Naciones Unidas. Mientras sigue dejando un rastro creciente de muerte y destrucción en Gaza, Israel ha sido objeto de duros ataques de la comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas y sus organismos humanitarios, los aliados occidentales, la Corte Penal Internacional (CPI) y decenas de expertos en derechos humanos.
Durante una conferencia en París, centrada en la nueva crisis que se desarrolla en el Líbano, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, líder de Occidente desde hace mucho tiempo y uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU con derecho a veto, tuvo “duras palabras para Israel que reflejan la opinión, incluso entre los aliados de Israel, de que ha utilizado una fuerza excesiva contra sus enemigos, lo que ha provocado un número desproporcionado de víctimas y destrucción”, según denuncias de medios como The New York Times.
“No estoy seguro de que se pueda defender una civilización sembrando uno mismo la barbarie”, declaró Macron en la oficialmente llamada Conferencia Internacional de Apoyo a la Población y la Soberanía del Líbano, celebrada en la capital francesa, el 24 de octubre.
Mientras tanto, los muertos en Gaza han superado ya los 43 mil palestinos, en su mayoría mujeres y niños, en una cifra en continuo crecimiento como represalia por los 1 mil 200 asesinados por Hamas dentro de Israel, el 7 de octubre de 2023.
Casi en paralelo a la Conferencia de París, más de 150 organizaciones de la sociedad civil y no gubernamentales hicieron un llamamiento conjunto a los gobiernos del mundo para que hagan “todo lo que esté en su mano para poner fin a esta creciente catástrofe y al ciclo de impunidad”. “No es sólo un imperativo moral, sino una obligación legal”, dijeron.
Las organizaciones de la sociedad civil instaron a los 193 Estados miembros de la ONU a “prevenir nuevas atrocidades y garantizar que los responsables de cualquier violación del derecho internacional, incluidos los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad, rindan cuentas”.
“Si no se actúa ahora, se corre el riesgo de erosionar aún más las normas internacionales y envalentonar a los perpetradores. Hay que poner fin al ciclo de violencia contra la población civil”, declaran.
Entre los firmantes se encuentran Civicus, Oxfam, la asociación de las Naciones Unidas, Reino Unido, el Consejo Noruego para los Refugiados, la Red Internacional de Acción de la Sociedad Civil (Ican por su sigla en inglés), Saferworld y la Red Judía para Palestina; entre otras.
Mandeep S Tiwana, cosecretario general interino de Civicus, dijo a IPS que “es profundamente desafortunado que el gobierno de Estados Unidos, por más que hable de derechos humanos, continúe incurriendo en dualismo moral al dar cobertura diplomática al gobierno israelí”.
Esto ocurre, a pesar de las abrumadoras pruebas de la comisión de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio por parte de las fuerzas israelíes. “Es justo concluir que hay un elemento de racismo inherente en la forma en que la administración Biden ha enfocado la situación en Palestina”.
Ante el implacable asalto de una fuerza de ocupación, la difícil situación del pueblo palestino importa menos a los principales diplomáticos estadunidenses que la difícil situación del pueblo ucraniano, al que la misma administración ha extendido todo tipo de apoyo moral y material.
“Hasta que los políticos y militares israelíes no comparezcan ante un tribunal internacional para responder ante la justicia, el ciclo de violencia en Oriente Próximo seguirá repitiéndose”, advirtió Tiwana.
Ni siquiera Estados Unidos, uno de los aliados más cercanos de Israel, pudo contenerse. El 16 de octubre, en su intervención en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, Linda Thomas-Greenfield, embajadora estadunidense ante el organismo, afirmó que “contemplaba horrorizada cómo las imágenes del centro de Gaza se colaban por mi pantalla”.
“No había palabras, simplemente no había palabras, para describir lo que vimos. Israel tiene la responsabilidad de hacer todo lo posible para evitar víctimas civiles, incluso si Hamas estaba operando cerca del hospital en un intento de utilizar a civiles como escudos humanos. Se lo hemos dejado claro a Israel”, afirmó.
La embajadora añadió que “del mismo modo que hemos dejado claro al gobierno israelí, al más alto nivel, que debe hacer más para abordar la intolerable y catastrófica crisis humanitaria de Gaza”.
James Jennings, presidente de Conscience International, dijo a IPS que “el horror de Gaza desafía toda descripción”.
Que Israel bombardee el enclave día y noche durante un año es criminal, argumentó, pero imponer un embargo sobre medicinas y alimentos vitales que millones de personas necesitan para sobrevivir es la profundidad absoluta de la inhumanidad.
“Últimamente, ha sido casi imposible hacer llegar equipos de médicos voluntarios y suministros médicos vitales al enclave. Los envíos de ayuda alimentaria están ahora embargados sin explicación ni motivo. Además de ser inhumano, carece de sentido militar, a menos que el objetivo sea castigar a toda la población, lo que constituye un crimen de guerra”, afirmó.
“Es necesaria la indignación internacional para obligar a abrir de nuevo las puertas de Gaza”, declaró Jennings.
La misiva colectiva de las organización no gubernamental dice: “La guerra de Israel en Gaza, tras los mortíferos ataques de grupos armados palestinos del 7 de octubre de 2023, es la última y más horrible embestida de violencia en las décadas de ocupación israelí del territorio palestino”.
Asimismo, advierte que “tras un año de matanzas y destrucción insondables, los daños causados a civiles por las fuerzas israelíes se están extendiendo. Agravan las condiciones, mientras continúan los ataques con cohetes por parte de grupos armados en Líbano. Nos encontramos ahora en el precipicio de una devastación aún mayor en la región. No actuar ahora es una elección, una elección que no detendrá ni evitará futuras atrocidades”.
La Comisión de Investigación de la ONU concluyó la semana pasada que Israel ha cometido crímenes de guerra y el crimen contra la humanidad de exterminio con ataques implacables y deliberados contra personal e instalaciones médicas en Gaza. De igual manera, pidió a los Estados miembros que “dejen de ayudar o asistir en la comisión de violaciones”.
En los últimos 12 meses, el Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado cuatro resoluciones sobre Gaza. Entre ellas, una pide el alto el fuego, y la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha ordenado a Israel que tome las medidas necesarias para impedir la comisión de los actos contemplados en el artículo II de la Convención sobre el Genocidio.
También, la CIJ emitió una Opinión Consultiva, en la cual declaraba que la ocupación y anexión de territorio palestino por parte de Israel es ilegal, y la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución en la que exigía al Estado sionista poner fin a su presencia ilegal en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) en un plazo de 12 meses.
A pesar de ello, ninguna de estas medidas se ha aplicado ni cumplido.
“El flagrante desprecio de la comunidad internacional por el derecho internacional y la impunidad sin control del gobierno de Israel en Gaza, Cisjordania y ahora Líbano, han sentado nuevos y peligrosos precedentes en la conducción de la guerra”, afirma la carta de las organizaciones no gubernamentales.
Para la población civil de los territorios palestinos ocupados y Líbano, esto se ha traducido en:
Hay 101 rehenes aún en manos de grupos armados palestinos, y miles de palestinos están ilegalmente detenidos por las fuerzas israelíes en centros de detención, incluidos niños, muchos de los cuales se encuentran en paradero desconocido y han sido efectivamente detenidos
“Muchos de nosotros”, dice la carta, “hemos pedido repetidamente un alto el fuego permanente e incondicional, la liberación de los rehenes, el cese de las transferencias de armas y la disminución de las tensiones en la región, y sin embargo la violencia sólo parece intensificarse”.
“Una vez más, hacemos un llamamiento a todos los jefes de Estado y de gobierno, al Consejo de Seguridad de la ONU y a los actores sobre el terreno para que den prioridad a la preservación de la vida humana por encima de todo:
Los gobiernos deben hacer lo que esté en su mano para poner fin a esta creciente catástrofe y al ciclo de impunidad. No es sólo un imperativo moral, sino también es una obligación legal.
Los Estados miembros deben impedir que se cometan más atrocidades y garantizar que los responsables de cualquier violación del derecho internacional, incluidos los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad, rinden cuentas de sus actos.
Si no se actúa ahora, se corre el riesgo de erosionar aún más las normas internacionales y de envalentonar a los perpetradores. Hay que poner fin al ciclo de violencia contra la población civil.
Thalif Deen/Inter Press Service (IPS)*
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