La crisis sanitaria por la enfermedad Covid-19 sigue siendo una realidad. Incluso países con una amplia cobertura en la aplicación de las diferentes vacunas aún son muy afectados por los contagios y por los decesos. Y aunque se tiene claro que con una población mayormente inoculada el número de muertes tendrá una disminución considerable en relación con la cifra de contagiados, los riesgos de afectación por la enfermedad, para aquellos que logren sobrevivirla, todavía representan una incógnita para los círculos científicos y médicos abocados a combatirla.
Es posible que después de las vacunas los grupos de investigación médica y farmacéutica obtengan medicamentos más eficaces para combatir la enfermedad. Es factible que en el futuro los padecimientos causados por el SARS-Cov-2, virus que ya ha cobrado más de 4 millones de vidas a nivel mundial, se curen como los de otras enfermedades que hoy ya son controladas por la humanidad, pero mientras tanto será fundamental vacunar al mayor número de humanos posible.
En el concilio mundial y en números generales, México, con alrededor de 250 mil decesos, se sigue ubicando entre las naciones con más muertes causadas por el coronavirus, detrás de Estados Unidos que ya supera las 600 mil defunciones, de la India que ha sobrepasado los 400 mil fallecimientos y de Brasil que acumula más de medio millón de fatalidades. Pero cuando revisamos el número de muertes por cada 100 mil habitantes cabe resaltar que nuestro país lleva varias semanas fuera del grupo de las veinte naciones más afectadas por la pandemia, en el que se encuentran 15 países europeos, así como cinco americanos: Estados Unidos, Perú, Brasil, Colombia y Argentina. Sin embargo, como nación estamos lejos de países asiáticos como China, Japón, Korea del Sur, o de algunos nórdicos como Noruega, o de la misma Cuba que han contenido de manera ejemplar a la enfermedad y han logrado minimizar la mortalidad de sus poblaciones.
Lo anterior indica que nuestra nación, sin ser una potencia mundial económica, sin ser un régimen de carácter socialista y sin tener una cultura con estrictas normas de comportamiento y una educación férrea en lo referente al seguimiento de protocolos y reglas, en este caso las de sana distancia y uso del cubrebocas, ha logrado contener de una manera aceptable la crisis sanitaria si consideramos que el gobierno actual heredó de los gobiernos anteriores un sistema de salud deteriorado en muchos aspectos, gran cantidad de hospitales en ruinas, así como un sistema de compras y adquisiciones farmacéuticas corrupto y en manos de grupos empresariales y figuras políticas. A este respecto, cabe mencionar que México fue potencia en la producción de vacunas y, además de proveer el ámbito nacional, fue también un gran exportador de estos productos; pero, lamentablemente, este fue otro más de los muchos sectores de investigación científica y desarrollo industrial que los gobiernos prianistas desmantelaron para dar paso a las adquisiciones en el extranjero.
Además de lo anterior, cabe resaltar que México se ha ubicado en las últimas semanas entre las 10 naciones con mayor número de vacunas aplicadas, grupo en el que figuran potencias económicas como Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, China e India, además de Brasil, que es el único país latinoamericano que supera a nuestra nación en la cantidad de inoculaciones contra la Covid-19. Sin duda, la oportuna acción del gobierno federal mediante la Secretaría de Relaciones Exteriores para buscar, negociar y contratar la adquisición de diferentes tipos de vacunas antes de que estas se produjeran y mucho antes que la mayoría de los países intentara comprarlas, es lo que hoy nos ubica entre los diez países más avanzados en este rubro. Hasta ahora 20 millones de mexicanos han recibido el esquema completo de vacunación; así mismo, 12 millones de personas más han recibido una dosis de aquellas vacunas que requieren dos de estas.
La crisis sanitaria va a durar algunos meses más, quizás años, pues no será, calculan los expertos, hasta que entre el 70 y el 80 por ciento de la población mundial esté vacunada cuando la pandemia se controle de una manera eficiente y se reduzcan de forma drástica los contagios y las muertes. En este sentido, México se ha convertido, junto a la República Argentina, en líder latinoamericano al apoyar a otras naciones con vacunas; y lo ha hecho al mismo tiempo que a nivel mundial se erigió en uno de los principales promotores de una distribución equitativa de las mismas para las naciones más pobres. Es así que nuestra nación hoy no solamente combate a la pandemia al interior de nuestras fronteras, además, desde la Organización de las Naciones Unidas, propone y coordina esfuerzos para combatir los efectos de la Covid-19 como un problema de salud global.
Con 1 año de aprendizaje en las normas de distanciamiento social y un programa de vacunación que avanza más rápido de lo esperado para estas fechas, deberíamos tener una tercera ola de contagios menos agresiva y, además, lo esperado es que con los más vulnerables ya inoculados, el número de muertes por esta enfermedad sea menor al observado durante la segunda oleada pandémica que nos avasalló durante el invierno pasado. Aunque la incompetencia humana es a veces infinita y puede ser que más allá de los esfuerzos de las autoridades, nos veamos rebasados por nuestra propia estupidez al relajar las normas sanitarias cuando aún no se vacuna a la mayor parte de la población y que, como consecuencia, generemos una catástrofe mayor que la ya sufrida.
También cabe la posibilidad de que una vez que el virus haya pasado por casi la totalidad de la humanidad, las nuevas generaciones que se reproduzcan a partir de los sobrevivientes a esta pandemia, vacunados o no, logren producir anticuerpos efectivos de manera generalizada contra el virus y sus mutaciones, como seguramente lo hizo la especie humana con otros virus antes de que existieran las vacunas, pero esa es una posibilidad remota y lejana, que de darse no podremos constatar los que hoy subsistimos. Así que lávese las manos, guarde la sana distancia y use el cubrebocas si quiere sobrevivir a la tercera ola del coronavirus.
Los datos sobre número de contagios, decesos y vacunas aplicadas fueron tomados de la página de la Universidad John Hopkins (https://coronavirus.jhu.edu/map.html) y de la página del Gobierno de México (https://coronavirus.gob.mx).
Roberto Galindo*
*Maestro en ciencias, maestro en apreciación y creación literaria, licenciado en arqueología
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