A 11 días de que estallara la huelga en la empresa de empeño Nacional Monte de Piedad, “los trabajadores sindicalizados seguimos en la postura de tratar de llegar a un acuerdo conciliatorio”, afirma Miguel Ángel Ortiz Hernández. El secretario de escalafón del sindicato de empleados y trabajadores de esa compañía explica a Contralínea que el mínimo que aceptarán es el 5 por ciento de aumento al salario. Así, “rápidamente levantamos la huelga”.
Desde el primer minuto del pasado jueves 15 de febrero comenzó la huelga de trabajadores de esta empresa debido a que, el día anterior, no se llegó a un acuerdo sobre el Contrato Colectivo de Trabajo entre el patronato y los trabajadores. El avance era de más del 90 por ciento al momento de interrumpirse las negociaciones.
A partir de ese momento han habido plantones en cada una de las 300 sucursales a lo largo del país, a la espera de lo que hoy ocurra en la audiencia conciliatoria, explica Ortiz Hernández.
“Todavía estamos en la incertidumbre. Aún no sabemos qué va a pasar, dependiendo de la administración porque lo que estamos solicitando sólo es el 5 por ciento de aumento a nuestro salario. Si ellos lo autorizan podría levantarse la huelga. No sabemos realmente si quieran ceder”, comenta Verónica Mora, quien está en el plantón de la sucursal matriz, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
El patronato ha mencionado que incluso ofrecieron un aumento del 18 por ciento al salario, que no sube hace ya tres años y que se ubica, para los trabajadores de menor rango, en 246.35 pesos diarios, menor que los 248.93 pesos al día que representan el salario mínimo legal, como reconoció el director general de la empresa, Javier de la Calle. Este último, en contraste, tiene un sueldo de 500 mil pesos mensuales, “al igual que otros directivos de la institución”, con lo cual en un mes “se cubre el salario base mensual de 575” sindicalizados, es decir, el 25 por ciento del total, afirma el Sindicato Nacional de Empleados y Trabajadores del Monte de Piedad en un comunicado de prensa emitido hoy.
“Ellos lo que querían era dar 18 por ciento de aumento y buscar una retroactividad para los trabajadores sindicalizados, […] pero siempre y cuando se firmaran unas cláusulas que van en contra del Contrato Colectivo de Trabajo de los derechos de los trabajadores”.
Las cláusulas incluyen la reducción del personal, con lo cual se busca despedir a algunos trabajadores sindicalizados y jubilar a otros. Los despidos, sin embargo, ya han ocurrido en algunas partes. Casi 400 personas han perdido su trabajo a causa del “terrorismo y vandalismo laboral cerrando sucursales, despidiendo compañeros injustificadamente y en un momento también desapareciendo puestos –cuando esto solo puede pasar por acuerdo de ambas partes–, […] haciendo a un lado al Comité Ejecutivo representante de los trabajadores”, critica el secretario sindical.
“No estamos en tiempos de que nos estén condicionando un cambio de Contrato”, por lo que la postura de los más de 2 mil [300] integrantes del sindicato, continúa Ortiz Hernández, es “seguir en la lucha [y la huelga], seguir firmes, pero a su vez […] buscar siempre la conciliación”, en seguimiento de su líder sindical Arturo Zayún.
En un comunicado del 15 de febrero, la empresa señaló que sus opciones “se ven drásticamente reducidas a partir de la huelga”. Además, acusó que Zayún privilegió “sus propios intereses” y “se negó […] a llevar la consulta con los trabajadores”.
“Eso es totalmente mentira dado que nosotros previamente hemos tenido asambleas con nuestro sindicato y se llegó al acuerdo que si no nos autorizaban este aumento que estamos requiriendo, estallaba la huelga”, refuta Édgar Rosales.
Adentro de su casa de campaña, protegida con lonas que increpan a los administrativos del Nacional Monte de Piedad, Rosario Ibarra dice: “estamos tranquilos, estamos seguros de que se puede lograr. Tenemos todo el apoyo del sindicato y todos los compañeros estamos en lucha”.
Agrega que están ahí con gusto. “Es como si viniéramos a trabajar porque finalmente es nuestra casa, es nuestro trabajo y una fuente de empleo para todas nuestras familias”.
Por su parte, Ortiz Hernández asegura: “los trabajadores han respondido muy bien, han estado al pendiente siempre y aquí las sucursales están resguardadas y protegidas”. Y da esperanza a sus compañeros y compañeras: “vamos a salir adelante”.
Y Édgar Rosales concluye: “tenemos fe y esperanza que así sea, pero todo está en manos de la administración. Nosotros estamos en la mejor disposición, ya es cuestión de ellos”.
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