La serie de amenazas que ha lanzado contra México el futuro presidente estadunidense, Donald Trump, son de mucho cuidado, advierte el doctor Jorge Retana Yarto. “De acuerdo con lo que nosotros vimos en la administración que él ya desarrolló en Estados Unidos, por lo general, cumple todas las amenazas; es decir, cumple todos los objetivos”, explica a Contralínea el exdirector de la Escuela de Inteligencia para la Seguridad Nacional, dependiente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
Al respecto, recuerda que entre los principales amagos de la campaña electoral no sólo está el tema de los aranceles –según lo ha dicho, si México no detiene el flujo migratorio de Centroamérica, se aplicarán impuestos generalizados a las exportaciones de nuestro país–, sino también la promesa de que “va efectuar la más grande deportación que haya existido en los Estados Unidos, y habló de millones de personas que van a ser deportadas”, de manera masiva y lo más rápido posible.
Esto se sumaría a la guerra comercial, que podría concretarse desde el día uno de su gobierno, pues el 25 de noviembre declaró que a todas las exportaciones desde México y Canadá se les aplicarán aranceles del 25 por ciento desde el 20 de enero de 2025.
El doctor en gerencia pública y política social, Jorge Retana Yarto, señala que, durante su campaña, Trump también lanzó amenazas relacionadas con las organizaciones criminales, en especial para el narcotráfico. “Planteó que, aprovechando que tiene la mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado, va a pedir al Congreso de Estados Unidos que establezca la pena de muerte para los narcotraficantes”. Y “la posibilidad de bloquear absolutamente cualquier tipo de acceso del dinero proveniente del narcotráfico al sistema bancario y financiero de Estados Unidos”.
El experto en temas de seguridad de nacional agrega que el republicano volvió a amenazar con el tema de declarar a las organizaciones criminales como terroristas, y que eso le dé –según las leyes de Estados Unidos– la facultad de intervenir militarmente en México. El riesgo, advierte el investigador y académico universitario, es que todos esos planteamientos no sólo los haya hecho para endurecer su posición y ganar electorado, sino que realmente sea parte de su agenda política para su cuatrienio.
En ese sentido, observa una amenaza real para México, pues los objetivos que Donald Trump incumplió en su primer gobierno no fue por su propia decisión, sino por los problemas legales en los que se vio involucrado. De hecho, recuerda, el propio presidente electo ha declarado que “su segundo periodo lo va utilizar para concretar todo lo que dejó pendiente. “Ahí tenemos una panorámica muy clara de qué es lo que está planteando”.
El tema de los aranceles podría no ser la única medida económica a la que podría recurrir Donald Trump. Al respecto, el doctor Retana Yarto no descarta que se apliquen otro tipo de medidas de afectación económica al país. “Estaríamos hablando de un planteamiento muy agresivo contra México para afectar su economía, porque las exportaciones de manufacturas y el flujo de remesas que provienen de los paisanos de Estados Unidos hacia México, son los dos grandes flujos que sostienen al peso. En tercer lugar, están las exportaciones petroleras, pero estos dos grandes flujos son los que sostienen la cotización del peso”.
El también licenciado en economía con especialidad en inteligencia para la seguridad nacional y maestro en administración pública advierte que la estabilidad del país se debe, en parte, a la importante entrada de divisas desde Estados Unidos, así como a exportaciones de las industrias automotriz, electrónica, y al petróleo. “Sin esos tres pilares, México sufre gravísimas afectaciones económicas. Esta cuestión es a lo que yo veo que tendremos que estar muy atentos porque va insistir en esas cuestiones”.
Además, considera que “el mensaje para las organizaciones criminales es durísimo, van a castigar severamente el posible acceso de dinero ilegal al sistema bancario y financiero, va tratar de promover en el Congreso –que tiene mayoría para el Partido Republicano, es decir para él– la pena de muerte para los que sean hallados culpables de narcotráfico, y también va a establecer lo relacionado con una posible declaratoria de organizaciones terroristas a las organizaciones del crimen organizado. Todo esto va plantear una situación desde luego muy complicada”.
El doctor Retana Yarto observa que un escenario de choque frontal sería el de las deportaciones masivas, pues la presidenta Claudia Sheinbaum ya respondió que, de concretarse esa política, sólo se recibirán a los de origen mexicano, no a inmigrantes de otras nacionalidades. En esa circunstancia, México desplegaría al Ejército a la frontera norte para garantizar la entrada al país sólo a mexicanos. “Ahí tienes servida en la mesa una serie de cuestiones que, naturalmente, van a ser materia de tensiones, y en un momento dado, de choques, porque nuestra política de seguridad es totalmente distinta a la política de seguridad y combate al crimen organizado que ellos tienen”.
Retana Yarto también avisora que el presidente electo Donald Trump podría, en algún momento, revivir lo del Plan Colombia para México, que en su momento rechazaron los expresidentes Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto.
Lo que si es un hecho, indica, “es que pueden haber roces muy importantes y si el tema internacional [de las guerras en Medio Oriente y Europa del Este] se agudiza, podemos tener presiones muy importantes para el uso de nuestro territorio con fines de una estrategia”.
Al respecto, el académico recuerda que desde la época de Ronald Reagan, Estados Unidos –particularmente los gobiernos republicanos– ha buscado la integración militar de América del Norte. “Después dejaron ese tema y plantearon la integración energética, también México se negó y dejaron el tema de lado, pero en una coyuntura crítica me parece que pueden resurgir algunas presiones y algunas tensiones importantes hacia México. O si Estados Unidos se ve cada vez más involucrado de lo que ya está en estos momentos, en las guerras de Oriente Medio y en la guerra de Europa del Este, entre Ucrania y Rusia”.
—En este contexto y suponiendo que estuviéramos en el peor escenario, donde Estados Unidos realmente buscara incluso violar la soberanía nacional con estos operativos para ingresar con sus fuerzas armadas a nuestro territorio supuestamente para detener o para enfrentar la crisis de los opioides allá, así como con la guerra económica, ¿qué podría hacer México? ¿Se podría aliar con potencias como Rusia y China? –se le pregunta al también experto en el análisis de temas geopolíticos–.
—Creo que la alternativa de México es preparar la defensa jurídica internacional de nuestro país, de nuestra soberanía y de nuestra autodeterminación y, de una manera muy cuidadosa, tratar de fortalecer sus relaciones con los grandes poderes que existen en este momento. Pero esa carta es muy peligrosa, porque Estados Unidos podría tomar eso como pretexto para decir que México está buscando un cambio geopolítico y geoestratégico que le afecta, porque son sus grandes rivales estratégicos. Entonces yo no veo mucho esa salida, más bien, una necesidad de preparar una defensa jurídica internacional y diplomática de nuestro país.
“Recordar que cuando vino el canciller de Rusia a México y se entrevistó con Marcelo Ebrard, al otro día llegó el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos de los Estados Unidos. Habían invitado a [Vladimir] Putin al 200 aniversario de la consumación de la Independencia, y ya no volvieron a decir nada, lo dejaron pendiente. Obviamente debe haber habido una presión muy fuerte.
“En el caso de China ni se diga. Barack Obama, al igual que Donald Trump y Joe Biden siguen una misma línea de doctrina estratégica: para ellos, el gran rival de Estados Unidos respecto al equilibrio mundial de poder es China, y en el caso de Europa, el gran desafío es Rusia, pero lo ven más localizado al ámbito euroasiático. En el caso de China, ellos sostienen en sus elaboraciones de Seguridad Nacional de Defensa que quien tiene capacidad para modificar el equilibrio de poder en el mundo, por su potencia económica, por sus capacidades tecnológicas, porque tiene como proyecto –dicen ellos– dominar toda la región del Indo-Pacífico, por todas esas razones consideran que el gran rival estratégico que ha metido en una situación de híper competitividad económica es China.
“En el caso de Rusia, hay un reto muy grande, pero ellos lo sienten más acotado hacia el tema euroasiático, pero a China sí lo ven como una potencia con capacidad para modificar el equilibrio mundial del poder; y, claro, el más perjudicado sería Estados Unidos.”
—En este escenario de respuesta, vemos a unas instituciones internacionales incapaces de frenar, por ejemplo, el genocidio en Gaza, es decir, esta alternativa que nos plantea como la ruta que debería de tomar nuestro país de preparar una defensa en el terreno internacional, en realidad, tampoco es una solución porque estos organismos internacionales –sobre todo la ONU, el Consejo de Seguridad, la Corte Penal Internacional o el Tribunal Internacional de Justicia– no tienen incidencia, o no la estamos viendo en estos momentos –se le inquiere al experto–
—Hay una crisis muy importante en la actualidad, una crisis de la seguridad internacional. Hoy no existe ningún organismo que sea capaz de garantizar un respeto importante a los derechos humanos, ni tampoco la seguridad para ningún país. Unos están en mayor riesgo que otros, entre más cercanos estén a los conflictos que actualmente se desarrollan; pero hoy estamos en una crisis muy importante de seguridad internacional, por estos dos conflictos que estamos viendo desarrollarse ante nuestros ojos. No hay capacidad de los organismos internacionales ni regionales, es decir, ni multilaterales ni regionales para detenerlos, están totalmente en manos de los actores militares, no hay ninguna otra posibilidad.
“Donald Trump ya está planteando la posibilidad de hablar con Vladimir Putin y él dice: ‘voy a detener esa guerra’. Pues sí, pero no está pensando acudir a la ONU, no está pensando acudir a nadie, va directamente con uno de los actores militares fundamentales a tratar de pactar, a tratar de lograr un acuerdo, porque para él –y lo dijo desde su primera administración– ha sido un grave error de los gobernantes estadunidenses –involucró a los del Partido Demócrata y a los del Republicano– mantener una política de expansionismo en la influencia de los Estados Unidos.”
El doctor Retana Yarto observa Trump tiene una agenda mucho más conservadora en lo externo que en el orden interno, “donde es un poco más agresivo, tiene planteamientos más ofensivos, le gusta tensar la situación para después negociar en condiciones de gran tensión”.
Agrega que la situación para México es crítica porque el futuro presidente del vecino país “es muy disruptivo en las cuestiones internas: va hacia las presiones, va hacia el choque, la tensión, pero en materia internacional es más conciliador porque no cree que el camino de Estados Unidos sea el expansionismo intervencionista, sino que se repliegue hacia sus fronteras; que primero reconstruya todas sus fortalezas, sus poderes y después, se enfrente a sus rivales estratégicos”.
Por otro lado, dice, en la propia campaña electoral Trump declaró que para atender los grandes problemas del mundo, Estados Unidos tiene que buscar a China, Rusia y a otras potencias regionales. “Y entonces la gran disyuntiva de Estados Unidos es: ¿qué hacemos, cooperamos con China, con Rusia y con otras potencias o los enfrentamos como rivales estratégicos? Uno a nivel global y el otro a nivel euroasiático. Entonces la política estratégica de Estados Unidos hoy se debate en esas contradicciones, pero en materia regional y bilateral con México, seguramente va haber tensiones porque él está decidido a parar la migración”.
El doctor Retana Yarto recuerda que, durante su gobierno anterior, Trump aseguró que uno de los problemas de la sociedad estadunidense es que se había relegado a los blancos, de tal forma que el “concepto” de “primero América” implicaba reposicionar a los blancos frente a las demás comunidades.
“Todo está interrelacionado y obedece a una visión general que él tiene. Entonces nada de eso puede ser muy fácil de gestionar para la presidenta de México. No que necesariamente vayamos hacia un choque o a una catástrofe, no, pero tiene sus dificultades importantes y se va a tener que hacer alarde de mucha habilidad, de mucha paciencia, de mucha sensibilidad para poder gestionar los problemas que tenemos con Estados Unidos que, sin duda, son muy importantes porque los enfoques de Donald Trump no necesariamente son favorables para México”.
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