La ciudadana estadunidense que interpeló a Barack Obama durante el discurso del mandatario en la Universidad de la Defensa Nacional no tiene duda: el sentimiento antiestadunidense en el mundo se incrementa ante el doble discurso del gobierno. Por un lado, promete cerrar la cárcel de Guantánamo; pero, por otro, ninguna acción encaminada, ya no a clausurar la prisión sino a mejorar las condiciones en que se encuentran los reclusos, ha puesto en marcha. A la pregunta que hizo Obama sobre la situación ilegal y violatoria a los derechos humanos en que permanecen los presos de Guantánamo, “¿así somos nosotros?”, Benjamin señala: “sí, por lo menos así es su gobierno”
Deisy Francis Mexidor/Prensa Latina
Cofundadora del grupo pacifista Code Pink (Código Rosa) y de la organización de derechos humanos Global Exchange, la estadunidense Medea Benjamin es de esas mujeres siempre inmersas en un nuevo objetivo de lucha.
El pasado mes de mayo su nombre se robó infinidad de despachos noticiosos, cuando de forma intempestiva interrumpió el discurso sobre antiterrorismo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que pronunciaba en la National Defense University, en Washington, y reclamó el cierre de la cárcel de Guantánamo, ubicada al Este de Cuba.
Medea Benjamin fue candidata al Senado estatal de California en 2000, postulada por el Partido Verde. Cuando nació, en 1952, le pusieron por nombre Susan, pero al paso del tiempo decidió adoptar el mitológico nombre de Medea, como la hija de Eetes, rey de la Cólquida.
Residente en San Francisco, autora de tres libros sobre Cuba, donde vivió de forma temporal, Medea Benjamin dice –al responder vía electrónica un cuestionario de Prensa Latina– que es “una soñadora, activista decidida por la paz, la justicia y los derechos civiles”, a quien también le gusta reír, cantar, bailar y pintar.
Amante de la música cubana, como pintora admite que imita el sorprendente estilo primitivo del reconocido artista cubano de las artes plásticas Manuel Mendive (La Habana, 1944).
La alimentación forzosa a los presos en huelga de hambre en la cárcel de Estados Unidos en Guantánamo es una violación descarada y brutal de los derechos humanos básicos, afirma Benjamin al ofrecer sus primeros comentarios.
En la prisión militar, instalada en la base militar ubicada en una porción de territorio usurpado a la isla caribeña contra la voluntad de su pueblo y gobierno, hay confinados 166 sospechosos de terrorismo desde hace más de 1 década; de ellos, 103 están en ayuno desde el pasado 6 de febrero, y de esa cifra 45 son alimentados a la fuerza.
—¿Qué opinas sobre el compromiso de [Barack] Obama de cerrar la cárcel de Guantánamo?
—El presidente hizo campaña [política] con [el discurso de] clausurar Guantánamo y, desde entonces, ha repetido en varias ocasiones su deseo de ver cerrada la prisión. Pero sus acciones no han honrado sus palabras. No ha usado la facultad, investida por el Congreso, que le permitiría repatriar a los detenidos sobre una base individual si fuera del interés de la seguridad nacional. Es, definitivamente, del interés de la seguridad nacional que Obama levante su autoimpuesta moratoria y ponga en vigor la facultad antes que una muerte conlleve a la retaliación.
“La base naval de Guantánamo provoca el sentimiento antiestadunidense de manera global; está haciendo más daño que proteger a los ciudadanos estadunidenses.
“El mandatario debe mostrar su ‘compromiso’ al cerrar Guantánamo haciendo uso de su poder Ejecutivo.”
—¿Qué piensa usted de esa prisión y la huelga de hambre de 103 reclusos? ¿Qué criterio le merece la alimentación a la fuerza aplicada a 45 de ellos?
—Iniciar una huelga de hambre no es sencillamente una protesta, es una acción de último recurso. Demuestra que los prisioneros están dispuestos a morir por la justicia en vez de enfrentar una detención indefinida.
“La alimentación forzosa ha sido condenada por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Asociación Médica Mundial y la Asociación Médica de Estados Unidos. Este proceso es una violación descarada y brutal de los derechos humanos básicos.
“Los sobrevivientes han sufrido complicaciones como resultado de la agresiva alimentación forzada.
“Durante el discurso del presidente Obama en mayo [cuando habló del tema antiterrorista en la National Defense University], confirmó que los presos estaban siendo alimentados a la fuerza y preguntó al país: ‘¿Así somos nosotros?’.
“La reticencia del laureado Premio Nóbel de la Paz a reconocer la urgencia de la protesta demuestra que sí, así somos, o más bien, así es la administración de Obama.”
—¿Cuáles son los principales sectores que quieren cerrar la prisión?
—En el Congreso, unos cuantos senadores han expresado su apoyo al cierre de la prisión; sin embargo, los demócratas han permanecido relativamente callados.
“Pero ha habido cierto apoyo como el de los senadores demócratas Dick Durbin, Carl Levin, Jeff Merkley, Tom Udall y Ron Wyden.
“Del lado republicano, unos cuantos senadores, como John McCain, también se han pronunciado.
“Sin embargo, el mayor apoyo al cierre de Guantánamo procede de pacifistas y grupos de derechos humanos como Testigos Contra la Tortura, Veteranos por la Paz y Código Rosa.
“Muchos activistas en Estados Unidos están haciendo huelgas de hambre y ayunos en solidaridad, organizando protestas frente a la Casa Blanca y poniendo presión sobre el recién enviado de Obama a Guantánamo, Cliff Sloan.”
—¿Podría considerarse la prisión como un hoyo negro en los derechos humanos?
—El complejo industrial de prisiones estadunidense es conocido por maltratar de manera desproporcionada a los pobres y a los ciudadanos negros.
“No hace nada para resolver los problemas sistémicos, tales como pobreza, falta de acceso a la educación de calidad e inaccesibilidad a la atención médica de calidad.
“Los presos de la notoriamente abusiva penitenciaría de Pelican Bay, en California, empezaron su propia huelga de hambre el 8 de julio pasado, condenando el trato inhumano, tales como periodos prolongados en confinamiento solitario, que la Organización de las Naciones Unidas califica de tortura.
“También se hizo público que las reclusas en California eran esterilizadas sin su consentimiento. Éstos son sólo algunos ejemplos de cuán problemáticas son esas prisiones.
“La pérfida violencia y abuso de poder dentro del complejo industrial penal es vergonzosa. Guantánamo, siendo una de las prisiones más notorias, debe ser cerrada inmediatamente.”
—¿Cuándo fue fundada Code Pink y por qué? ¿Y cuál es su principal objetivo?
—Code Pink se creó en noviembre de 2002 por unas 100 mujeres activas y apasionadas que realizaron una vigilia frente a la Casa Blanca para protestar por la invasión de Estados Unidos a Irak.
“Permanecimos allí durante 4 meses junto con otros grupos de activistas, como Greenpeace, NOW y Mujeres por las Mujeres Internacional. La vigilia concluyó el 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, cuando más de 10 mil féminas vestidas de rosa marcharon alrededor de la Casa Blanca demandando paz.
“Desde entonces la red de Code Pink ha crecido y nos dedicamos a desafiar globalmente el militarismo y reorientar nuestros fondos hacia la atención médica, la educación y el mejoramiento de nuestra sociedad.”
—¿Qué le dijo usted específicamente a Barack Obama cuando interrumpió su discurso?
—Yo le dije al presidente Obama que había hombres desesperados en una huelga de hambre en Guantánamo, y que como comandante en jefe él tenía el poder de excarcelar a los 86 prisioneros clasificados para ser liberados y que no debe pretender que el Congreso se lo impedía y que él no tenía poder.
“También hablé sobre los drones, pidiéndole sacarlos de manos de la CIA [Agencia Central de Inteligencia estadunidense] y detener las agresiones basadas únicamente en conducta sospechosa, que han provocado la muerte de tantos civiles.
“Yo pregunté si él pediría perdón y compensaría a las familias de esos inocentes.
“Concluí diciendo que yo amo a mi país y quiero que sea más seguro; que terminar con los ataques de drones y cerrar Guantánamo es hacerlo más seguro al dejar de alimentar el sentimiento antiestadunidense en el exterior.”
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Fuente: Contralínea 348 / agosto 2013