El pasado miércoles 27 de marzo, la red social X suspendió la cuenta de Zósimo Camacho, reportero de esta casa editorial. Sin mediar advertencia alguna por un supuesto uso indebido de la plataforma, la empresa que a nivel mundial lidera Elon Musk determinó que dicha cuenta “no se restablecerá”.
Las últimas publicaciones desde su cuenta @zosimo_contra, tuvieron como fin invitar a los lectores a consultar el reportaje “Amplían investigación del ‘Cártel de las Medicinas’ a 45 empresas y 11 gobiernos” y opinar sobre la disputa entre servidores públicos por el herbicida glifosato.
El trabajo periodístico da cuenta de las indagatorias que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) realiza sobre el llamado “Cártel de las Medicinas”. En los diagramas de flujo de un conglomerado de empresas, que supuestamente incurren en tráfico de influencias, aparece el político priísta Roberto Madrazo Pintado e integrantes de su familia, como su hijo Federico Madrazo Rojas y su yerno Alexis Nickin Gaxiola.
De acuerdo con la investigación que realiza la UIF, entre las empresas beneficiarias de la triangulación de recursos se encuentran las controladoras del portal Latinus, así como restauranteras y del ramo de la seguridad. Los recursos provienen del erario, a través de contratos asignados por gobiernos de los estados a decenas de empresas que ofrecen equipos y servicios médicos.
Sobre el glifosato, esta casa editorial ha dado seguimiento al “cabildeo” que la trasnacional Bayer-Monsanto realiza entre servidores públicos de los tres Poderes de la Unión. Y ha documentado la disputa entre funcionarios por este tema.
Luego del envío de esos mensajes, la red social X decidió suspender la cuenta. Y ante una “apelación”, presentada según las precarias fórmulas en línea que la empresa dispone para ello, resolvió que “la cuenta no se restablecerá”. No dio explicaciones.
El caso destaca, pues desde la cuenta suspendida nunca se han proferido insultos o se ha hecho apología de la violencia ni se ha reproducido discursos violentos. Se ha limitado a sugerir la lectura de textos periodísticos y comentar sobre la agenda mediática y participar en el debate político.
En contraste, cientos de cuentas de personajes poderosos –políticos y empresarios– elaboran y difunden mensajes misóginos, homofóbicos, racistas, clasistas, con palabras procaces sin que tengan algún tipo de sanción.