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México cuenta con la suficiente evidencia científica para demostrar los daños a la salud que causan los transgénicos, entre ellos, enfermedades terminales como cáncer. A pesar de ello, en una primera fase en el panel del T-MEC sobre maíz genéticamente modificado, la representación legal habría omitido entregar una evaluación de riesgo. Lo que presentó fue una relatoría que no alcanza a tener valor de prueba, explican expertos consultados por Contralínea.
Por ello, alertan que el próximo 5 de agosto será la última oportunidad para defender el reservorio genético de las especies de maíz que existen en México ante el panel del T-MEC. Ese día, nuestro país presentará la réplica a la exigencia de Estados Unidos de que se declare inválido el decreto presidencial que prohíbe los transgénicos en territorio mexicano.
En esta fase, la defensa de México deberá demostrar de forma contundente e incontrovertible que el maíz es la base de la alimentación, no sólo por el consumo de tortillas, sino de otros alimentos derivados de ese grano, y que el consumo frecuente de transgénicos daña de forma irreparable la salud de las personas.
Antes de esa fecha, también se podrían tomar otras acciones en defensa no sólo del grano mexicano, sino de la humanidad, frente a la industria de los organismos genéticamente modificados. Por ejemplo, contrademandar a Estados Unidos para que evalúe científicamente el consumo intensivo de organismos genéticamente modificados.
Además, se puede publicar el decreto presidencial para que el maíz amarillo (transgénico), que se importa de Estados Unidos para consumo animal, se someta a un procedimiento de quebrado desde el país de origen, y con ello anular su capacidad de germinación.
En lo que va del panel internacional al que convocó Estados Unidos para obligar a México a anular la prohibición del maíz transgénico para consumo humano, el gobierno del vecino país del norte casi abandono la defensa de su postura: rechazó nombrar expertos en el panel, no formuló preguntas a los expertos, no contestó el escrito presentado por las organizaciones no gubernamentales donde se sostiene que los OGM –organismos genéticamente modificados– son causantes de enfermedades terminales, y declinó la propuesta de nuestro país de realizar una investigación científica conjunta sobre las enfermedades –incluido el cáncer– que causan los transgénicos.
Esta actitud ante un panel que ese país promovió ha llamado la atención de las organizaciones, pues no necesariamente sería señal de negligencia, sino podría deberse a una confianza excesiva de que México perderá, tras no haber presentado su evaluación de riesgo con elementos probatorios de los daños a la salud que causan los transgénicos.
Por ello, se considera que el próximo 5 de agosto es una fecha crítica para México. Ese día, los expertos del panel evaluarán las observaciones y respuestas, mismas que deberán defender adecuadamente los intereses nacionales. Para ello es necesario revertir la carga de la prueba, así como presentar argumentos sólidos aportados por científicos, organizaciones sociales y expertos técnicos.
Revertir la carga de la prueba se puede lograr si se contrademanda a Estados Unidos: quien vende (exporta) el maíz transgénico debe ser responsable de demostrar su inocuidad, y no quien compra (importa). Al respecto, la Campaña Sin Maíz No Hay País recuerda que desde diciembre de 2023 se propuso a la Secretaría de Economía contrademandar para discutir, en el panel, los temas más riesgosos y dañinos para la salud alimentaria de México, lo que aún no ha pasado.
Consultada por Contralínea, la Campaña Sin Maíz No Hay País señala que, en esta disputa por el maíz, es urgente equilibrar la inequitativa contienda legal entre Estados Unidos y México. Las organizaciones campesinas y de la sociedad civil, científicos y artistas agrupadas en la Campaña indican que la defensa de la inocuidad alimentaria en la masa y la tortilla ha incluido acciones previas y posteriores a la instalación del panel internacional del T-MEC, como por ejemplo la solicitud de la contrademanda [1].
Además de ello, presentaron cuatro opiniones o amicus curiae, en las que marcaron los temas más riesgosos y dañinos para la salud alimentaria de México [2]; también recabaron más de 100 mil firmas en línea para exigir la prohibición de la entrada de maíz transgénico a México [3]; y presentaron al gobierno una sólida propuesta de teoría del caso con los temas más riesgosos y dañinos para la salud alimentaria de México, y denunciaron que las traducciones del panel se publican incompletas.
Aunado a ello, la Campaña elaboró un proyecto de tercer decreto presidencial para exigir que el maíz transgénico de importación llegue a México quebrado para evitar su germinación al liberarse o mezclarse con semillas en el campo mexicano. Y preparan juicios de amparo contra la Secretaría de Economía, pues nunca respondió por escrito a las solicitudes, propuestas y planteamientos.
Referencias:
[1] https://drive.google.com/file/d/1pPvTHcOMFrhcGPVcluvQ4IUMzFvmiDkC/view
[2] https://drive.google.com/file/d/1nKaGfeKCp1vUBAJKgSPgvUQ8bgMG06t7/view y https://drive.google.com/file/d/1FXxp52gnzwM6eH22n26cfuP89FUWo4cB/view
[3] https://drive.google.com/file/d/1pKUYcN0VDD-Vp7EAOJ0gY9T0UdIQPNjn/view?fbclid=IwZXh0bgNhZW0CMTAAAR0FecYa_1cP926s8M6n-6heC7q8KuxvBWululvQL_7878IRJWZolocI0OI_aem_Vl-28djYhXXS0xlQ3oIx6Q
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