Estados Unidos y los demás países de la OTAN instalan misiles en Turquía. Amenazan a Rusia, pero también a los países de Oriente Medio. Las armas obedecerían a “pretensiones expansionistas y agresivas” y a los intereses por “desestabilizar” la región
Jorge Petinaud Martínez/Prensa Latina
Moscú, Rusia. El inminente despliegue de los misiles Patriot por parte de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) en la frontera turco-siria incrementa la preocupación de Rusia, amenazada desde antes por el sistema de defensa antimisiles (Dam, por su acrónimo en inglés) de Estados Unidos y sus aliados del bloque político-militar ofensivo en Europa.
Serguéi Lavrov, canciller ruso, confirmó a la prensa que en diálogo telefónico reciente con el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, expresó la inconformidad del Kremlin por el emplazamiento de esas armas en una zona conflictiva.
Durante la plática llevada a cabo por solicitud de Fogh Rasmussen, el alto funcionario de la alianza noratlántica informó a Lavrov acerca de la situación, tras la solicitud turca de emplazar los complejos tierra-aire en su territorio.
Reiteró el ministro de Exteriores, por su parte, que Rusia está preocupada por los planes de incrementar la presencia militar en la región, en vez de establecer una línea de comunicación directa entre Ankara y Damasco para evitar incidentes, según expresó.
Fuentes gubernamentales rusas han confirmado que Moscú reiterará que el principal escollo en sus relaciones con Occidente es el sistema de defensa antimisiles dislocado por Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en Europa.
En Bruselas, Rusia continuará exigiendo las aún no recibidas garantías jurídicas de que el Dam no apunta contra el país más extenso del planeta y advertirá de las contramedidas que tomará para evitar que se rompa la paridad disuasoria estratégica.
En tanto y acerca de los misiles, Recep Tayyip Erdogan –primer ministro turco– consideró errónea la reacción rusa.
“Me parece muy equivocada la declaración formulada por Rusia; estos misiles se emplazan con fines defensivos”, dijo a los periodistas el jefe de gabinete.
Sin embargo, diversos medios reflejan en internet que junto a España, Rumania, Holanda y Polonia, Turquía es uno de los países comprometidos con Estados Unidos para desplegar radares de banda X, embarcaciones o los misiles terrestres del Dam.
El parlamentario turco Vali Agh Baba, del opositor Partido Republicano Popular, denunció a comienzos de 2012 como ilegal el establecimiento de un radar de la OTAN en ese país.
Agh Baba también tildó de ilegal la entrada al territorio nacional de un grupo de militares estadunidenses, quienes llegaron para instalar el sistema de alerta temprana de la OTAN, consignó la agencia de noticias de la República Islámica.
Tras recordar que la Constitución turca establece que el envío de tropas a otro país y el recibimiento de fuerzas extranjeras requieren autorización parlamentaria, el legislador denunció que el gobierno no solicitó dicho permiso.
Ankara aceptó albergar en la pequeña aldea de Kurejit, en la provincia oriental de Malatya, a 700 kilómetros de la frontera con Irán, el sistema de radares de la OTAN impulsado por Washington como parte del Dam en Europa.
Los Patriot, que llegarán de Alemania junto a especialistas militares de ese país, son interpretados por Moscú como un preocupante refuerzo.
Al referirse al tema, el experto Lajos Szaszdi sostuvo que, ubicados en la frontera turco-siria, estos cohetes representan una amenaza no sólo para Damasco, sino también para Rusia e Irán.
Consultado por la televisora global Rusia Today, el analista advirtió que la versión solicitada por Ankara al bloque político-militar ofensivo puede interceptar misiles balísticos de corto alcance (tácticos), de crucero y aviones.
Szaszdi consideró que el radar de banda X se puede integrar con los misiles Patriot y guiarlos para destruir vectores balísticos e interceptar blancos superiores, quizá a mayor distancia de la concebida en el diseño inicial de esta arma.
Añadió el analista que el radar operativo en Turquía se puede acoplar, además, con sistemas de la Dam basados en unidades navales y, en tal caso, sería utilizado contra Irán.
No hay que olvidar que más al Sur de Siria se encuentra Israel, por lo que los Patriot podrían ser utilizados como un escudo de defensa antimisil desde Tel Aviv y, en este caso, no sólo contra Irán, sino también contra Rusia, opinó el politólogo.
Sobre esa base, Szaszdi señaló que la solicitud turca a la OTAN para instalar tales armamentos en la frontera con Siria ya se convirtió en un punto de fricción diplomática.
OTAN?amplía sus ejércitos
Por otro lado, el activista político Yazan Abdallah, desestimó en Rusia Today el argumento esgrimido por Ankara, de que los misiles tienen un carácter defensivo. Otros expertos coinciden con él en señalar que Turquía posee el segundo mayor ejército de la OTAN y se puede proteger de supuestos ataques con morteros desde el lado sirio.
Esto es claramente una intervención a gran escala, en la cual quieren asegurar la posibilidad de una zona de exclusión aérea, denunció Abadallah.
Opinó que si el conflicto se intensifica, abriría las puertas a una probable intervención militar, justificada por una supuesta crisis humanitaria.
El desplazamiento de cientos de miles de ciudadanos sirios hacia Turquía por el conflicto que vive el país, serviría como pretexto para esgrimir la existencia de una crisis humanitaria, señaló.
Sin embargo, Abadallah explicó que lo más probable es que la situación derive en una guerra sin cuartel. Ésta sería prolongada, con el fin de desgastar a Siria antes que iniciar una intervención repentina, concluyó el activista.
Contramedidas de Rusia
La polémica en torno a los misiles Patriot, de la OTAN, coloca en el centro de la opinión pública de Rusia la amenaza del Dam y las contramedidas que se deben aplicar.
El viceprimer ministro del gobierno ruso, a cargo de la modernización de la industria militar del Kremlin, Dmitri Rogozin, advirtió recientemente que el despliegue en Europa del sistema naval de defensa antimisil de Washington derivará en una reacción severa de Moscú.
La tensión provocada entre Rusia y la OTAN por el escudo antimisiles de Estados Unidos, ya en su forma actual, incita a una carrera de armamentos, expresó en declaraciones a RIA Novosti (agencia internacional de noticias rusa).
Rogozin también recordó que el programa nacional de armamentos prevé que el Ejército ruso reciba sistemas antiaéreos S-400 y los nuevos S-500, capaces de interceptar misiles balísticos fuera de la atmósfera terrestre.
Sin embargo, insistió en que las fuerzas de defensa antimisiles del Kremlin se ubican en territorio nacional, a diferencia de las del Pentágono.
“No desplegamos sistemas frente a las costas de Estados Unidos por carecer de pretensiones expansionistas y agresivas, y tampoco buscamos desestabilizar la situación en otras regiones del mundo”, concluyó el viceprimer ministro ruso.
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Fuente: Contralínea 315 / Diciembre