Las mujeres que habitan zonas marginadas o comunidades indígenas han sido invisibilizadas en las luchas y resistencias por la defensa del agua y el territorio en zonas de México donde hay carencia del vital líquido. Aunque han acuerpado la defensa, sufren diversas violencias (desde las simbólicas a las físicas) debido a que el acceso y toma de decisiones entorno al agua son atravesadas por relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres.
Angélica Schenerock –coordinadora de la organización Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente, explicó que las mujeres tienen menos ventaja en la sociedad capitalista-patriarcal en la que se vive, lo que las relega de las tomas de decisiones. En el webinario “Tomando el agua en nuestras manos. Mujeres y luchas por el agua en México”, indicó que los que se espera es que los varones tengan mayor oportunidad de diálogo en los comités vecinales de agua, aunque una mujer sea el sostén familiar.
El caso de doña Lucy –tzotzil habitante de la colonia Maya en Chiapas– ejemplifica la desigualdad: “yo no hablaba, sólo acompañaba al presidente [municipal] y lo que [él] dijera era lo que estaba bien”. Ello, a pesar de haber sido parte de las mesas de trabajo en las asambleas de la colonia para evitar inundaciones, recordó Elizabeth Suárez, miembro del colectivo de mujeres en lucha por el agua y el territorio.
Las voces y propuestas de las mujeres no son consideradas en las asambleas o mesas de trabajo. “Ellas participan y no las pelan, un varón va, dice lo mismo y todos aplauden. Hay una denostación del papel de las mujeres, de su voz”, enfatizó Schenerock.
Dado el caso de que decidan emitir su opinión, pueden ser regañadas en el espacio privado; son cuestionadas y criticadas, lo que afecta el autoestima y pierden la motivación por participar.
En el marco del Día Mundial del Agua, la activista Schenerock mencionó que el acaparamiento del agua por empresas como Coca-Cola en el Valle de Jovel, Chiapas, así como la escases de ésta en los hogares, deriva en violencia física contra las mujeres, “porque el marido pregunta por la ropa, la casa limpia”.
En un país donde entre el 10 y el 12 por ciento de la población no tiene acceso al agua potable, es decir entre 12 y 15 millones de mexicanos; y el 30 por ciento de quienes cuentan con acceso, les llega de mala calidad y es insuficiente, las concesiones de agua incrementan la escases, el empobrecimiento, la desigualdad y exclusiones de las mujeres (tema no reconocido en los informes cuando se comenta sobre las problemáticas de agua en México). Se mira desde lo general y no desde una perspectiva de género.
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