El capo de las metanfetaminas

El capo de las metanfetaminas

Un expediente revela detalles de la vida y los inicios en el crimen organizado de Jesús Amezcua Contreras.

Por Zoila Martínez Adaya

Metanfetaminas

Jesús Amezcua Contreras se convirtió en delincuente a los 13 años cuando cruzó de ilegal la frontera americana. Desde niño quiso ganarse la vida honestamente como barrendero y taquillero en un teatro de Los Ángeles, pero su destino estaba marcado.

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Pero tras una década de trabajo, ya traficaba con indocumentados, y seis años después, ya se le conocía como el Rey de las Metanfetaminas, al transportar hasta dos toneladas de efedrina desde la India hacia México y posteriormente a través de la Garita de San Isidro y Tijuana a San Diego.

El colimense burló por primera vez la vigilancia de la Bordel Patrol en 1978, y actualmente está preso en el penal de máxima seguridad de La Palma, ubicado en el Municipio de Almoloya de Juárez, sujeto a un proceso de extradición.

En junio de 2000 el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, lo incluyó en la lista de merecedores de la aplicación de la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros de las Drogas.

Jesús Amezcua comparte tanto la prisión como la lista, con narcotraficantes del nivel de Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, sus sobrinos los hermanos Benjamín y Francisco Arellano Felix, el ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid y recientemente su hermano Adán Amezcua.

De acuerdo con la declaración que rindió ante el Ministerio Público Federal, Jesús Amezcua Contreras señaló que en el año de 1978 cruzó la frontera americana por el cerro para llegar a Los Ángeles, California, en donde fue acogido por su tío Arnoldo Amezcua Díaz.

En esa época su tío era emigrante y trabajaba como gerente de un teatro, y le ayudaba a barrer y a vender boletos.

En el currículum laboral del Rey de las Metanfetaminas dice que a sus 17 años trabajó en el Centro de Protección Legal en Los Ángeles, California, buscando los datos de los abogados de esa ciudad.

Un año después, reconoció ante el Ministerio Público Federal que en colusión con su hermano Luis se dedicó al tráfico de ilegales hacía la Unión Americana, utilizando como ruta el desierto. En 1988 su hermano fue detenido y sentenciado a seis meses de prisión.

Entonces Jesús vivía en San Diego, California, en donde recibió el apoyo de su concubina Nancy Gómez, por 50 millones de dólares para comprar un taller eléctrico y de transmisiones de vehículos.

A decir del narcotraficante, a este negocio se dedicó durante un sexenio, tiempo en el que logró reunir la cantidad de 500 millones de viejos pesos, capital que le sirvió como base para iniciar el tráfico de efedrina hacia Estados Unidos.

En el expediente Confidencial 5291-1-060 de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se refiere que Jesús Amezcua afirmó que en el tiempo en que traficó con ilegales, conoció a unos americanos que le pidieron efedrina de México, dado que hasta octubre de 1994 la sustancia no era ilegal en el país.

El primer pedido fue de 200 kilogramos de efedrina, financiado por 50 mil dólares. El cargamento fue adquirido en la ciudad de México y enviado hacía Tijuana por la compañía Transportes Castores.

Pero al cabo de dos años el negocio dejó de ser rentable y los compradores recibían la sustancia en el Distrito Federal.

En 1993, el llamado Rey de las Metanfetaminas viajó por diversos países de Oriente y encontró que una fábrica de la India ofrecía la sustancia a 48 dólares el kilogramo. Antonio Osorio fue el que consiguió los permisos de Salubridad en la embajada de la India en México.

Ante el Ministerio Público Federal, Jesús Amezcua declaró que estableció una oficina en Tailandia desde donde realizaba los pedidos a una fábrica de la India a un costo de 48 dólares el kilogramo contra 400 dólares por kilo que se pagaba en México.

El pago lo realizaba Antonio Osorio mediante una tarjeta de crédito American Express, o bien con cheques de viajero, y al llegar al aeropuerto de la ciudad de México era liberada y vendida por un agente aduanal.

Las operaciones se realizaban cada mes y medio por cantidades que iban de tonelada y media a dos toneladas, hasta diciembre de 1993, que fue cuando la DEA empezó a investigar a las empresas en la India.

Es así como a partir de 1994 la efedrina es considerada una sustancia prohibida. A partir de entonces, afirmó Amezcua en su declaración, se jubiló de la actividad de traficar con efedrina y ya no participó en nada.

De acuerdo con la investigación que realizó Charles E. Jones, desde 1994 agente especial de la DEA para investigar a Jesús Amezcua, entre marzo y octubre de 1994, el El Rey de las Metanfetaminas transportó y distribuyó hasta cinco toneladas de efedrina en el suroeste de Estados Unidos.

En la nota diplomática número 0854 de fecha 10 de agosto de 1998, Jesús Amezcua enfrenta los procesos 93-0163-R de fecha 11 de febrero de 1993 por los delitos de asociación delictuosa, posesión de cocaína en grado de tentativa de distribución y 93-CRF-1897-R, de fecha 18 de junio de 1998, por asociación delictuosa por manufacturar y distribuir metanfetamina y por posesión de efedrina.

En el proceso 93-0163-R como pruebas de cargo se afirma que en enero de 1993 Jesús Amezcua, Arturo Ramírez Mendoza y Bernardo Bonilla Hernández, planearon la compra de cocaína a nombre del Cártel de Cali, Colombia.

Entonces se reunieron con Sandra Corrales Orijuela en Chula Vista, California, para pactar la transacción inicial de 50 kilogramos de cocaína por 500 millones de dólares.

El 30 de junio de ese mismo año fue detenido Arturo Ramírez Mendoza, durante una entrega de cocaína y en posesión de una libra de efedrina, razón por la que fue sentenciado a diez años de cárcel, pena que cumple en una prisión federal de Estados Unidos.

De acuerdo con los informes del Servicio de Aduanas de Estados Unidos, el 25 de septiembre de 1992, las autoridades mexicanas le confiscaron a Jesús Amezcua varias toneladas de efedrina.

En enero de 1994 Jesús Amezcua viajó a Holanda, India y Tailandia para contactar a su nuevo proveedor de efedrina, Fayez Ahmad Amir. En febrero se reunió en Guadalajara con José Antonio Osorio, para entregarle 100 mil dólares para pagarle a Amir como adelanto de la compra de efedrina.

Entre marzo y octubre de 1994 Amezcua transportó de cuatro a cinco toneladas de efedrina por medio de una compañía que usaba como fachada ubicada en Tuxpan, Jalisco.

Como consecuencia de las investigaciones que la DEA realizó en la India, en noviembre de 1995 Amezcua se reunió con sus cómplices en Tijuana, Baja California, para plantear el cambio de proveedores de efedrina hindúes, por alemanes y chinos.

Así, en mayo coordinó la transportación de metanfetamina y precursores químicos de Tijuana, a través de la garita de entrada de San Isidro, hacia varias poblaciones del sur de California.

Con algunas de estas pruebas el gobierno de Estados Unidos afirma que Jesús Amezcua, entre diciembre de 1996 y junio de 1998, proveyó de enormes cantidades de metanfetaminas a sus cómplices para su distribución en el área de San Diego.

Por Zoila Martínez Adaya

 

Contralínea 7 / Octubre 2002

Contralínea 7