La Caja Negra de uno de los gobiernos más ineficientes y corruptos en la historia del país está a punto de ser revelada al iniciarse en la Corte de Nueva York el juicio contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública federal en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
El extitular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y actual Fiscal del Estado de Hidalgo, Santiago Nieto, ya anticipó que conforme se vaya desarrollando el proceso de las audiencias “van a salir nombres” de muchos implicados en otros delitos como lavado de dinero, y también en millonarios fraudes al erario público y de los que difícilmente se antoja imposible que no tuviera conocimiento el expresidente.
Nieto sabe de lo que habla, pues durante su paso por la UIF conoció buena parte de la red de corrupción tejida por el exfuncionario, que además de brindar protección a grupos de la delincuencia organizada –muchos de los cuales se fortalecieron a insospechados niveles–, se convirtió en un próspero contratista gubernamental en materia de seguridad.
Durante los sexenios panistas de Vicente Fox y Calderón, muchos políticos federales y estatales ayudaron al corrupto policía a obtener contratos tasados en millones de dólares. De acuerdo a pesquisas, García Luna instrumentó un sistema de triangulación para mover su dinero enviándolo a Panamá y de ahí a sitios como Miami.
De acuerdo a lo expresado a los medios por Santiago Nieto, existe además una denuncia civil en Florida, levantada a petición de México, para recuperar nada menos que 250 millones de dólares en activos de García Luna y algunos de sus socios, lo que habla de la magnitud de las ganancias producidas por sus negocios ilícitos.
Debemos preguntarnos los mexicanos: ¿Cómo es posible que un presidente no se haya enterado que su Secretario de Seguridad Pública se enriqueció de manera tan escandalosa, robando a través de contratos oficiales al erario público?
Es momento de preguntar al Fiscal General del país, Alejandro Gertz Manero, si existe una carpeta de investigación contra Felipe Calderón Hinojosa, que en su calidad de autoridad máxima de su gabinete, que se atrevió a elevar a un cargo de tal importancia a García, a sabiendas del burdo montaje que armó en la supuesta detención de la francesa Florence Cassez, en el Rancho Las Chinitas del rumbo de Topilejo, como supuesta integrante de la banda de secuestrados bautizados como Los Zodiacos.
Hay elementos suficientes en nuestro país para fincarle responsabilidades tanto al expresidente como al propio García Luna, por distraer a las fuerzas policiales de su función primordial de salvaguardar a los ciudadanos y combatir a los delincuentes, empleándolos para reprimir a trabajadores como sucedió la noche del 11 de octubre del 2009, cuando fueron sacados de sus centros de trabajo a los electricistas del SME, como si fueran delincuentes, con el objetivo de desaparecer a la empresa pública, Luz y Fuerza del Centro, permitiendo que sus instalaciones fueran saqueadas y desmanteladas. Lo que constituye un robo a los bienes de la nación.
Análisis hechos al respecto por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), dan cuenta del robo y saqueo a lo que fue el patrimonio de Luz y Fuerza del Centro, hecho donde el ex presidente actuó con lenidad y debe responder al país por al aún no cuantificado quebranto.
Esta dupla de delincuentes también prohijó con su baja acción un problema social que a la fecha subsiste como lo es el cobro ilegal de cantidades absurdas contenidas en los llamados “recibos locos”, que afectaron la economía de miles y miles de hogares de escasos recursos.
Más que un secretario de Seguridad Pública confiable, García Luna se convirtió en el porro represor a la orden de Calderón, quien ahora que su cancerbero puede ser condenado a cadena perpetua por delitos como la introducción de más de 52 toneladas de cocaína a los Estados Unidos, debe invocar a toda la corte celestial para que su nombre no aparezca en los labios de algunos de los testigos protegidos.
No debe olvidarse que apenas concluyó su mandato, el ex mandatario fue contratado con altos sueldos pagados en euros, al igual que su Secretaria de Energía, Georgina Kessel, por la empresa Avangrid, filial de Iberdrola, firma ibérica que recibió innumerables concesiones y contratos de compra de energía por la parte de la Comisión Federal de Electricidad.
La deslealtad al país de Calderón no tiene vuelta de hoja, pues tanto él como Vicente Fox, autorizaron un total de 772 permisos de generación de energía a empresas trasnacionales, además de haberles firmado contrato por compra obligada de su energía que, al no haberse aprobado la Reforma Eléctrica, le costarán al país más de 2 billones de pesos.
La aprehensión en suelo norteamericano de García Luna, en el 2019, comprobó que la supuesta guerra contra el narcotráfico declarada por el gobierno de Calderón Hinojosa, fue una completa farsa pues solo sirvió para favorecer a algunos grupos de la delincuencia organizada y minar a otros, trayendo como resultante los miles y miles de “daños colaterales” en el territorio nacional, como cínicamente llamó el expresidente a la muerte de civiles inocentes, durante los sanguinarios enfrentamiento. A la suma de epitafios, debe agregarse un número aún no cuantificado de desaparecidos.
Todo, en aras de sostener un presidente enfermo de poder y desconectado de la realidad social de un país al que no se cansó de desangrar, golpeando de paso a su clase trabajadora, pues no fue el SME el único sindicato agredido; a la lista de excesos se sumaron también los trabajadores de Mexicana de Aviación y otros más que fueron acosados y perseguidos por otro oscuro personaje del gabinete de Calderón, el panista fracasado y exsecretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón.
Los mexicanos habremos de estar atentos al curso que sigan las audiencias en las cortes de Nueva York porque al irse develando los secretos de la Caja Negra, muchos cómplices de esta pareja de pillos irán saliendo a la luz, fortaleciendo además la necesidad histórica de integrar a Calderón un juicio ciudadano, para que responda por las innumerables fechorías cometidas durante su sexenio, pues se antoja difícil y hasta pueril, creerle el cuento de que nunca estuvo enterado de las mil y un fechorías cometidas por Genaro García Luna. Ambos tienen cuentas pendientes con la justicia en México.
Martín Esparza Flores*
*Secretario general del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
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