cada diez. “El lugar de nacimiento de un bebé determina su supervivencia”.
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