En México, las personas trans son más propensas a padecer acoso, prostitución, transfeminicidio, y discriminación familiar, social y laboral, de acuerdo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Entre las numerosas violaciones a derechos humanos que sufren, la falta de oportunidades laborales impacta gravemente a quienes forman parte de la comunidad LGBTQ+.
Sofía inició su transición de género a la edad de 16 años. Poco después, ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se graduó en la licenciatura de economía. Sin embargo, a pesar de su destacado perfil, jamás logró conseguir un empleo formal en la Ciudad de México, ni en el Estado de México, entidad de donde es originaria. Esta situación la orilló a explotar su imagen física en la plataforma de suscripción de Only Fans.
Gracias a la venta de contenido érotico, Sofía pudo sobrevivir en un mercado laboral que sigue discriminando a personas como ella; es decir, a quienes se identifican como trans –transgénero, transexual, travesti–, cuyos términos se usan para describir diferentes variantes de la identidad de género.
Un reflejo de esta situación precaria son los datos que arroja el gobierno federal, los cuales indican que, ante la falta de oportunidades laborales, la mayoría de mujeres trans se ven obligadas a ejercer el trabajo sexual como vía principal de subsitencia económica.
“En la parte laboral sí ha sido difícil porque las empresas grandes, por así decirlo, tienen acceso a información tuya. A pesar de haber cambiado mis documentos, queda estipulado que lo cambiaste, al dar tu CURP a una empresa grande le va a aparecer esa información. […] Y he visto las caras de las personas que están reclutando, cuando ven esa información dicen ‘te llamamos’, pero ya sé que no me llamarán por la información [del cambio de género] y porque durante toda la plática me atienden súper bien y todo increíble, pero al leer esa parte su semblante cambia y dicen ‘adiós, te llamamos’ y ya no me llaman”, señala Sofía, en entrevista para Contralínea.
De acuerdo con la Encuesta Nacional Sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) –realizada en 2021 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)–, las mujeres trans que llegan a encontrar un espacio laboral tienen 36.9 por ciento más de probabilidades de sufrir discriminación.
Entre estas condiciones, las personas trans llegan a sufrir ataques sexuales, agresiones y humillaciones. A esto, se suman las actitudes de estigmatización, discriminación y criminalización, según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), que alerta sobre el rechazo, la exclusión, el acoso y la persecusión social, policial e institucional que padece este sector, lo cual influye en su esperanza de vida que es de aproximadamente 35 años.
Sofía conoce estos datos, los dimensiona y le aterran. “Sí, he tenido miedo. He tenido miedo porque es un proceso. Es un proceso porque el temor es como un proceso, incluso la sociedad está en un proceso. […] En México, ser mujer trans es a veces doloroso”.
Ausencia en presupuesto para diversidad sexual es el principal obstáculo legislativo
A partir de la actual legislatura, las mujeres trans comenzaron a ocupar escaños en la Cámara de Diputados bajo la misión de velar por los derechos de la comunidad LGBTQ+, señaló la diputada por Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y presidenta de la Comisión de Diversidad, Salma Luévano Luna, al ser consultada por Contralínea.
Sin embargo, más allá prohibir las llamadas “terapias de conversión” –Esfuerzos por Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (Ecosig)–, señaló que poco se logró avanzar en los derechos laborales para las personas de la diversidad. Esto, según indicó la diputada, se debe a la falta de presupuesto por parte de algunas instituciones como el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), la cual trabaja en conjunto con la Comisión de Diversidad de la Cámara de Diputados para atender los derechos de las personas LGBTQ+.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación nació con la finalidad de “coordinar la política antidiscriminatoria del gobierno federal, llevar a cabo acciones para prevenir y eliminar todas las formas de discriminación que se ejerzan en contra de cualquier persona”. Ante este panorama, la diputada Luevano cuestionó la voluntad de estas instituciones para velar por los derechos de la comunidad de la diversidad.
En este tenor de inconformidad, la legisladora reveló a Contralínea que la dirección para grupos vulnerables de dicho organismo no le ha informado sobre el recurso destinado a diversidad sexual. Por lo tanto, aseguró, no existe tal presupuesto.
“Al llegar a la legislatura, que se llega en septiembre, inmediatamente se ve el tema del presupuesto como cada año, el presupuesto que se destina para todos los estados y para todas estas instituciones como Conapred, IMSS, ISSSTE, todas las instituciones. Y hay que señalar que en todas las instituciones hay una dirección para grupos vulnerables, en el cual está incluida diversidad. Al llegar como presidenta de la Comisión de Diversidad nos piden una opinión. En esa opinión, empiezo a solicitar que todas las instituciones me manden un reporte de todo el presupuesto que han recibido en los años anteriores, qué cantidad se la había destinado a diversidad. Pues déjame decirte que después de meses y de estos tres años, reuniones y mesas de trabajo tanto con la Secretaría de Hacienda, hasta el día de hoy ni siquiera un borrador me han podido mandar, donde me digan que cantidad destinaron a diversidad”.
La diputada Luevano agregó que estas acciones son el reflejo de una falta de empatía hacia el tema de diversidad. “Es muy triste, es muy lamentable que no tengan dentro de su presupuesto esta estadística de cuánto, dentro de este grupo, esta dirección de grupos vulnerables hayan destinado a diversidad. Y esto es muy claro, esto refleja precisamente esa falta de políticas públicas para la diversidad”.
De acuerdo con el apartado de “Gasto para la atención de grupos vulnerables 2023-2024” de la Cámara de Diputados, no existe un ramo o programa presupuestario destinado a diversidad sexual. No obstante, sí aparece un apartado del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.
En éste, muestra que el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) destinó 456. 11 millones de pesos para 2023, y 494.70 millones de pesos para 2024. A pesar de este recurso económico, el programa presupuestario del Conapred no establece que haya asignado alguna partida presupuestaria para el tema de diversidad sexual, orientación sexual o diversidad de género.
“Esto nos da un panorama de que, por falta de ese presupuesto o por no tener un reporte preciso de éste, vemos que no hay estas políticas públicas. Obviamente, no hay esas campañas como están en el caso de la niñez, en el caso de mujeres, en el caso de tercera edad, en el caso de pueblos originarios, y por lo tanto, no hay estos espacios dignos, estos espacios laborales, por lo tanto no hay vivienda digna, y al no tener todo esto, tampoco hay salud digna. Entonces, ese es precisamente el tema que empecé a ver inmediatamente que llegué, es un tema de presupuesto, eso hay que señalarlo, hay que dejarlo en claro”, detalló la diputada Luevano.
Ante las declaraciones de la legisladora, Contralínea consultó a Conapred sobre la existencia de algún documento que pudiera avalar el recurso presupuestario destinado al tema de diversidad, sin embargo, este organismo se abstuvo de brindar alguna respuesta o declaración al respecto.
“Ese tema de presupuesto, lamentablemente todas estas instituciones no lo han sabido canalizar o no les ha interesado canalizar, o han mandado el mínimo del mínimo a la diversidad. Y a mí no me pueden decir todo lo contrario porque se les pidió, les pedí en su momento este reporte que hasta el momento no se me ha entregado y además lo vemos. Lo vemos, te repito en el caso de que pues no hay esas políticas públicas, porque no hay esos espacios laborales dignos para nuestra población y que pues se refleja precisamente en esa falta de voluntad”, externó la presidenta de la Comisión de Diversidad de la Cámara de Diputados.
Ante la precariedad de oportunidades laborales, muchas personas trans recurren a trabajos informales como una alternativa económica, insistió Sofia. “Mucha gente no entiende que las personas trans sean prostitutas. Piensan que lo hacen porque les gusta, pero en realidad son prostitutas porque es lo único que pueden hacer. Tienen que comer. Tienen que pagar renta. En mi caso, entré al mundo de Only Fans por la misma situación; tenía que comer”.
De acuerdo con el Manual de inclusión de personas trans en los espacios laborales: una herramienta para los trabajadores y las empresas en México de la Fundación de la Campaña de Derechos Humanos (HRC por su sigla en inglés), las personas trans se enfrentan constantemente a la descriminación deliberada en el ámbito familiar, legal, académico, médico, social, laboral, psicológico, económico, entre otros.
“Para las personas trans, insertarse al mundo laboral es todo un reto. Uno de los mayores problemas es la falta de conocimiento de empresas con políticas de inclusión trans. Por otra parte, hablar de su identidad de género durante la primera entrevista provoca ansiedad y miedo a ser rechazada o quedar expuesta. Asimismo, las oportunidades laborales para las personas trans son mayormente para puestos operativos y no para puestos gerenciales o directivos”.
Según el manual de la HRC, los procesos de selección en las entrevistas laborales tienen sesgos “inconscientes”. “En muchas ocasiones, durante las entrevistas se exponen a preguntas y cuestionamientos innecesarios e incómodos que no están relacionados con las capacidades requeridas para el puesto”.
Los derechos laborales para personas trans son un desafío que las empresas deben asumir
En un breve análisis sobre el panorama laboral de las personas trans, la diputada Luevano señaló que, a parte de promover iniciativas legislativas para garantizar los derechos laborales, las empresas deberían asumir la responsabilidad de crear espacios inclusivos para este sector de la comunidad LGTBQ+.
“A nivel local, hace años me senté con varios empresarios y con cierto gobierno municipal. Una de las propuestas era bajarle los impuestos a las empresas, hacer un descuento en el tema de luz, hacer un descuento en el tema del agua [para otorgar espacios laborales a la comunidad trans]. No ha avanzado, no ha habido esa voluntad, porque no tan fácil se quieren deshacer de su presupuesto que tienen los gobiernos para darle a las empresas privadas para el tema de espacios laborales, de la diversidad”.
Ante la falta de avances legislativos para la comunidad trans, la presidenta de la Comisión de Diversidad aseguró que la sociedad civil debe continuar presionando a los representantes legislativos para que el tema de diversidad avance en la próxima legislatura. “Tenemos que lograrlo pero esto es a base de trabajo de educar o reeducar a estos funcionarios públicos y sensibilizarlos en la gran importancia que significa voltear a ver a la población trans y queer”.
En México, las personas trans son más propensas a padecer acoso, prostitución, transfeminicidio, y discriminación familiar, social y laboral, de acuerdo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Entre las numerosas violaciones a derechos humanos que sufren, la falta de oportunidades laborales impacta gravemente a quienes forman parte de la comunidad LGBTQ+.
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