Las múltiples irregularidades en la construcción de la nueva fábrica de billetes en Jalisco –cuyo costo superó los 3 mil 500 millones de pesos– son unas de las varias cuentas pendientes que dejaron Agustín Carstens y Alejandro Díaz de León en el Banco de México. La historia inició en 2011, cuando la Junta de Gobierno del Banxico aprobó la compra de terrenos sin licitación y sin contar con un estudio de mecánica de suelos, lo que desencadenó sobrecostos con dinero público por 595.9 millones de pesos, destrucción de edificaciones recién hechas, contrataciones adicionales y ampliación de plazos. El área responsable es la Dirección General de Emisión, encabezada por Alejandro Alegre Rabiela
Segunda parte. En 2011, inmediatamente después de asumir la Dirección General de Emisión y Caja Principal del Banco de México (Banxico), el abogado Alejandro Alegre Rabiela vio una oportunidad de negocio y empezó a cabildear la posible construcción de una planta complementaria de impresión de billetes, con el pretexto de que la fábrica principal ubicada en Legaria, Ciudad de México, estaba llegando al tope de su capacidad.
La insistencia del exdirector del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) llegó a tal punto que los integrantes de la Junta de Gobierno del banco central –entonces bajo el mando de Agustín Carstens Carstens– agendaron una presentación formal de su propuesta para el 23 de noviembre de ese mismo año, durante una sesión ordinaria.
Sin contar con un estudio de mecánica de suelos, la propuesta de Alegre Rabiela sugería desde aquel momento que la nueva fábrica se ubicara en el Parque Industrial Guadalajara, a un lado de la Caja Regional Jalisco; también, calculaba que la obra no superaría los 2 mil 500 millones de pesos (1 mil millones menos de lo que finalmente costó).
En aquella sesión, el gobernador y los subgobernadores del Banxico no sólo autorizaron al exdirector del Cisen [https://contralinea.com.mx/un-experto-en-espionaje-incrustado-en-el-banxico/ ] que elaborara un plan general para la construcción, equipamiento y puesta en marcha de la planta complementaria, sino también que comprara los lotes 34B, 34C y 34D –contiguos a la Caja Regional de la institución financiera autónoma en el Parque Industrial Guadalajara–, con una superficie de 38 mil 245.27 metros cuadrados.
Ello, sin licitación de por medio, como ocurrió con la mayoría de los contratos (incluso el de la obra inmobiliaria que favoreció a la empresa Constructora Garza Ponce, SA de CV, por 908 millones 413 mil 738 pesos. Esta empresa, propiedad del empresario regiomontano José María Garza Ponce, quien falleció en abril de 2020).
La elección de esos terrenos fue el origen de múltiples irregularidades que derivaron en un quebranto al patrimonio del Banxico por 595.9 millones de pesos –monto del sobrecosto de las obras–, consta tanto en el Libro blanco: Desarrollo de una planta complementaria de impresión de billetes como en la auditoría interna GAOC-50/15.
Ante la falta de estudios de mecánica de suelos, la Junta de Gobierno indicó que la compra de esos lotes sería para “la formación de una reserva territorial”, y se haría con el presupuesto comprometido del ejercicio anterior (2010). Como supuesta “medida prudencial”, pues aún no aprobaba la construcción de la fábrica de billetes, el órgano colegiado le solicitó a Alegre Rabiela que contratara a un consultor externo para corroborar la factibilidad de su propuesta.
Ese servicio de asesoría se adjudicó directamente a la empresa Productivity Systems International, Inc, el 4 de julio de 2012. El contrato DRM-0000007438 –por 168 mil 150 dólares– se formalizó cinco días después: el día 9. No obstante, para el 18 de julio, el Banco de México ya estaba celebrando un contrato de mandato especial sin representación con BBVA Bancomer, SA, para adquirir los lotes, por un monto de 85 millones de pesos.
Esa compra del terreno que sugirió Alegre Rabiela se hizo a ciegas: el Banxico no tuvo información oportuna relativa a que la zona está rodeada por torres de alta tensión, lo que contraviene disposiciones de seguridad; o que el área está sobre una vena volcánica, lo que prolongó el proceso de cimentación y aumentó el costo de las obras.
La Junta de Gobierno conoció los resultados del análisis de Productivity Systems International el 21 de noviembre de 2012, y en estos se aseguraba que el proyecto era factible. En esa sesión ordinaria, el órgano colegiado aprobó oficialmente la construcción de la nueva fábrica de billetes en el Salto, Jalisco. Incluso hasta entonces, el banco central seguía sin conocer la situación de la superficie en la cual se edificó la obra, pues la consultora no revisó las condiciones del terreno.
Tanto el Libro blanco como la auditoría interna refieren que el primer estudio de mecánica de suelos lo hizo ZVA Asociados, SC, contratada en mayo de 2013 para elaborar el proyecto ejecutivo de la obra. La adjudicación se hizo sin licitación de por medio y tuvo un costo de 13 millones 920 mil pesos. Dos meses después, en julio, esta empresa presentó sus reportes de la etapa 1, entre los que se incluyeron: planos del levantamiento topográfico del terreno, planos y documentos del estudio de mecánica de suelos, planos actualizados del edificio de Caja. Esto es, un año después de que los lotes fueron comprados.
Sobrecostos de 596 millones
Inaugurada el 7 de noviembre de 2018 por el entonces gobernador del Banxico, Alejandro Díaz de León, la construcción de la nueva fábrica de billetes complejo Jalisco implicó un sobrecosto de 595.9 millones de pesos, lo que significó 20 por ciento más de lo originalmente presupuestado por la consultora Productivity Systems International: 2 mil 915.4 millones de pesos.
En total, la obra a cargo de la Dirección General de Emisión implicó un gasto de 3 mil 517 millones 849 mil pesos, según la auditoría interna GAOC/50-15 con cifras preliminares al 30 de julio de 2021, obtenidas de la Dirección de Contabilidad, Planeación y Presupuesto del Banco de México.
El Libro blanco asienta que la construcción y puesta en marcha de la planta complementaria inició en diciembre de 2012 –y no un año antes cuando se aprobó la compra de los terrenos– porque la Junta de Gobierno autorizó oficialmente la construcción el 21 de noviembre de 2012. Y aunque se inauguró casi 6 años después, el término de las obras se formalizó hasta agosto de 2021. Ello, derivado de todos los defectos de las obras. Tan sólo el año pasado todavía se tuvo que invertir dinero público en la reparación de áreas afectadas por hundimientos, mismos que provocaron desplazamientos de muros, así como filtración de agua de lluvia en las áreas de producción de billetes.
No obstante, aquel 7 de noviembre de 2018, el entonces gobernador Alejandro Díaz de León aseguraba: “la fábrica que hoy inauguramos constituye un espacio de vanguardia, que se alberga en una edificación segura y funcional, que dispone del equipo más moderno y que cuenta con un personal de alrededor de 250 trabajadores altamente capacitados. Sin duda, esta fábrica contribuirá a seguir consolidando el prestigio de nuestro país”.
Fuentes consultadas por Contralínea explican que la fábrica se inauguró cuando aún no estaba lista la planta de producción de billetes, debido a que faltaban algunas máquinas. Incluso, en ciertas áreas se tuvieron que hacer ajustes de último momento, derribando lo construido para volver a edificar obras que permitieran operar las tecnologías que se emplean en estos procesos.
El propio Libro blanco del Banxico revela parte de estos “errores” que le costaron millones de pesos al erario nacional. Por ejemplo, cuatro días después de que Díaz de León inaugurara la planta complementaria, se registró una fuga. El 11 de noviembre de 2018, durante una de las pruebas del sistema contra incendios, se tuvo fuga en el interior del almacén de papel en blanco, debido a la falla de un cople que generó afectación de 10 resmas de papel (valuado en 3 mil 800 euros). La pieza que falló fue sustituida y la constructora cubrió el debido importe; asimismo, cubrió también lo correspondiente a las resmas de papel afectadas. Adicionalmente, tras el incidente, se identificaron las válvulas de seccionamiento para cerrarlas de inmediato en caso de repetirse un evento similar.
Dos días después, falló la acometida principal de electricidad. Al respecto, el Libro blanco indica que “el 13 de noviembre de 2018 se presentó un fallo generando daños en uno de los subsistemas de corte que forma parte del sistema de examen automatizado de billetes. Se revisó la configuración de cambio entre acometidas con la CFE, y dicha empresa indicó que no era factible realizar el cambio solicitado debido a las condiciones existentes de ambas acometidas, lo que representaría un mayor riesgo de presentación de fallas en el suministro de energía eléctrica”.
La falta de estudio de mecánica de suelos
La historia de “errores y omisiones” atribuibles a la Dirección General de Emisión que encabeza Alegre Rabiela es larga. Del Libro blanco –elaborado por el propio Banco de México– se desprende que la falta de un estudio de mecánica de suelos, previo a comprar el terreno, fue la raíz de muchas irregularidades.
Al respecto, descubre por ejemplo que “durante los trabajos de movimientos de tierras se detectaron errores y omisiones en el proyecto ejecutivo elaborado por ZVA Asociados, SC, situación que generó diversos impactos como la necesidad de llevar a cabo diferentes actividades, entre ellas: sondeos adicionales para revisar la mecánica de suelos y con ello efectuar la revisión del proyecto estructural de la cimentación y modificaciones a las estructuras de contención, mientras se continuaban los trabajos de obra para procurar cumplir con la fecha de terminación de la misma”.
Derivado de lo anterior, se señala que “en el último trimestre de 2015, durante los trabajos de excavación y movimiento de tierras, se identificó un macizo rocoso en el predio de construcción, condición que resultó en lo siguiente: por un lado, se requirieron trabajos adicionales de excavación; por otro lado, se requirieron menos trabajos en cuanto a la cimentación, pues ésta se vio favorecida por la naturaleza rocosa del predio”.
Ante la urgencia de lo ocurrido, el 29 de diciembre de 2015, el Comité de Obra Inmobiliaria autorizó –en sesión extraordinaria– realizar un nuevo estudio de mecánica de suelos. Para ello, se firmó el contrato directo BM-GIS-15-088-1 con el ingeniero Raúl Fernando Verduzco Murillo un día después, el 30 de diciembre, por 1 millón 602 mil pesos más IVA, refiere la auditoría interna.
El nuevo estudio se hizo fast track. Los resultados de sondeo del terreno y la propuesta de mejora para la cimentación estuvieron listos en enero de 2016, y a partir de allí se estableció un nuevo programa de trabajos de cimentación.
El Libro blanco reconoce que a lo largo del desarrollo del proyecto, “fue necesario realizar diversas modificaciones a los contratos tanto de la constructora como de las supervisoras, con objeto de ajustar volúmenes adicionales, conceptos extraordinarios, cancelación de conceptos y reprogramación de fases, lo que a su vez ocasionó cambiar la fecha de terminación de ejecución de la obra para octubre de 2017, en lugar de septiembre del mismo año, como se tenía previsto”. El retraso en la entrega de los locales de producción de billetes fue de dos meses.
“De manera general, los errores, defectos y omisiones detectados en el proyecto ejecutivo generaron conceptos de obra adicionales y extraordinarios, así como la cancelación de diversos conceptos, por lo que, en abril de 2016, el Banco de México, de acuerdo con lo establecido en el contrato, realizó la solicitud de cobro por concepto de pena convencional a la empresa ZVA Asociados, SC. En junio de 2016, se realizó el pago de la pena convencional”, indica el informe oficial.
Otros incidentes
En el Libro blanco se da cuenta de otros incidentes, como el colapso del armado de varilla ocurrido el 20 de enero de 2017: “aproximadamente 40 toneladas de acero que formaban parte de la estructura del armado de varilla que constituiría las paredes de la sala de impresión se colapsaron. La caída de la estructura inició en el lado oriente y concluyó en el lado sur. Cinco personas resultaron lesionadas, mismas que fueron atendidas por los servicios médicos y dadas de alta”. La estructura que colapsó fue levantada de nuevo.
Otros incidentes que se reportan: el 17 de noviembre de 2017 sucedió un desconchamiento en el foso de excavación de la cisterna, que afectó en la provisión de agua potable durante la instalación de equipos; el 25 de agosto de 2018 se presentó un corto circuito que ocasionó un retraso en la puesta en operación del sistema contra incendios; el 29 de septiembre de 2018, una fuga que ocasionó daños en una de las oficinas administrativas (alfombra, mobiliario, equipo telefónico y equipo de cómputo); el 11 de octubre de 2018 ocurrió otro corto circuito debido a una filtración en una zona de la azotea que caía directamente al electroducto, ante lo cual personal del Banco trabajó en una reparación provisional; y el 17 de octubre de 2018, otro corto circuito en un tramo del electroducto en el pasillo del almacén de papel en blanco, lo anterior debido a la presencia de humedad dentro de las cajas del electroducto. No obstante la línea continuó operando de manera normal.
Las contrataciones
Para esta obra que costó más de 3 mil 510 millones de pesos, el Banco de México firmó más de 54 contratos: 12, relacionados con la construcción; 40, con adquisición de bienes y servicios; dos, con consultorías. Además, según la auditoría interna, se contrató la supervisión técnica-administrativa con la empresa Ingeniería de Proyecto y Supervisión, SA de CV, y la supervisión arquitectónica, con Ingeniería Riobóo, SA de CV.
Los más importantes, por el monto que involucraron, fueron:
- DRM-0000014267, con KBA-NotaSys, SA, para la adquisición de la línea de impresión, equipos auxiliares y de preprensa, por 946 millones 218 mil 361 pesos. Adicionalmente, a esta empresa también se le compraron (contrato DRM-0000016491) equipos para la fabricación de láminas, así como su instalación, puesta en marcha y capacitación, por 24 millones 373 mil 729 pesos.
- BM-GIS-15-0067-1, a favor de Constructora Garza Ponce, SA de CV, para la obra inmobiliaria, por 908 millones 413 mil 738 pesos. De ésta, la auditoría interna GAOC-50/15 refiere que el Comité de Obra Inmobiliaria –en su sesión 14/2015, del 2 de septiembre de ese año– otorgó su conformidad para adjudicar directamente la ejecución de la obra para la construcción de la planta complementaria de impresión de billetes. La formalización del contrato se hizo el 10 de septiembre de 2015, por 718 millones 722 mil 877 pesos, más el IVA.
- DRM-0000016447, con Giesecke y Devrient de México, SA de CV, para la adquisición de maquinaria y equipo que permitan llevar a cabo las actividades de corte, inspección y empaque que forman parte del proceso de producción de billetes de bancos mexicanos, por 310 millones 69 mil 56 pesos. A esta empresa también se le compró un destructor de capacidad media, que incluye banda transportadora de material, módulo de aspirado, desalojo y recolección de residuos de material destruido, instalación, puesta en marcha y capacitación en sitio, por 10 millones 206 mil 634 pesos (contrato DRM-0000017859).
- BM-SAIG-16-0881-1, a favor de Trane, SA de CV, para contratar el suministro, instalación y puesta en operación de equipos de aire acondicionado marca Trane, para el complejo que ocupa Banco de México en el Salto (Jalisco), por 106 millones 446 mil 354 pesos.
De los 54 contratos del Banxico también destacan dos procesos que se adjudicaron “en situaciones de emergencia”. Según la auditoría interna, “durante el desarrollo del proyecto de construcción de la planta complementaria de impresión de billetes y como consecuencia de las modificaciones realizadas al mismo, se presentaron situaciones consideradas de emergencia derivado de que el tiempo disponible para realizar la adquisición de algunos bienes y servicios relacionados con los ajustes del proyecto no era suficiente para realizar un procedimiento de contratación a través de licitación pública o adjudicación directa, y que de no realizar las contrataciones correspondientes, se pudieran incurrir en daños al Banco por retrasos en el desarrollo o implicaciones en la seguridad del proyecto. Al respecto, se revisaron dos contrataciones en situaciones de emergencia”:
- Adquisición de transformadores e interruptores por medio del proveedor Proyectos, Equipos y Montajes Electromecánicos, SA de CV, por 3 millones 330 mil 990 pesos. Adicionalmente, a esta empresa le compraron subestaciones eléctricas, con los respectivos servicios de instalación, colocación, conexión y puesta en marcha de las mismas, por 11 millones 233 mil 211 pesos (contrato BM-SAIG-16-0875-1); y tableros eléctricos derivados, por 11 millones 845 mil 140 pesos (contrato BM-SAIG-17-0870-2).
- Adquisición del suministro e instalación de bienes complementarios para el sistema de intrusión a través del proveedor Senstar Latín América, SA de CV (actualmente Magal Soluciones Integrales, SA de CV). Contrato DRM-800-16122, por 25 millones 706 mil 412 pesos.
Hasta antes de la pandemia, el abogado Alegre Rabiela realizaba visitas guiadas en la planta de billetes para “invitados especiales”; al terminar los recorridos, les regalaba billetes que deberían ser destruidos y, como si fuera una estrella de rock, los autografiaba.
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